Pese a la incertidumbre que se respira a nivel mundial, el comercio exterior de México mostró señales de recuperación durante julio pasado, encabezado por las exportaciones.

De acuerdo con datos oportunos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la balanza comercial del país presentó un saldo positivo de 1,168 millones de dólares en el séptimo mes del año, tras registrar un déficit previo de 1,509 millones.

Esto resultó de la diferencia entre exportaciones por 53,161 millones de dólares, e importaciones por 51,992 millones. En el primer caso se registró un monto histórico para un flujo mensual, cuya variación respecto al mes anterior fue de 5.78%, la más elevada en los últimos 18 meses.

Las alzas en el comercio exterior

Los flujos petroleros regresaron a terreno positivo ante una recuperación en los precios y en los volúmenes enviados. En julio, las exportaciones petroleras ascendieron a 2,323 millones de dólares, dando un crecimiento de 12.45%, aunque no compensó la baja previa de 31.58%.

En tanto, del lado de las ventas al exterior no petroleras, las agropecuarias avanzaron 4.79%, las extractivas retrocedieron 18.51% y las manufactureras incrementaron 6.07%.

En este último rubro, las exportaciones del sector automotriz, que representaron 32.2% del total, aumentaron 5.35%, después de una contracción previa de 0.82%, situación que manifiesta una menor demanda por autos ensamblados y autopartes mexicanas.

Preocupa bienes de capital

Mientras las importaciones mexicanas registraron un incremento de 0.43% a tasa mensual durante julio de este año, la segunda variación positiva consecutiva y que da señales de una mejora en la demanda interna.

Por tipo de bienes, solamente se contrajeron los correspondientes a capital con un retroceso mensual de 2.15%, siendo una respuesta negativa a la inversión relacionada con la relocalización de las cadenas globales de suministro.

En tanto, el mayor avance fue en los bienes de consumo (4.03%), después de tres disminuciones al hilo, es decir, un efecto rebote, pues sigue una menor apreciación del peso frente al dólar y la pérdida de poder adquisitivo.

Las compras al exterior de bienes de uso intermedio ascendieron 0.10%, el segundo avance seguido, como consecuencia de una ligera mejora de la actividad manufacturera del país.

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