Un cambio en el grado de inversión de México es un riesgo latente ante un mayor déficit  público y a la elevada deuda debido al gasto continuo del gobierno en programas sociales, aunado a la perspectiva de un menor crecimiento económico provocado por las reformas al Poder Judicial, advirtieron especialistas.

Actualmente, Fitch Ratings tiene al país un escalón dentro del grado de inversión, pero una baja degradaría a México a grado especulativo; mientras que S&P Global Ratings y Moody’s, tienen la calificación soberanada dos grados adentro.

Perder el grado de inversión implicaría tener que incorporar a las tasas de interés una prima de riesgo y esto a su vez provocará un incremento de las mismas. Asimismo, habrá mucho más cautela en los inversionistas y una reducción en los proyectos que llegarían a México, señaló el economista Jorge Chávez Presa en un artículo de Reforma.

Si suben las tasa de interés significaría que el gobierno va a pagar más intereses por la deuda que tiene interna y externa, y eso va a reducir el espacio fiscal para financiar y cubrir con el presupuesto o con los ingresos que quedan, a menos que se endeuden más

agregó.

Además, el economista recordó que alcanzar el grado de inversión fue significativo para México dado que fue considerado como un país organizado para crecer económicamente y con capacidad de pago.

El gasto tendrá un grave impacto en el grado de inversión

Un efecto de perder el grado de inversión es el encarecimiento del financiamiento con altas tasas de interés, dado que tener o no la calificación es la diferencia entre tener créditos a tasa fija a plazos de 30 años o créditos a 5 años con tasa variable, explicó Victor Manuel Herrera, presidente del Comité de Estudios Económicos del Instituto de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Además, Herrera consideró que el elevado déficit del gobierno federal, que es mayor gasto que ingreso, ya no es compatible con la calificación que tiene la deuda soberana gubernamental. Aunque la Secretaría de Hacienda señala que reducirá el déficit de 5.9% a 3%, muchos dudan de que pueda concretarse la meta.

Si recortaran toda la inversión pública no les alcanzaría para bajar el déficit a 3%; tendrían que hacer recortes en el gasto corriente o en programas sociales

comentó Luis de La Calle Pardo, exfuncionario de la Secretaría de Economía.

Asimismo, otro elemento que representa un riesgo para el grado de inversión es el paquete de reformas al Poder Judicial impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya que la desaparición de organismos autónomos pone nervioso al mercado.

Con información de Reforma

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