El crecimiento de 3.0% de la economía mexicana en el 2022 manda señales de desaceleración en el transcurso de este año.

Ante este resultado, Ve Por Más (Bx+) mantiene la perspectiva de una fuerte desaceleración en la actividad económica para el 2023, en función del agotamiento del efecto reapertura y las consecuencias de un apretamiento monetario mundial sincronizado.

La estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció 3.0% anual en el 2022, contra 5.5% en el 2021.

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El aumento de 3.0% fue producto del alza trimestral de 0.45% en el último tramo del año pasado, que significó el peor resultado en los últimos cinco trimestres.

Esta tendencia de desaceleración viene acompañada de que a nivel local y mundial, la inflación parece que tardaría en volver a estabilizarse alrededor de las metas de los bancos centrales, por lo que éstos mantendrían una postura monetaria restrictiva por un tiempo considerable.

Así, ante la erosión del poder adquisitivo, altos costos financieros y la creciente incertidumbre económica (miedo a una recesión), el consumo privado, la inversión fija y la exportación exhibirán cada vez un menor dinamismo

advierte Bx+.

Para Monex, en las cifras del cuarto trimestre se observa un giro de narrativa a partir de mermas en el consumo, disrupciones en las cadenas globales de valor y presiones generales sobre la economía nacional a partir de las altas tasas de interés.

El grupo financiero prevé que será en este primer trimestre del 2023 cuando se perciba la pérdida de dinamismo de manera más nítida y aunque reconoce que el sesgo es mixto, con amenazas y oportunidades, conserva su estimado de 0.6% para todo el año.

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Los factores positivos

Banorte considera que hay factores positivos para la economía mexicana que se han materializado recientemente, como la resolución favorable en torno al sector automotriz en el T-MEC, la continuación de importantes inversiones relacionadas con el nearshoring.

Así como una moderación en las expectativas de una recesión global ante la reapertura de China, entre otros.

A pesar de esto, cree que el apretamiento monetario acumulado, en conjunto con un panorama inflacionario aún complejo, sí tendrán un impacto en la actividad económica, particularmente hacia el tercer trimestre.

Los energéticos han dado señales de un repunte ante la expectativa de una reapertura acelerada en China. Esto es un potencial viento en contra considerando que la lucha global contra la inflación aún no termina

destaca Banorte.

Por su parte, Ve por Más también coincide en que las inversiones asociadas al nearshoring y el T-MEC darán algo de resiliencia a la economía mexicana, especialmente en las regiones del norte y del Bajío.