A dos semanas de que el Banco de México (Banxico) decidió mantener la tasa de referencia en 11%, la subgobernadora Galia Borja, mencionó que “desde un punto de vista cauteloso” hay que “esperar un tiempo y no tomar una decisión precipitada” en las decisiones de política monetaria.
Con la pausa de junio, busco tener más información sobre el comportamiento de los determinantes de la inflación y, en sintonía con ello, pues es que consideré conveniente extender la pausa que iniciamos en mayo,
dijo en el podcast de Grupo Financiero Banorte.
La integrante de la Junta de Gobierno del banco central dijo que a lo largo de este año se han “experimentado diversos choques de naturaleza, magnitud y duración diferenciada”.
Han afectado la dinámica de precios, propiciando una convergencia más lenta de la inflación hacia su meta respecto a lo que teníamos anticipado a inicios de año.
La Junta de Gobierno consideró que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) cerrará en 4% a tasa anual el 2024. El banco central espera que la inflación general se ubique en 3% a tasa anual, al cierre del 2025.
La inflación subyacente, la cual el banco central toma como referencia para sus anuncios, cerrará este año en 3.9% anual. La proyección aumentó desde el 3.8% pronosticado en mayo.
Riesgos sesgados al alza: Banxico
La subgobernadora mencionó que se mantiene un balance de riesgos sesgado al alza para la inflación. Sin embargo, el componente subyacente ha seguido su camino descendente.
Ya se han materializado algunos de los riesgos que hemos listado, como son la persistencia de la inflación subyacente, el mayor traspaso de costos, un episodio de depreciación cambiaria y las afectaciones climáticas.
Sin embargo, “datos más recientes nos apuntan hacia una menor actividad económica para el segundo trimestre de este año. Razón por la que dejamos de señalar a la resiliencia de la actividad como un factor de riesgo al alza para la inflación”, explicó.
Volatilidad en los mercados
Galia Borja también comentó que la volatilidad en los mercados nacionales, tanto en renta fija como en el cambiarios, influyó en el decisión de política monetaria.
Este comportamiento fue parte de nuestra discusión en la última decisión de junio, junto con la evaluación de muchas otras variables que componen todo el panorama inflacionario.
Agregó que reflexionó sobre la temporalidad del choque, “es decir, si los movimientos del mercado o de ciertas variables representan solo ruido o si los determinantes de la inflación podrían afectarse”.
Sin embargo, hemos visto una reversión parcial de estos efectos, en línea con los sólidos fundamentos macroeconómicos que preserva nuestro país, consideró Galia Borja.
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