Consumo e inversión dan señales de una fase de crisis, revelan datos del INEGI
Durante el primer trimestre del año, los indicadores más importantes de la economía mexicana entraron en una fase de crisis: consumo de los hogares e inversión de corto plazo.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la demanda agregada, que es el volumen de bienes y servicios requeridos por la economía del país, cayó 1.08% a tasa trimestral en el periodo enero-marzo de 2025.
Este resultado significó la segunda disminución consecutiva, así como el retroceso más pronunciado desde 2020, año de la pandemia que paralizó las actividades económicas del territorio nacional.
En términos generales y teóricos, la demanda agregada de México cumple uno de los requisitos para considerar que se ubica en una recesión técnica al registrar dos descensos al hilo. ¿Cómo le fue a sus componentes?
La demanda agregada cayó 1.08% en el primer trimestre del año, que significó la segunda disminución consecutiva, así como el retroceso más pronunciado desde 2020. Fotoarte: Mariana FloresConsumo e inversión, a la baja
El principal indicador de la demanda agregada de México es el consumo privado, con 48.6% de participación, el cual disminuyó 0.39% trimestral en el periodo de referencia, siendo la segunda baja seguida.
En tanto, la formación bruta de capital fijo, que es la inversión pública y privada de corto plazo, siguió el mismo comportamiento; su caída de 3.97% en el primer trimestre del año fue la segunda de forma consecutiva.
En su interior tanto la inversión pública como la privada se contrajeron, 7.79 y 3.55%, respectivamente; destaca que la primera hiló un año completo con variaciones negativas.
Lo positivo
Del lado positivo de la demanda, las exportaciones de bienes y servicios y el consumo del gobierno mostraron ascensos trimestrales durante los primeros tres meses del año en curso.
El gasto de realizan los diferentes niveles de gobierno creció 0.39% en el lapo de análisis, aunque dicha alza se dio tras una disminución previa, es decir, se manifestó un efecto rebote.
Por su parte, pese a un entorno de incertidumbre comercial generada por Estados Unidos, las exportaciones mexicanas continuaron con buen dinamismo, ya que su aumento de 1.11% trimestral representó hilar un año y medio con variaciones positivas.
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