La población mexicana percibe la realidad del país con fortaleza anímica y satisfacción con la vida al inicio de 2024 pese a la contracción económica del cierre del año pasado, la elevada inflación y las altas tasas de interés.

De acuerdo con los tres indicadores de bienestar autorreportado por la población adulta que reside en el ámbito urbano, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el bienestar subjetivo resultó positivo en enero pasado.

El primer indicador es el balance anímico, que explora la prevalencia de estados de ánimo, tanto positivos como negativos, durante el día anterior a la entrevista.

En el primer mes de 2024, el promedio del balance anímico de la población adulta fue un valor positivo de 6.6, en una escala de -10 a 10, siendo el nivel más alto desde el inicio de la serie (julio de 2013).

A su interior, de los cinco balances específicos, los de mayor nivel fueron las dicotomías entre estar enfocado frente a estar aburrido o sin interés en lo que hacía y emocionado o alegre frente a triste o deprimido, ambos con 7.1.

Con satisfacción

El segundo indicador del bienestar es la satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma. En enero pasado, en una escala de 0 a 10, la población adulta urbana calificó su satisfacción con la vida, en promedio, en 8.4.

Según la calificación, 7% de la población adulta se considera insatisfecha o poco satisfecha con la vida, al reportar un nivel de satisfacción por debajo de 7. Con calificación de 7 y 8, 44.9% se encuentra moderadamente satisfecha.

El mayor porcentaje de población adulta en el ámbito urbano de México está satisfecha, es decir, 48% calificó con 9 y 10 su satisfacción con la vida.

Bienestar espiritual, elevado

Por último, el tercer indicador del bienestar subjetivo es la eudemonía o bienestar espiritual, que se observa en el acuerdo que muestran las personas con enunciados que denotan fortaleza y sentido de vida, detalla INEGI.

Este indicador se integra por diez enunciados, que se califican de 0 a 10, de los cuales, nueve fueron positivos, pues la población adulta se identificó más con “soy una persona afortunada”, “soy libre para decidir mi propia vida” y “lo que hago en mi vida vale la pena”, cuyo promedio fue 9.1.

El único enunciado de valencia negativa fue “cuando algo me hace sentir mal me cuesta volver a la normalidad”, con un promedio de identificación de 4.3.

Panorama gris

Estos resultados del bienestar subjetivo se dan en un escenario de complejidad económica. Según el Inegi, el Indicador Global de la Actividad Económica cayó 0.05% a tasa mensual en diciembre pasado, que significó la tercera disminución al hilo.

En tanto, la inflación anual se ubicó en 4.45% en la primera mitad del segundo mes de 2024, que representó registrar tres años seguidos estando fuera de la meta de Banco de México, de 3% +/- un punto porcentual.

A lo anterior se suma que la tasa de interés objetivo el banco central se coloca en 11.25%, contra 7.00% en periodo prepandemia; esto encarece el costo financiero, restando poder de compra de los hogares.

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