Durante octubre pasado, el primer mes de Claudia Sheinbaum como presidenta del país, los principales indicadores de la demanda interna de México dieron señales desalentadoras: la inversión de corto plazo hiló su segunda caída y el consumo siguió perdiendo ritmo.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Formación bruta de capital fijo disminuyó 4.5% a tasa anual en el décimo mes de 2024.
Esta baja del indicador que permite conocer el comportamiento de la inversión en activos fijos en el corto plazo, también representó el peor resultado en los últimos 45 meses, es decir, en casi cuatro años.
Tendencias mixtas dentro de la inversión
En su interior, sus dos rubros exhibieron tendencias mixtas: maquinaria y equipo creció 4.2%, superior al mes previo, mientras la construcción disminuyó 11.6% anual, siendo la tercera baja al hilo y el retroceso más pronunciado en 46 meses.
Dentro de la construcción, después de seis meses seguidos con lazas, el sector residencial descendió 3.5% en octubre pasado, en tanto, el no residencial cayó 16.3%, extendiendo su racha a cinco meses con variaciones negativas.
En este último caso, la contracción -la mayor en 49 meses- derivó de la conclusión de algunas obras insignia del gobierno federal pasado, la transición presidencial y que aún no se ejecutan los proyectos de la administración de Sheinbaum Pardo.
Alejándose de la meta de inversión
La disminución de 4.5% de la inversión de corto plazo significó alejarse de una de las metas del Plan México, presentado por Claudia Sheinbaum el pasado lunes; dicho proyecto establece elevar a más de 28% la proporción de inversión en relación al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, hacia el año 2030.
Al cierre del tercer trimestre del año pasado, la proporción fue de 24.1% del PIB de México, siendo la mayor proporción desde al menos 1993, año en el que comienzan los registros actualizados del INEGI.
No obstante, para alcanzar la meta de elevar la proporción de inversión en relación al PIB total al cierre de 2030, la formación bruta de capital fijo requiere aumentar 4.2 veces más que la economía mexicana, situación que por el momento, se visualiza lejana.
Consumo débil
Por su parte, el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior aumentó 0.5% a tasa anual en octubre del año pasado, que representó el nivel más débil desde febrero de 2021, cuando retrocedió 4.5%.
Al interior del indicador que mide el gasto de los hogares, el rubro de bienes y servicios nacionales cayó 0.2%, tras ocho meses con alzas, destacando que la variación negativa solo provino de los bienes (-1.7%), pues los servicios crecieron (1.6%).
Para los bienes importados, el aumento fue de 4.1% en el primer mes del cuarto trimestre de 2024, marcando una racha de 29 meses con alzas; no obstante, en general, en el consumo persiste la preocupación de los aún elevados niveles de inflación que han mermado el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
Caminos opuestos
A tasa mensual, los indicadores de la demanda interna en México trazaron tendencias contrarias, manifestando que el inicio del último trimestre del año pasado fue desalentador.
La Formación bruta de capital fijo creció 0.08% respecto a septiembre de 2024, después de presentar dos caídas consecutivas, aunque dicho aumento respondió a un efecto rebote por la baja base de comparación.
Mientras el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior descendió 0.74%, la segunda tasa negativa seguida, así como la baja más pronunciada en nueve meses.
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