Las promesas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente de México sobre cerrar las brechas regionales del país impulsando al sur-sureste con grandes obras de infraestructura quedaron “a medias”.
Dentro de esta región mexicana, no todos corrieron con la misma suerte. Campeche y Guerrero quedaron como los ‘talones de Aquiles’ del ahora exmandatario morenista.
Además, el impulso que se le dio durante la pasada administración a la zona sur-sureste del país, caracterizada por décadas de rezago, ocasionó un daño colateral a otras entidades federativas del territorio nacional.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de las 32 entidades mexicanas, 19 registraron crecimientos en su actividad industrial entre 2019 y el tercer trimestre de 2024.
El primer lugar fue para Oaxaca con un aumento de su producción industrial de 70.5%, apoyada principalmente por el sector de la construcción, donde el proyecto insignia en el periodo de AMLO como presidente fue el Corredor Interoceánico y sus polos de desarrollo -equivalentes a zonas económicas especiales-.
Deterioro en el sur
Dentro de los 13 estados que mostraron disminuciones en su producción industrial en el lapso de análisis, se encuentran Campeche y Guerrero.
El primero forma parte, en menor medida, de la ruta del Tren Maya, pero no se atendió su principal actividad industrial, como sucedió en Tabasco: la minería petrolera, con un peso de más de 50% en su economía.
Para Guerrero, azotado por fenómenos meteorológicos y actos de inseguridad que detuvieron su principal vocación, el turismo, tampoco se destinó un proyecto insignia a nivel federal.
Resalta la contracción del Estado de México, la segunda economía más grande del país y donde se construyó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), pues en los últimos años compite con Nuevo León para ser los motores industriales del país.
Tasas de doble dígito con AMLO
En contraste, la segunda posición nacional correspondió a Tabasco con un aumento de 66.2% en su actividad industrial, cuyo detonador fue, a través de la construcción, la refinería de Dos Bocas.
El podio lo completó un estado que no figuró en los planes estelares de AMLO: Hidalgo, con un alza de 22.2%, aunque ayudó la Central Termoeléctrica Ciclo Combinado en Tula y la Refinería Miguel Hidalgo, así como su cercanía al AIFA.
Las otras entidades con tasas de doble dígito fueron Chiapas, Sonora, Chihuahua, Veracruz, Ciudad de México, Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí. Dichos estados destacaron en la estrategia del gobierno de AMLO, Veracruz en el Corredor Interoceánico y Chiapas en el Tren Maya.
Sin embargo, también hay entidades que cerraron el sexenio con un menor dinamismo industrial por su vocación manufacturera, como Guanajuato y San Luis Potosí en el Bajío, y Chihuahua y Sonora en la frontera norte.
Las otras alzas
Los otros estados con crecimientos en su producción industrial durante la gestión de AMLO como presidente de México fueron Nuevo León, Baja California, Quintana Roo, Puebla, Querétaro, Yucatán, Tlaxcala y Jalisco.
De este grupo, Quintana Roo fue el más beneficiado en el sexenio anterior al poseer las mayores rutas del Tren Maya y el aeropuerto de Tulum, más, en un proyecto estatal, su Parque Industrial con Recinto Fiscalizado Estratégico de Chetumal.
También sobresale Yucatán en el proyecto del Tren Maya, pero además por su dinamismo fabril en Mérida y en Puerto Progreso, puntos que fungirán como polos de desarrollo en el Plan México.
En tanto, los otros estados presentaron crecimiento industrial por méritos propios, como Puebla por vocación automotriz y textil, o Querétaro al detonar sus sectores autopartista y aeroespacial.
Te puede interesar: