El inicio del último trimestre del año muestra señales de que el fantasma de la recesión sigue presente en la economía mexicana, teniendo al ciclo alcista de la tasa interés como principal responsable.
El Indicador Adelantado, que pretende anticipar los ciclos económicos, siguió en una etapa recesiva, ya que durante octubre del 2022 obtuvo 99.48 puntos, situándose por tercera vez consecutiva por debajo de su tendencia de largo plazo (100 puntos).
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Además, registró 15 meses al hilo con disminuciones. Destaca que solo dos de sus seis componentes fueron factores positivos para la actividad económica del país.
Dichos componentes fueron los correspondientes al tipo de cambio real bilateral México -Estados Unidos y a la tendencia del empleo en las manufacturas.
El primero descendió 0.09 puntos, pero su comportamiento es inverso al de la actividad económica; en noviembre hiló nueve descensos, mostrando fortaleza de la moneda nacional.
En tanto, el segundo componente aumentó 0.001 puntos, tras seis bajas consecutivas, por lo el alza fue más una consecuencia del efecto rebote, que por un dinamismo de la manufactura mexicana, que aún resiente la debilidad económica de Estados Unidos.
Sin embargo, no fue suficiente para evitar la fase recesiva que dibuja el Indicador Adelantado, mermado por las altas tasas de interés, la incertidumbre empresarial y el pesimismo que envuelve a los mercados bursátiles de la Unión Americana y México.
Dinámica engañosa
Según la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) del país, éste creció 4.3% a tasa anual en el periodo julio-septiembre, el mejor resultado en los últimos cuatro trimestres.
El dato oportuno del PIB asustó el fantasma de la recesión, inyectando optimismo en el cierre de año.
Pero el Indicador Adelantado lo avivó, manifestando que la debilidad local y global continúa latente.
Principales obstáculos
Los principales obstáculos son la tasa de política monetaria y el mercado bursátil de Estados Unidos, que provocaron que el Índice Adelantado cayera, de acuerdo con el Sistema de Indicadores Cíclicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El subíndice de la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE) aumentó 0.29 puntos, mostrando 19 meses seguidos con alzas, pero se interpreta como el tipo de cambio.
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Para controlar los elevados niveles inflacionarios, desincentivando el consumo, los mayores en más de dos décadas, el Banco de México decidió ubicar la tasa de política monetaria en 10%.
Por su parte, el subíndice del Índice Standard & Poor’s 500 disminuyó 0.20 puntos, consiguiendo un año con bajas.
Pese a que el PIB estadounidense repuntó 2.9% a tasa anualizada en el tercer trimestre, los mercados aún estiman que la economía más grande del mundo entre en recesión, situación que se agrava con el endurecimiento monetario de la Fed
Los demás descensos
Los otros subíndices que mostraron descensos fueron el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores en términos reales (0.07 puntos) y el indicador de confianza empresarial: Momento adecuado para invertir (0.10).
Estas bajas se dan en un contexto de incertidumbre. La invasión rusa en Ucrania elevó los precios del petróleo, así como de otras materias primas e insumos, efecto que se traslada a una mayor presión por los costos.
Se suma las aún disrupciones en las cadenas de proveeduría y las amenazas de nuevos confinamientos en China.
¿Por qué importa el Indicador Adelantado del Inegi?
La importancia del Indicador Adelantado radica en que pretende señalar anticipadamente los puntos de giro del Indicador Coincidente, el cual refleja el estado general de la economía mexicana y su dirección.
En cuanto a su tendencia de largo plazo, representada por una línea horizontal igual a 100 puntos que identifica las fases del ciclo económico, el valor de 99.48 puntos del Indicador Adelantado se ubicó debajo de dicha tendencia, y como su componente cíclico está decreciendo, se interpreta como una fase recesiva.
El temor de una recesión en Estados Unidos, los altos niveles inflacionarios en el mundo, la invasión rusa en Ucrania, las amenazas de confinamiento en China y disrupciones en las cadenas de suministro merman la dinámica de la actividad económica mexicana.