Si bien el alza al salario mínimo anual incentivó el gasto de los hogares mexicanos, también generó que el porcentaje de la población en este nivel de ingresos aumentara.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al segundo trimestre del año, 69.0% de la población ocupada en México percibe hasta 2 salarios mínimos.
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Mientras una década antes, el porcentaje de los ocupados del país en dicho nivel ascendió a 38.1%, es decir, tuvo un incremento de 30.9 puntos porcentuales.
La misma dinámica se siguió por género, pues las mujeres pasaron de 46.9% de las ocupadas que ganaba hasta 2 salarios mínimos en el segundo trimestre del 2013 a 72.7% en igual periodo del 2023. Los hombres transitaron de 32.6 a 66.5%.
Traslado
Uno de los efectos del aumento al salario mínimo cada año, además de ser un factor que presiona a la inflación por el lado de la demanda, es que gran parte de los ocupados en territorio nacional se traslado al umbral más bajo de ingresos.
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Por ejemplo, solamente considerando hasta un salario mínimo, el porcentaje de la población ocupada pasó de 13.4 a 34.8% en el lapso de análisis, dando una diferencia de 2.6 veces.
Sin embargo, se observa que el mayor crecimiento de esta población fue para las mujeres, de 18.7 a 43.1%. Esto significa que en el 2013, casi 19 de cada 100 mujeres ingresaba un salario mínimo, y diez años después, la relación fue de 43 de cada 100 ocupadas.
En extremos
Al otro extremo, se redujo el porcentaje de la población que gana más de 5 salarios mínimos en la última década.
En el segundo trimestre del 2013, 7.5% de los ocupados en México percibía el mayor nivel de ingresos, en tanto, en el mismo periodo del 2023 dicho indicador se ubicó en 1.2%.
Cabe destacar que la población ocupada que no recibe ingresos, que son los trabajadores dependientes no remunerados y los trabajadores por cuenta propia dedicados a actividades agrícolas de subsistencia, pasó de 7.6 a 5.1%.