La economía mexicana alcanzó su menor nivel de crecimiento desde el periodo de la pandemia por COVID-19, que paralizó la actividad económica del país. Las expectativas para la segunda mitad del año son retadoras.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció 2% a tasa anual durante los primeros cuatro meses del año.

Este aumento de la economía de México significó el peor resultado desde igual lapso de análisis de 2020, cuando el IGAE cayó 6.8%; además, muestra una tendencia de desaceleración respecto a 2023 (alza de 3.2%).

Las cifras retoman la lectura de una próxima desaceleración en la economía mexicana, pues en los cuatros meses del año el indicador global ha moderado su ritmo de crecimiento

Mencionaron analistas de Monex en una nota.

Explicaron que los resultados se alejaron de los estimados del mercado y del propio Inegi. Destacaron que las actividades primarias y la minería se “mantienen en terreno sensible”; en contraste, las demás se vieron compensadas por la fortaleza en construcción.

Retos para la economía mexicana 

El panorama para el segundo semestre del año sigue siendo más retador, con algunos de los motores que ahora están en juego probablemente mostrando cierto agotamiento o, en el mejor de los casos, una moderación.

Uno de los puntos positivos, según estrategas de Banorte, será la construcción, pues los trabajos para finalizar las obras de infraestructura del gobierno federal seguirán proporcionando un impulso relevante.

Mientras las manufacturas podrían verse favorecidas por el rebote de la producción industrial de Estados Unidos, especialmente el sector automotriz; además, las exportaciones podrían beneficiarse de los movimientos del tipo de cambio.

El gran reto será el desempeño de los rubros internos del territorio nacional, ya que éstos podrían desacelerarse ante una moderación en la demanda doméstica.

Eventos contrastados

Para lo que resta de este trimestre y el siguiente, la pérdida del poder adquisitivo de las familias mexicanas, por las elevadas tasas de inflación y de interés, mermarían varios eventos favorables:

  • Derrama económica de la jornada electoral por casi 3,00 millones de pesos
  • Los festejos del Día de Padre
  • El inicio de las campañas de descuentos de verano en diferentes cadenas de supermercados y departamentales
  • La reactivación del pago de algunos programas sociales

A lo anterior se añade que el turismo recibiría un impacto negativo por la alta probabilidad de que los primeros fenómenos climáticos se desarrollen en las costas del país en la última mitad de junio.

Con base en los pronósticos del Sistema Meteorológico Nacional, se espera una temporada muy activa, misma que concluirá el 30 de noviembre. Relacionado a esto último, las actividades primarias se verían afectadas, con la volatilidad pudiendo ser una constante en lo que resta el año

refirieron analistas de Banorte.

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