La inversión en el corto plazo se ha convertido en el verdadero catalizador de la economía de México en este año, apoyada por el nearshoring y la menor probabilidad de recesión en Estados Unidos.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión fija bruta creció 4.52% a tasa mensual durante mayo pasado.
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Este aumento significó el mejor resultado en los últimos 33 meses, además de registrar cuatro alzas consecutivas. Dicho dinamismo provino principalmente del sector de la construcción (7.62%).
La perspectiva es positiva para este y el siguiente año, ante la oportunidad del nearshoring y ante la menor probabilidad que Estados Unidos caiga en recesión este año
detalla Banco Base.
Añadió que el crecimiento de la inversión no residencial puede estar asociado a varios factores como la construcción de parques industriales, la ampliación de capacidad de plantas, la construcción de plazas comerciales o las obras de infraestructura del gobierno.
Buenas expectativas
A tasa anual, la inversión fija bruta creció 15.1% en el quinto mes del 2023, la mayor variación en los últimos 22 meses.
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Mientras en el acumulado de enero a mayo, este indicador presenta un aumento de 10.0%, alimentando las perspectivas de cierre de año. Los mercados prevén un incremento superior a 4% en todo el 2023.
Para el grupo financiero, gran parte de esta expectativa de crecimiento para este año va de la mano con la normalización de oferta de chips en la industria automotriz y de la oportunidad del nearshoring.
Los riesgos
Sin embargo, Banco Base menciona que existen riesgos considerables para el crecimiento de la inversión fija bruta, destacando:
- La incertidumbre por las políticas económicas internas
- La inseguridad pública
- La incertidumbre política generada por las elecciones federales de México y la elección presidencial en Estados Unidos, ambas en 2024
- La apreciación sostenida del peso mexicano frente al dólar, haciendo menos atractivas las exportaciones y las inversiones en México
- La posibilidad de sanciones comerciales a México debido a controversias dentro del T-MEC
- La posibilidad de recesión en Estados Unidos
- La pérdida de ventaja competitiva de México frente a otros países con menores costos laborales y menos incertidumbre, como Vietnam
- La aversión al riesgo por el modelo de globalización que propicie un mayor reshoring de las empresas estadounidenses