En el siglo 20, el mundo vivió varias crisis económicas de gran calado que generaron estragos. Una de ellas fue la ocurrida en la República de Weimar – actual Alemania – tras la Primera Guerra Mundial, cuando el dinero se depreció tanto que las personas preferían ponerlos en las paredes o fabricar juguetes, en vez de utilizarlo en transacciones.

Esta hiperinflación derivó de una devaluación de la moneda alemana de entonces, el marco, luego de la también llamada Gran Guerra y de los compromisos de reparación de daños a Francia y Bélgica que tenia la República de Weimar.

Entre 1921 y 1923, cuando las finanzas del país se vieron más afectadas, el tipo de cambio pasó de 60 marcos por dólar a más de 1 millón de marcos por dólar, refiere el libro ‘Economía y Política en la República de Weimar (2002)’, de Theo Balderstorn.

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Monedas sin respaldo y deudas de guerra

La historia de la hiperinflación en la República de Weimar está íntimamente relacionada con el Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial en 1919.

Durante el enfrentamiento bélico, de 1914 a 1919, el imperio alemán utilizaba una moneda con respaldo en oro llamada Goldmark. Esta perdió poder adquisitivo porque, para hacer frente a la obligación de reparaciones por los enfrentamientos en Francia y Bélgica – uno de los requisitos estipulados en el Tratado de Versalles –, el gobierno alemán emitió más papel moneda del que su economía le permitía.

Estos billetes nuevos, llamados Papiermark, no tenían respaldo en oro, lo que suponía un problema, ya que las economías de principios de siglo 20 requerían que el papel moneda tuviera aval de ese metal precioso.

Al momento de la firma del Tratado de Versalles, el gobierno alemán, Francia y Gran Bretaña se aseguraron de que los 2,000 millones de marcos de oro anuales que la República de Weimar tenía que entregar para las reparaciones no pusieran en riesgo su economía. Pero debido a la falta de reservas de oro, el Papiermark se volvió cada vez más popular.

Desde 1919 y hasta mediados de 1921, el Papiermark se mantuvo en 60 marcos por dólar estadounidense. Pero en agosto de ese año, tras el ultimátum que le dio Gran Bretaña para pagar los destrozos de la guerra, y que le exigía pago en marcos de oro, las cosas se complicaron, de acuerdo con Balderstorn.

Al salir el dinero respaldado, el país tuvo que cubrir sus necesidades económicas con monedas sin respaldo, y la riqueza que generaba su economía se iba directamente a cubrir las deudas extranjeras.

Así, el marco comenzó a devaluarse.

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La hiperinflación en sus peores momentos

Si 1921 se reveló como un año complicado para la economía de la República de Weimar, los dos años subsecuentes resultaron catastróficos.

A inicios de 1922, los mercados financieros internacionales notaron la devaluación del marco alemán y tanto Francia como Bélgica y Gran Bretaña exigieron a los alemanes saldar sus deudas con recursos naturales, en vez de con dinero.

Durante la primera mitad del año, la República de Weimar intentó renegociar con sus acreedores, pero no fue posible. En diciembre de 1922, un dólar estadounidense era equivalente a 8,000 marcos. Y el costo de vida también se elevó exponencialmente, de acuerdo con Balderstorn.

Los precios de los alimentos y artículos de consumo subían de un día para otro y la hiperinflación en Alemania arruinó a las familias que habían depositado su dinero en los bancos.

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Ante la emergencia por la hiperinflación en Alemania, tanto ayuntamientos como cajas de ahorro y empresas emitieron documentos ‘de emergencia’ llamados Notgeld, que funcionaban como promesas de pago.

En enero de 1923, cuando la crisis asolaba a Berlín, tropas francesas y belgas se instalaron en la zona de Ruhr, famosa por ser la cuenca minera alemana. En protesta, los obreros se fueron a huelga y el gobierno alemán tuvo que emitir más dinero para pagar los salarios caídos.

Los meses posteriores, la inflación siguió en ascenso. Para julio de ese año, un dólar estadounidense equivalía a un millón de marcos.

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De Bundesarchiv, Bild 102-00134 / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5478690

En noviembre, el presidente del banco central del país, Hjalmar Schacht, propuso la supresión del Papiermark para terminar con la hiperinflación en Alemania. La divisa fue sustituida por el Retenmark, o marco seguro, relata Enrique Cerca en su texto ‘La política alemana que eliminó la hiperinflación en Alemania de 1923′.

Para respaldar esta moneda, se propuso utilizar productos de la economía nacional, mediante hipotecas sobre tierras y bienes industriales.

La divida se utilizó hasta 1924, cuando se introdujo el Reichsmark, que se convirtió en la nueva moneda oficial hasta 1948.

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Los problemas a los que se enfrentó Alemania con esta hiperinflación, derivada de las obligaciones financieras que contrajo al término de la Primera Guerra Mundial, fueron retomados en el libro ‘Mi Lucha’, donde Hitler expone su visión política y económica para el país.

Además, el recuerdo de este episodio favoreció la perspectiva favorable entre los alemanes de la época para el líder, quien asumiría el poder en 1934 y hasta su muerte, en 1945, tras ser derrotado en la Segunda Guerra Mundial.

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