Los efectos económicos generados por la paralización de la economía a causa de la pandemia del COVID-19 no han tardado en reflejarse y los deudores de algunas instituciones financieras, como Banco Azteca, ya se han visto afectados.
El índice de Morosidad (IMOR) de Banco Azteca se ubicó en 11.89% en marzo, un alza de 8.99 puntos porcentuales, en comparación con marzo de 2019, y de 7.60 puntos frente a febrero pasado, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). Lo anterior contrasta con el IMOR de 2.31% de todo el sistema bancario.
Azteca es uno de los bancos que operan en México enfocados a otorgar préstamos a las personas más vulnerables, que generalmente laboran en el sector informal, o a usuarios con pequeños negocios, y que suelen ser los más afectados en las crisis económicas.
Los productos de crédito son para la compra de bienes de consumo duradero, préstamos personales, cuentas de ahorro e inversión.
Una encuesta que hizo la Universidad Iberoamericana, a través de su Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, arrojó que uno de cada tres hogares perdió 50% o más de su ingreso a partir del inicio de la transmisión del COVID-19. Además, estima que las personas sin empleo pueden llegar a ser entre 5.2 a 8.1 millones.
La agencia Moody’s recortó a inicios de abril la calificación de Azteca a ‘Ba1’, de ‘Baa3’, y su perspectiva pasó de ‘estable’ a ‘negativa’.
Moody’s argumentó que el banco tendrá desafíos en la calidad de sus activos y la rentabilidad, en un escenario de contracción económica, derivadas de las medidas de contención, dada su alta concentración en sectores de riesgo relativamente mayor.
Moody’s considera el brote de coronavirus como un riesgo social bajo nuestro marco ambiental, social y de gobernanza, dadas las implicaciones sustanciales para la salud pública y la seguridad. En este contexto, la exposición de Banco Azteca a los riesgos sociales es alta, más allá de la evaluación general de Moody’s de moderada para el sector bancario global
El reporte del primer trimestre de 2020, Banco Azteca indica que la estimación preventiva en balance cubre la cartera vencida 1.2 veces al 31 de marzo de 2020 y el IMOR fue de 11.9% al cierre del mismo periodo, lo que reflejó un incremento de 9 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo de 2019.
Banco Ahorro Famsa y Bancoppel, también concentrados en personas de más bajos ingresos, están entre los bancos de más alta morosidad, aunque este último ha conseguido ligeros descensos.
En marzo, el IMOR de Famsa fue de 16.76%, un alza de 4.94 puntos porcentuales frente a marzo de 2019, mientras que el IMOR de Bancoppel fue de 12.55%, una reducción de tres puntos porcentuales.
La calificadora Fitch dijo a finales de marzo que la calidad crediticia de los bancos medianos y pequeños, que generalmente se caracterizan por tener modelos de negocios más concentrados, con un alto enfoque en préstamos a pymes o al consumidor de menores ingresos, podría ser más sensible al deterioro de la calidad de los activos.
Otros de los bancos con el IMOR más elevado son Accendo Banco, especializado en el negocio fiduciario y Finterra, que se enfoca en la cadena de alimentos, desde el productor hasta el comercializador final.
Banco de México (Banxico) lanzó en semanas pasadas una serie de medidas que buscan garantizar la liquidez en el sistema financiero, en particular, dos de éstas, pretenden que los bancos comerciales aceleren el crédito a micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), así como a personas físicas que se vean afectadas por la pandemia.
Las medidas de Banxico han sido bien calificadas por el consenso del mercado, sin embargo, algunos especialistas e incluso Moody’s, tienen sus reservas respecto a si los bancos verdaderamente prestarán a las mipymes con problemas financieros y que pueden representar un alto riesgo de impago.