Durante el año pasado, la demanda interna del país mostró señales mixtas, pues la inversión de corto plazo alcanzó un crecimiento récord y el consumo de los hogares perdió fuerza.
La formación bruta de capital fijo creció 19.7% a tasa anual en 2023, que significó el mayor aumento desde al menos 1993, año que comienzan los registros, de acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los factores que más contribuyeron al crecimiento del indicador fueron la recuperación del sector automotriz, que llevó a la inversión en equipo de transporte a crecer 27.24% en el caso de la nacional y 55.49% en el importado, y la incorporación de datos de obras públicas realizadas en años anteriores, que llevaron al componente de construcción no residencial a crecer 38.79% en el año
explicaron analistas de Banco Base en una nota.
Los estrategas refirieron que las cifras de finanzas públicas para 2023 muestran que en el año el gasto en inversión física tuvo una contracción real de 10.23%.
Para este año, se espera que la inversión fija bruta siga en ascenso, con el gobierno federal estimando un alto déficit para financiar y terminar las obras emblemáticas de esta administración.
Lo anterior puede significar un riesgo para el crecimiento de la inversión, de acuerdo con los analistas del grupo financiero, ya que sin espacio fiscal suficiente para mantener el nivel de gasto en obra pública, se podría observar una contracción importante en 2025.
Importaciones catalizadas por el ‘superpeso’
Por su parte, el indicador mensual del consumo privado en el mercado interior incrementó 4.4% a tasa anual durante 2023, que representó el menor nivel en los últimos tres años.
Dicha alza provino de las variaciones de 20.2% en bienes importados, impulsado por la apreciación del peso, y de 0.38% en bienes de origen nacional, un nivel bajo si se consideran la baja en la tasa de desempleo, las transferencias del gobierno, el otorgamiento de crédito y la desaceleración de la inflación.
Los analistas de Ve por Más (BX+) estimaron que, en las próximas lecturas, la actividad comercial continúe beneficiándose de los bajos niveles de desempleo, el crecimiento en salarios y los elevados niveles de confianza.
Sin embargo, es probable que, conforme avance el año, la actividad económica se desacelere, lo que supondría menor fuerza en la generación de empleos y, al mismo tiempo, que se erosione algo la confianza de los consumidores. Asimismo, un menor crecimiento económico y en el empleo en Estados Unidos restaría dinamismo a la captación de remesas en México
mencionaron los estrategas en una nota.
Además, proyectaron que la inflación descienda lentamente, manteniéndose algo elevada y lastimando el poder adquisitivo de los hogares, y que las tasas de interés, aunque bajarán algo este año, seguirán altas, restringiendo el acceso al crédito.
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