El director ejecutivo y presidente de BlackRock, Larry Fink, advirtió que “el proteccionismo ha regresado con fuerza”, y atribuyó este fenómeno a una brecha de riqueza que podría contrarrestarse ofreciendo a más inversionistas acceder a los mercados privados.
En su carta anual, Fink apuntó que demasiadas personas se están perdiendo la prosperidad en las economías de doble velocidad, en las que los ricos generan más riqueza a la par que el resto de personas enfrenta mayores dificultades.
El capitalismo funcionó, pero para muy poca gente,
escribió Fink.
Los comentarios del ejecutivo llegan antes de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revele su plan arancelario el 2 de abril, fecha que ha denominado “Día de la Liberación”.
El CEO de BlackRock añadió que la brecha ha contribuido a impulsar el aumento de las políticas proteccionistas, e hizo referencia a un acuerdo sobre los puertos del Canal de Panamá que la empresa alcanzó a principios de este mes con CK Hutchinson, de Hong Kong.

Proteccionismo, un problema para BlackRock y la economía mundial
Larry Fink fue contundente en su postura sobre el proteccionismo, describiéndolo como un problema real y una estrategia alternativa al capitalismo.
La suposición tácita es que el capitalismo no funcionó y es hora de probar algo nuevo,
apuntó el CEO de BlackRock.
El director de BlackRock argumentó que existe una mayor ‘democratización’ de los mercados, un hecho que llevó a la compañía a resolver los problemas sobre los puertos del Canal de Panamá, a fin de ayudar a un mayor número de consumidores a acceder a rentabilidades potencialmente mayores en mercados privados.
BlackRock se convirtió en la gestora de fondos más grande del mundo, gracias principalmente a la popularidad de los fondos pasivos de bajo costo que replican índices, y contaba con 11.6 billones de dólares en activos bajo gestión al 31 de diciembre.
A diferencia de las acciones y los bonos que cotizan en bolsa, los activos privados se negocian con menor frecuencia, tienen precios opacos, y no cotizan, lo cual aumenta los riesgos potenciales para inversionistas minoristas.
Fink sugirió que los activos privados podrían transformar la cartera de inversión estándar, pasando de un 60% en acciones y un 40% en bonos a una compuesta por un 50% de acciones, un 30% de bonos y un 20% de activos privados.
Si bien estos activos privados pueden conllevar un mayor riesgo, también ofrecen grandes beneficios, como protección contra la inflación, estabilidad y rentabilidad,
escribió Fink.
Con información de Reuters
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