La incertidumbre que permea en el país y a nivel mundial se extendió en la Iniciativa Privada (IP) durante agosto pasado, destacando que de los sectores económicos más importantes de México, el de servicios fue el más pesimista.
De acuerdo con datos desestacionalizados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) general disminuyó 3.9 puntos anuales en el octavo mes del 2022, que significó la tercera caída al hilo.
Además, representó el peor resultado en el último año y medio, manifestando que la economía mexicana pinta un escenario desalentador para lo que resta del año.
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Mayor preocupación
La mayor preocupación de la IP mexicana se centra en la situación económica futura del país.
Con el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) se observa que en julio pasado se registraría una caída de 0.14%, que sería el tercer descenso consecutivo.
Los principales factores que merman el optimismo empresarial corresponden a una elevada inflación nacional, los altos precios internacionales de materias primas como petróleo y granos por la invasión rusa en Ucrania.
Otros factores que añaden cautela a los empresarios a nivel mundial son los confinamientos en China que provocan disrupciones en las cadenas de suministro globales y el miedo en los mercados por el endurecimiento monetario de la Reserva Federal (Fed) para revertir los elevados niveles inflacionarios.
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Motor manufacturero sigue sin prender
Los sectores económicos que considera el ICE, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), son manufactura, construcción, comercio y servicios.
El más importante por su peso en la economía mexicana es la industria manufacturera, que mostró un retroceso anual en agosto, de 0.7 puntos, el segundo de forma seguida.
Este pesimismo manufacturero se depositó principalmente en la desconfianza del empresariado en la situación económica futura de la empresa, con una baja de 1.8 puntos.
Otra caída importante se dio en el indicador sobre la situación económica futura del país (1.2 puntos), demostrando, ambos resultados, que hay incertidumbre sobre el rumbo que tomará México.
Desplome en servicios
El desplome sectorial más pronunciado del ICE en agosto pasado fue en servicios privados no financieros, con una diferencia anual de 6.4 puntos, caída que se originó porque todos sus indicadores descendieron.
La mayor desconfianza de los empresarios dedicados a este sector correspondió tanto en la situación económica futura del país (disminuyó 11.4 puntos) como en la situación futura de la empresa (caída de 8.7 puntos).
Por su parte, el ICE del comercio bajó 3.4 puntos anuales, mientras el de la construcción aumentó 0.7 puntos, beneficiándose de las grandes obras federales como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Corredor Transístmico.