El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) “falló” en su estimación oportuna del comportamiento de la economía de México durante el primer mes del presente año.
Según datos desestacionalizados del INEGI, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) disminuyó 0.16% a tasa mensual durante enero de 2025, la segunda baja consecutiva.
Destaca que dicha caída quedó “lejos” del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) que elabora el mismo instituto, pues para enero pasado se estimó un crecimiento mensual de 0.12%; es decir, el desempeño de la economía nacional fue peor de lo previsto.
La actividad en enero estuvo bastante en línea con nuestras estimaciones, al registrar una ligera caída tras la contracción de diciembre. La producción industrial se ha debilitado en parte por la atonía de las manufacturas en Estados Unidos, la caída de la minería, y recientemente por la contracción de la construcción (especialmente la pública). Los servicios muestran una tendencia modesta de crecimiento
señala un reporte de Banamex.

Fotoarte: Mariana Flores
Explicación de la baja en la economía de México
La contracción del IGAE se explica por la baja mensual en las actividades secundarias, de 0.38%, así como por el aumento marginal de 0.002% en las terciarias; en tanto, las actividades primarias avanzaron 3.13%, su mejor resultado en medio año.
Dentro de las actividades secundarias, solamente creció la construcción (0.14%), aunque esto fue producto de un efecto rebote, ya que previamente registró tres bajas consecutivas.
No obstante, la mayor preocupación se centra en la industria manufacturera, que es el sector económico más importante de la economía de México, y que cayó 0.31% durante enero, la segunda contracción al hilo.
Al interior de las actividades terciarias, que manifiestan la dinámica del consumo privado, retrocedieron el comercio mayorista, la logística, los servicios turísticos, entre otras.
Efecto rebote
A tasa anual, el Indicador Global de la Actividad Económica del país apenas incrementó 0.04% en el primer mes de 2025, tras una disminución previa de 0.7%.
Además, significó el peor inicio de año desde 2021, cuando la actividad económica del país mostró una contracción de 3.8%; además, llama la atención que van cinco meses seguidos sin conseguir un alza superior a 1%.
Para Monex, a inicios del 2025, las cifras del IGAE registran una notoria desaceleración en las actividades económicas, extendiendo la debilidad observada en los indicadores de manufacturas y de servicios.
Lo anterior, aunando a una menor fortaleza en la inversión y en el consumo interno. Hacia adelante, se mantiene el sentimiento de cautela para los principales pilares de la economía (servicios y manufacturas), ante un entorno cambiante en materia de comercio internacional (aranceles), por lo que no descartamos que esta inercia de ralentización se extienda hasta el primer semestre de 2025
explican analistas del grupo financiero.
Con esta lectura, la estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto para el 2025 de Monex se revisó a la baja, pasando a 0.67% anual desde 1.04% previo.
Variables débiles
Por su parte, Ve por Más (BX+) señala que el consumo privado todavía encontrará apoyo en los bajos niveles de desempleo, el crecimiento en salarios, los apoyos sociales y el crecimiento de las remesas en pesos.
Pero, aclara, el gasto discrecional puede moderarse más, pues la generación de empleo ha perdido fuerza, la confianza del consumidor disminuyó, y las tasas de interés – aunque han bajado – permanecen elevadas.
La inversión pública continuaría disminuida en respuesta a la consolidación fiscal. La inversión privada todavía enfrenta costos financieros altos, si bien van disminuyendo, además de la marcada incertidumbre asociada a elementos internos y externos. Factores como la erosión del marco institucional en el país y una política comercial más proteccionista en Estados Unidos han afectado las decisiones de inversión desde el segundo semestre de 2024
expone BX+.
Por otra parte, las tensiones comerciales pueden limitar a la exportación, tanto por la pérdida de competitividad de productos mexicanos como por menores perspectivas de crecimiento económico en Estados Unidos.
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