El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés) publicó un informe en donde sostiene que la relocalización de las cadenas de valor (nearshoring) aún no tiene “pruebas claras” en México.
Si bien refieren que los efectos del nearshoring en la economía mexicana podrían tardar en materializarse, el desarrollo inadecuado de la infraestructura, así como los retos relacionados con el Estado de Derecho y el entorno de inversión explican el por qué no han detonado las inversiones.
Añaden que las encuestas y las llamadas de resultados de las empresas públicas en México muestran un gran interés por el fenómeno.
La relocalización de empresas es una de las principales preocupaciones de las empresas mexicanas que cotizan en bolsa. En 2022, alrededor del 40% de las empresas mencionaron el tema en sus llamadas con analistas, de acuerdo con el informe.
Sin embargo, la Inversión Extranjera Directa (IED) y el crecimiento del empleo en el sector manufacturero, dan señales contradictorias sobre el impacto del nearshoring en toda la economía.
Nearshoring por 35,000 mdd en México
El BIS señala que las oportunidades de la relocalización de empresas han despertado un gran interés en la región, especialmente en México.
Refieren que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó un aumento potencial de 78,000 millones de dólares (mdd) en exportaciones de bienes y servicios para América Latina y el Caribe, de los cuales 35,000 mdd procederían de México.
El BIS consideró que las economías en América pueden cosechar los beneficios del nearshoring, pero sólo unas pocas lo han hecho hasta la fecha.
En este orden de ideas, las importaciones de Estados Unidos han aumentado modestamente en México, Canadá, Costa Rica, Panamá y la República Dominicana.
Sin embargo, con la excepción de algunos sectores específicos, como el de los instrumentos médicos, el impulso de las importación de Estados Unidos aún no se ha extendido a productos y sectores más nuevos o complejos, señala el BIS.
También lee: