Todas las promesas del próximo gobierno tienen un precio, particularmente en un contexto en el que México tiene finanzas públicas comprometidas, luego de los últimos seis años de endeudamiento.

En este escenario, cada vez cobran más fuerza las voces que apelan por la creación de un Consejo Fiscal, una propuesta que, hasta ahora la Secretaría de Hacienda ha rechazado.

Un Consejo Fiscal es una institución pública apartidista, que sirve para fortalecer los objetivos de finanzas públicas sostenibles a través de varias funciones, incluidas las evaluaciones públicas de los planes y el desempeño fiscal, así como la evaluación o provisión de pronósticos macroeconómicos y presupuestarios a largo plazo.

La función principal es revisar el cumplimiento de la sostenibilidad fiscal, que significa mantener en equilibrio ingresos y gastos, eso hace que el país no vaya a endeudarse más. En México se justifica plenamente su creación

Alejandro Alegría, investigador de Ethos, laboratorio de políticas públicas.

El Fondo Monetario Internacional, la Auditoría Superior de la Federación, así como organizaciones civiles han recomendado desde hace tres años la creación de un Consejo, el cual podría ver la luz en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, según declaraciones de Carlos Urzúa, el próximo secretario de Hacienda.

“Podría ser un Consejo Fiscal pero siempre teniendo en cuenta el mismo papel que juega el CBO (Congressional Budget Office de Estados Unidos), que es un organismo apartidista”, dijo Urzúa en entrevista con Reuters en julio.

Actualmente, el Congreso de la Unión está facultado para servir como un contrapeso de la Secretaría de Hacienda, pero en la práctica esto no se cumple. Aunque los diputados aprueban el Presupuesto de Egresos, Hacienda pueda hacer los ajustes que quiera.

Por ejemplo, entre el 2012 a junio del 2018 la deuda total creció 7.29 puntos porcentuales, pero más deuda no significó un mayor gasto en rubros como salud, educación e inversión física. Así, en 2018 sólo 56 centavos se irán a inversión física por cada peso de deuda del gobierno federal, mientras que en 2012 eran 80 centavos, según datos de la organización de México Evalúa.

El Colectivo Peso, que agrupa a nueve organizaciones civiles, junto con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), proponen la conformación de un órgano técnico bicameral, que fusione al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP) y la Dirección General de Finanzas del Instituto Belisario Domínguez en el Senado, el cual gozaría de autonomía e independencia presupuestal.

Un Consejo puede favorecer el análisis técnico. El próximo gobierno se ha pronunciado por un uso prudente del Presupuesto y por la austeridad, el Consejo vería si realmente hay un uso prudente (de los recursos)

Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.E

Los integrantes

Los especialistas consultados coincidieron en que, el Consejo debe quedar blindado de intereses partidistas, por lo que sus integrantes o consejeros deben ser elegidos con base en su capacidad técnica, que esté garantizada con sus méritos académicos y experiencia.

Adicionalmente, plantean que el Consejo radique dentro del Poder Legislativo, esto sin coincidir con tiempos políticos.

“(La de Urzúa) Es una actitud distinta a la del actual gobierno. Las calificadoras y los inversionistas no son suficientes para ser un contrapeso”, comentó Gabriel Farfán, presidente de la asociación civil Comunidad Mexicana de Gestión Pública para Resultados.

José Antonio Meade, secretario de Hacienda, en los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, fue uno de los personajes que más rechazó la creación de un Consejo.

“(…) No estimamos pertinente la propuesta ni la vemos viable (…) No hay mejor Consejo Fiscal que el propio compromiso del gobierno con la responsabilidad. México no requiere de un acompañamiento para acreditar un manejo responsable y lo ha hecho por muchos años”, dijo Meade en 2016.

Ese mismo año las tres principales agencias calificadoras cambiaron la perspectiva de la calificación crediticia de México, debido al acelerado ritmo de avance del de la deuda, aderezado por un bajo crecimiento económico y ante la amenaza de que los pasivos contingentes de Pemex contaminen las finanzas públicas.

“Alrededor del mundo, cuando la gente va conociendo los pronósticos comienza a seguir las publicaciones y conoce la situación de su país. Los Consejos han elevado el costo político para los gobiernos que no cumplen sus compromisos fiscales”, dijo Alegría.

Luego de la crisis financiera del 2008, varios países alrededor del mundo optaron por establecer un Consejo independiente para promover políticas fiscales sanas.

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