Aunque la economía mexicana podría enfrentar una recesión este año, para UBS es poco probable que se produzca una crisis económica y financiera en toda su extensión, como las acontecidas en 1994 o en la década de los años 80.
De acuerdo con el informe “México: la recesión no es una crisis”, el país podría experimentar este 2025 desaceleración económica, así como un nulo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB); incluso, la institución estima que podría registrar una contracción.
“Nuestro pronóstico de crecimiento del PIB para todo el año refleja, de hecho, la expectativa de un crecimiento prácticamente nulo. Sin embargo, es crucial diferenciar entre una recesión cíclica y una crisis económica/financiera a gran escala
de acuerdo con el reporte de UBS.
Recesión de México: no es 1994 ni los 80
A diferencia de la crisis conocida como el “Efecto Tequila” en la década de los años 90 o la “década perdida” de los 80, UBS indica que México en la actualidad muestra fortalezas clave: un bajo déficit en cuenta corriente, menor dependencia de la deuda externa, tipo de cambio flexible, un banco central independiente con fuertes reservas y un sistema bancario robusto.
Por ejemplo, explica que en 1994 el déficit de cuenta corriente alcanzaba casi el 8% del PIB, lo que hizo que la economía dependiera en gran medida de la entrada de capital extranjero. Cuando los inversionistas perdieron la confianza, la financiación escaseó, lo que provocó una crisis de balanza de pagos.
No obstante, en la actualidad dicha cuenta es menor al 0.5%.
Esto hace que la economía mexicana sea más estable y menos vulnerable a los cambios en la confianza de los inversionistas, reduciendo el riesgo de una interrupción repentina de los flujos de capital extranjero
precisó.
También destaca que solo el 30% de la deuda pública está denominada en moneda extranjera, mientras que en 1994 la proporción superaba el 80%; además, la deuda total del país representa solo el 52% del PIB, muy por debajo de otras economías latinoamericanas como Brasil o Argentina.
El tipo de cambio ya no es un riesgo
El banco suizo recordó que las crisis anteriores fueron graves, en parte debido a los regímenes cambiarios fijos o casi fijos, esquema que creó una falsa sensación de estabilidad hasta que el gobierno ya no pudo mantenerlo y provocó devaluaciones repentinas.
En 1982, México no pudo cumplir con los pagos de su deuda, lo que provocó una fuerte devaluación del peso y desencadenó una crisis financiera. En 1994, el gobierno intentó mantener un tipo de cambio fijo a pesar de los grandes desequilibrios financieros. Cuando los inversionistas se dieron cuenta de que esto era insostenible, vendieron activos mexicanos, lo que provocó el desplome del peso
De hecho, incluso con los aranceles del gobierno de Estados Unidos, UBS no anticipa una depreciación descontrolada de la moneda azteca, ya que estima que el dólar se ubicará entre 20.00 y 20.70 pesos en los próximos trimestres.
Banxico, un ancla clave
Otro pilar es la autonomía del Banco de México.
En el pasado, Banxico enfrentaba presiones políticas que lo llevaban a emitir dinero para financiar el déficit; eso alimentó hiperinflación, como la de los años 80, cuando se registraron tasas de tres dígitos.
No obstante, en la actualidad el banco central es en gran medida independiente y su principal objetivo es mantener la inflación baja y estable, garantizando una política monetaria creíble.
UBS también resalta la solidez del sistema bancario mexicano, que contrasta con la fragilidad de los años 90. “Hoy en día, los bancos mexicanos se encuentran entre los más sólidos de América Latina”, asegura. Esto se debe a una regulación más estricta y al cumplimiento de estándares internacionales como Basilea III”.
Aunque México podría experimentar un estancamiento económico o incluso una contracción en 2025, la probabilidad de una crisis económica/financiera sigue siendo baja. Los fundamentos macroeconómicos del país son sólidos, sin indicios de un colapso financiero inminente como los observados en el pasado
concluyó UBS.
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