Desde que inició el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se ha impulsado un incremento al salario mínimo y de nueva cuenta se reaviva el debate hacia 2023 sobre la presión que puede generar en la inflación en un contexto de elevados precios.
En años anteriores ha quedado descartado dicho impacto en la inflación. En 2018 el salario mínimo era de 88.36 pesos y pasó a 102.68 pesos en 2019, al tiempo que la inflación se desaceleró de 4.83% a 2.83% en dicho periodo.
Hacia 2023, la misión del gobierno es la misma: un fuerte incremento al salario mínimo que iría en línea con el discurso del gobierno de “proteger a los más vulnerables” y contrarrestar el golpe a los bolsillos de los mexicanos, dijo en entrevista la economista principal de Finamex Casa de Bolsa, Montserrat Aldave.
Esta presión en los costos salariales, creo que será una parte importante en la discusión, pero la expectativa es que haya incrementos importantes en este indicador
sostuvo Aldave.
La subdirectora de análisis económico de Monex, Janneth Quiroz, explicó que si bien en años recientes no se ha reflejado un aumento notorio en la inflación tras el alza salarial, sí existe cierta presión en diversos precios.
Lo que nos dicta la teoría es que si aumentan los salarios y no están acompañados de una mayor productividad, entonces esto te puede generar presiones inflacionarias
dijo Quiroz.
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Un impacto leve en México
En este debate lo que despeja ciertas dudas es que en México el impacto es leve comparado con Estados Unidos y todo se debe al comportamiento del mercado laboral, coincidieron ambas analistas.
Las revisiones salariales a la alza en México no tienen efectos tan fuertes como en Estados Unidos, sobretodo por la alta informalidad en el mercado laboral mexicano, de alguna manera ese efecto se diluye
añadió Aldave.
Hasta junio, en la informalidad laboral había 32.1 millones de mexicanos de un total de 57.4 millones que estaban ocupados, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Aldave dijo que más bien existen otras presiones inflacionarias en cuestiones de logística o de aumentos importantes en mercancías alimenticias, bebidas y tabaco, donde estas últimas afectan a las personas de menores ingresos.
El caso estadounidense
Bajo este entorno, Quiroz precisó que esta relación entre aumento al salario e inflación se puede ver a mayor detalle en Estados Unidos y puso como ejemplo los estímulos fiscales a la población de ese país para hacer frente a la crisis económica.
Hubo una gran resistencia de la gente para regresar a trabajar y para incentivar su regreso se aumentaron los salarios de manera significativa, esto a su vez implica que al final la gente tiene más dinero para gastar
agregó la analista de Monex
Además, en el caso del salario mínimo en México, este solo cubre a un pequeño porcentaje de la población. Por ejemplo, con el alza de este año, el beneficio llegó a 6.3 millones de trabajadores y representaban el 30% de inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).