El turismo en México continúa mostrando debilidad a pesar de la apertura de la economía y los protocolos que han puesto en prácticas las firmas del sector, uno de los más afectados por la pandemia. 

Durante enero, la llegada de turistas de internación se desplomó 60% anual, a un total de 822,459 personas. Esta contracción es más profunda de la que se observó en diciembre, cuando el número de visitantes fue menor en 45.4% anual, en el contexto del periodo vacacional.

Con el descenso de enero, la llegada de los turistas de internación sumó 11 meses en terreno negativo por primera vez desde septiembre de 2001 a agosto de 2002, cuando se registraron 12 meses con caídas. 

Los turistas de internación son aquellos que pasan por lo menos una noche en un alojamiento colectivo o privado.

Del total de los viajeros de internación, la llegada por vía aérea cayó 62.7% anual a 680,220 y 38.1% anual a 142,239 por vía terrestre.

En este sentido, las divisas recibidas gracias a los turistas de internación mostraron un descenso de 60.8% anual en enero, a 768.3 millones de dólares.

El gasto promedio de cada turista fue de 934.20 dólares, 20.93 dólares menos que los que desembolsaron en el primer mes de 2020. 

Al respecto, el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) considera que si bien el inicio del proceso de vacunación es un avance, aún falta un largo camino para que el sector recupere sus niveles prepandémicos.

La luz es chiquita y el túnel muy largo pues la concreción de la inmunidad de rebaño con carácter global tardará, muy probablemente, más allá de 2021. Así, los retos que enfrenta el sector son mayúsculos y no puede descartarse el que aparezcan nuevos,

dijo el CNET en un estudio

El sector turístico prevé que la recuperación plena llegará hasta 2023 y para llegar se debe hallar el punto de equilibrio entre las medidas sanitarias y los viajes, por lo que varias empresas se quedarán en el camino, advirtió la cúpula del sector turístico.