La falta de una reforma fiscal y el mayor gasto en pensiones figuran entre los factores que pueden frenar el regreso al superávit primario en 2023, luego de que en 2021 y 2022 el gobierno federal estima un déficit, dijo el director general del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal.

Por las condiciones que atravesó el país por la crisis del COVID-19 no es “algo malo” incurrir en un déficit primario, pero si la economía no presenta un mayor dinamismo será complicado regresar al superávit que se reportó por años consecutivos en 2017, 2018, 2019 y 2020.

(En) el marco macroeconómico que nos propone el gobierno vemos este incremento en el gasto en pensiones, que no se inicia una reforma fiscal y solamente la miscelánea. Vemos complicado que en los últimos dos años del sexenio se regrese a un superávit primario

dijo Villarreal durante la presentación del análisis Implicaciones del Paquete Económico 2022. 

Para este año, se estima que el déficit sea de 0.4% y el siguiente de 0.3% del PIB, de acuerdo con los os Criterios Generales de Política Económica 2021 (CGPE) y en 2023 se anote un superávit de 0.3% del PIB.

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Un gobierno registra un superávit primario cuando “los ingresos presupuestarios se encuentran por encima del nivel requerido para cubrir el gasto público, sin considerar el costo de la deuda”, de acuerdo con el CIEP.

El directivo precisó que volver al superávit estará en línea de dos variables: que el déficit primario permanezca pequeño como proporción del PIB y que la economía siga creciendo.

Si una de estas dos condiciones se relaja e incurriéramos en déficits primarios más grandes o la economía deja de crecer o empieza a crecer a una tasa muy reducida, la presión sobre el indicador de la deuda y los saldos históricos van a tener una presión muy considerable y esto a su vez puede traer una serie de riesgos,

agregó Villarreal

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De llegar a este escenario en el que se amplíe el déficit primario y la economía se desacelere más a lo previsto, podría haber tensiones en 2024 con el cambio de administración, según el CIEP.

En 2021, la economía mexicana rebotaría 6.3%, mientras que en 2022 se tendría un crecimiento de 4.1%, de acuerdo con los cálculos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Gasto en pensiones

Las pensiones, como elemento relevante para regresar al superávit el gobierno destinará 1.4 billones de pesos en 2022, equivalente a 5.1% del PIB.

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Villarreal estimó que al cierre de la administración de López Obrador, el gasto en pensiones representará 6.3% del PIB, mientras que en salud se quedaría en 3.1%, “estaríamos más que doblando lo que gastamos en educación pública”.

“Tras un crecimiento real proyectado de 13.2%, se destinarán uno de cada cinco pesos al pago de pensiones en 2022”, escribió el CIEP en su cuenta de Twitter.