La debilidad económica que mostró el país a lo largo del año pasado “frustró” el efecto de la reforma de outsourcing -con la que el gobierno federal prohibió esquemas de subcontratación de personal- en la creación de empleos formales, pues la generación de trabajos permanentes presentó una reducción.
Según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), durante 2024 se crearon 213,993 empleos formales, dato que significó una caída de 67.2% respecto a 2023.
En teoría, los efectos de la reforma el artículo 15 de la Ley Federal del Trabajo, publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 23 de abril de 2021, se traducirían en más empleos permanentes y menos eventuales.
Con esta medida, impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, se prohibió la subcontratación de personal, es decir, la transferencia de trabajadores propios hacia otra empresa, y aparecer como patrones sin tener ninguna actividad productiva.
La reforma del outsourcing sí funcionó en la medida en que se ha ido incorporando al empleo formal poco a poco personal que era eventual. Sin embargo, no hay evidencia que la mayoría fueran contratados. Esto en parte por una caída en la generación de empleo general, que derivó principalmente por la baja en inversión pública
dijo el analista económico y financiero, Kristobal Meléndez.
Los costos de la reforma
Eufemia Basilio Morales, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, dijo que uno de los grandes costos de la reforma del outsourcing fue el aumento del desempleo y de la informalidad laboral, y cuenta de ello es la desaceleración del empleo formal.
Esto por el despido que se ha dado de empleados subcontratados, los que no son recontratados o contratados formalmente por la empresa. Se calcula que cerca de 4.6 millones de trabajadores se mantienen en esta forma de trabajo; alrededor de 3 millones de ellos cae en la informalidad y sólo un millón y medio es contratado por las mismas empresas en las que ya trabajan
expone la experta.
Por lo que finalmente, la reforma ha afectado al empleo, pese a que se estableció como una medida para beneficiar al trabajador al lograr que tenga estabilidad y seguridad laboral.
La investigadora señala que esta reforma tiene pros y contras: se espera sean más los beneficios, pero éstos se dan más a mediano y largo plazo, “en tanto el impacto inicial ha sido la disminución del empleo formal”.
Efecto del outsourcing en empleos permanentes
Por tipo de contrato, durante el año pasado se crearon 346,659 empleos formales permanentes, el menor nivel desde 2020, cuando se perdieron 560,473 plazas laborales por la pandemia.
De hecho, el punto más alto se dio en 2021 con la contratación permanente de 948,711 trabajadores asegurados en el IMSS, sin embargo, ese año coincidió tanto la entrada en vigor de la reforma al outsourcing como el efecto rebote por la crisis económica de 2020.
No obstante, en 2022 comenzó a dibujarse una tendencia de desaceleración en los nuevos trabajos permanentes, al igual que en el total general, lo cual fue “de la mano” de la pérdida de ritmo de todo el aparato productivo del país.
Destrucción en eventuales
Por su parte, a la par que el empleo permanente alcanzó su punto máximo en 2021, los trabajos eventuales, divididos en empleos urbanos y del campo, presentaron 102,295 despidos, el peor resultado registrado hasta ese año.
Posteriormente, se generaron 181,093 empleos eventuales en 2022, mientras que en 2023 se incorporaron 157,294 puestos; la tendencia siguió en descenso en 2024, con 132,666 plazas.
Los pros de la reforma del outsourcing
Para Héctor Magaña, profesor del Departamento de Finanzas del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, la reforma del outsourcing ha tenido un impacto significativo en el empleo formal, pues casi 2.9 millones de trabajadores migraron de empresas subcontratistas a patrones reales desde su puesta en vigor.
Esta transición ha conllevado mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores. Por ejemplo, se ha observado un incremento promedio del 20% en el salario base de cotización de los empleados que pasaron de esquemas de subcontratación a empleadores directos
confirmó el experto.
Además, la reforma ha contribuido a una mayor certeza en la contratación y en los derechos laborales de los empleados, especialmente en el caso de las mujeres trabajadoras, quienes han experimentado un impacto positivo en términos de empleo formal.
Prácticas irregulares
Al otro extremo, algunas empresas han continuado con prácticas irregulares en la subcontratación. “El IMSS ha identificado constantemente movimientos irregulares en empresas registradas como contratistas de servicios especializados, lo que ha llevado al reforzamiento de la vigilancia por parte de las autoridades”, señala Héctor Magaña.
Adicionalmente, una proporción significativa de trabajadores subcontratados no ha podido ser absorbida por las empresas formales, lo que conlleva que dichos trabajadores se han empleado en el sector informal (54% de la población ocupada).
La reforma, expone el especialista, ha implicado también desafíos económicos para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas. La necesidad de reestructurar plantillas y absorber costos adicionales ha generado preocupaciones sobre la reducción de utilidades y posibles ajustes en las plantillas laborales.
Reforma del outsourcing, sin impacto visible
En general, la tendencia a la baja en la generación de empleos permanentes y eventuales no permite visualizar el impacto de la reforma del outsourcing en el mercado formal, debido a la debilidad económica del país.
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela un crecimiento anual de 1.5% en el acumulado de enero a noviembre de 2024.
Dicho incremento, en igual periodo de comparación, fue el peor resultado para la economía mexicana desde 2020 (caída anual de 8.6%), año de la crisis económica y sanitaria por la pandemia.
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