Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia el 1 de diciembre pasado, las importaciones de gasolina provenientes de Estados Unidos se han reducido en casi 30%, al mismo tiempo que el nuevo mandatario de México enfrenta problemas de distribución de combustible a nivel nacional debido a una estrategia que busca frenar el robo de carburantes, informó The Wall Street Journal.
El declive de importaciones se debe a la baja en los pedidos de gasolina que se han realizado desde la entrante administración federal, pero también a la congestión en varios puertos del Golfo de México, donde al menos 15 buques cisterna aguardan (hasta este viernes) para descargar varios millones de barriles de combustible, según fuentes del medio especializado.
La firma de investigación ClipperData evidenció que, bajo el mandato de López Obrador, la compra de gasolina al país vecino del norte promedia alrededor de 350,000 barriles por día (bdp), lo que representa 28% menos que las cifras registradas entre diciembre de 2017 y enero de 2018.
La publicación también señala que la escasez de combustible en gran parte del país ha generado largas filas de automóviles que esperan para poder resurtir sus tanques, además de que ya se ha reportado la parálisis de servicios de transporte público y pérdidas económicas para el sector empresarial mexicano.
Por su parte, el gobierno federal ha explicado este desabasto como “el resultado de la decisión del presidente López Obrador de ordenar el cierre de varios oleoductos clave que transportan gasolina de las refinerías y terminales costeras a las ciudades más grandes de México para combatir el robo de combustible que el gobierno dice que le costó a Pemex cerca de 3,000 millones de dólares el año pasado”.
Sin embargo, el origen de la crisis es todavía más complejo, precisó The Wall Street Journal, pues el cierre de los ductos dificultó, involuntariamente, que los buques cisterna descargaran su contenido en los puertos marítimos de México después de que la capacidad de almacenamiento en tierra llegará a su máximo nivel.
La escasez de gasolina que se vive en más de 10 estados del país, también dejó al descubierto las ineficiencias de las refinerías en México, que trabajaban a una capacidad diaria promedia de 46.1% hasta noviembre de 2018, según reportes de Pemex.
Además plantea dudas sobre las nuevas políticas energéticas que pretenden dar marcha atrás con la importación de crudo ligero, acción emprendida por el gobierno anterior y que es necesaria para mezclar el crudo Maya para poder ser refinado con la tecnología disponible.
“La escasez es un recordatorio de los desafíos que enfrenta el nuevo presidente justo cuando se propone reconfigurar la industria energética de México”, indicó el artículo.
“El nacionalista promovió una campaña de independencia energética, en la que prometió revertir una larga caída en la producción de petróleo de Pemex, así como detener la exportación de crudo mexicano y reducir la dependencia del país de las importaciones de combustible mediante la construcción de una nueva refinería y la modernización de las existentes”, agregó.
Una vocera de la empresa productiva del Estado atribuyó la desaceleración de las importaciones a factores estacionales y señaló que diciembre suele ser el mes de mayor demanda de gasolina en México, pero que en enero estas disminuyen generalmente.
Sin embargo, durante los últimos cuatro años, hasta enero de 2018, las importaciones de gasolina se redujeron en promedio 8% entre diciembre y el primer mes del año.
Durante los primeros 10 días de enero de este año, México importó un promedio de 254,000 bdp desde Estados Unidos, detalló ClipperData, esto equivale a una disminución de 33% respecto a diciembre pasado y una disminución de 45% en comparación con el promedio diario durante enero de 2018.
“Podría crearse un problema en el corto plazo”, indicó el director de investigación petrolera de Morningstar Inc., Sandy Fielden, “en un periodo más largo, México probablemente necesitará importar gasolina de otros lugares si reduce la compra a Estados Unidos”.
El medio citado refirió que Monserrat Ramiro, funcionaria de la Comisión Reguladora de Energía, calificó a la actual crisis de gasolina como el resultado de años de subinversión en infraestructura logística como tanques de almacenamiento, tuberías y terminales.
Antes de la Reforma Energética de 2013, que permitió la inversión privada en la industria petrolera mexicana después de 75 años de monopolio estatal, el control de precios y los subsidios a la gasolina desincentivaron la creación de infraestructura para combustible en el país.