El partido Demócrata, la oposición del presidente Donald Trump, recuperará la Cámara de Representantes, lo que ha levantado suspicacias respecto a si intentarán cambiar o incorporar nuevos temas al apenas renegociado Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Los demócratas se encaminan a sumar más de 30 escaños, por encima de los 23 adicionales que requerían para reclamar la primera mayoría en ocho años en la Cámara de Representantes, de 435 integrantes. El Senado, por otro lado, se mantendrá bajo el control de los republicanos.
Especialistas consultados por EL CEO tienen opiniones divididas respecto a si el triunfo de los demócratas podría tirar o modificar el ahora Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), pero lo cierto es que sí podría complicar la agenda del presidente Trump.
No pienso que el Congreso, sea como quede compuesto, eche para atrás la negociación (…) Tanto demócratas como republicanos reconocen que en términos de la economía es mejor tener un tratado trilateral que no tenerlo. Los demócratas están más en contacto con los sectores de la economía de Estados Unidos que se benefician del comercio trilateral
Hugo Perezcano, director adjunto del programa de investigación en derecho internacional del Centro de Innovación en Gobernabilidad Internacional en Canadá.
México, Estados Unidos y Canadá negociaron durante poco más de un año la modernización del TLCAN. Trump prometió durante su campaña presidencial que renegociaría o terminaría con el acuerdo de 24 años, al considerarlo como “el peor tratado” firmado por su país.
“Difícilmente se reabrirá el acuerdo; a lo más que podría llegar, suponiendo que los demócratas tengan interés de incorporar un tema, podría ser con uno de los mecanismos que han utilizado en el pasado, como los acuerdos paralelos en temas específicos”, comentó James Salazar, subidrector de análisis económico de CI Banco.
El 80% de las exportaciones de México tiene como destino Estados Unidos, por lo que la renegociación del acuerdo genera una mayor certidumbre a los inversionistas, que habían detenido sus inversiones a la espera de ver el final de la negociación del acuerdo.
Mientras que el comercio trilateral suma 1,000 millones de dólares diarios, las exportaciones estadounidenses a México soportaron aproximadamente 1.2 millones de empleos en el 2015, de los cuales, 968,000 estuvieron respaldados por exportaciones de bienes y 201,000 por exportaciones de servicios, según el Departamento de Comercio de Estados Unidos.
El hecho de que esta negociación se manejó por la parte del fast track implica que el Congreso puede rechazar o aprobar la totalidad del acuerdo, no puede modificarlo. El costo de rechazarlo sería sustancial desde el punto de vista político
Sergio Luna, director del Departamento de Estudios Económicos y Sociopolíticos de Citibanamex.
Trump, una amenaza constante
En agosto, México y Estados Unidos habían acordado un tratado bilateral ante el impasse de las negociaciones trilaterales. En ese momento, Trump advirtió que el Congreso no debía interponerse, aunque el mandato había sido conseguir un tratado trilateral.
There is no political necessity to keep Canada in the new NAFTA deal. If we don’t make a fair deal for the U.S. after decades of abuse, Canada will be out. Congress should not interfere w/ these negotiations or I will simply terminate NAFTA entirely & we will be far better off…
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 1, 2018
“La posición de Trump fue clara al decir ‘va para adelante o nos quedamos sin Tratado’. Creo que demócratas y republicanos reconocen el gran valor de haber preservado la plataforma del TLCAN. El riesgo y la amenaza siguen latentes”, comentó Perezcano, otrora negociador del tratado en los años 90.
Si los demócratas retoman la Cámara y complican el escenario, agrega, surgiría otra vez la duda y Trump ya dijo que el Congreso no debe intervenir.
Las elecciones de medio término son consideradas en el país vecino como un referéndum al gobierno de Trump. Si los republicanos pierden el control del Senado o la Cámara de Representantes, la agenda del presidente corre el riesgo de no llevarse a cabo en su totalidad, como la construcción del muro en la frontera con México.
“Todo es frágil. Todo lo que les dije, los demócratas pueden deshacerlo y cambiarlo si entran”, dijo el presidente a sus seguidores el lunes pasado.
De acuerdo con Salazar, el regreso de los demócratas con el muy probable control que puedan hacer de las políticas de Trump se podría traducir en algo benéfico para México, ya que podrían acotarse los actuales episodios de volatilidad por las constantes amenazas de Trump.
“Con una mayoría hay mas contrapesos pero la retórica no necesariamente va a cambiar, a lo mejor veremos un debate más intenso”, dijo Luna.
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