Polémico Banxico
La postulación como subgobernador del Banco de México de Omar Mejía Castelazo, que el presidente Andrés Manuel López Obrador delegó a la Secretaría de Hacienda, pero que al final quien arrebató la encomienda fue el propio banco central, sorprendió a propios y extraños dentro y fuera del instituto.
Y es que más allá de la falta de una experiencia real en política monetaria, como lo establecen los requisitos para formar parte de la junta de gobierno, hay inconsistencia en su información porque mientras que la Secretaría de Hacienda asegura que desde 2019 “funge como asesor de la Junta de Gobierno de Banxico”, en ese año todavía laboraba en la Tesorería de la Federación junto con Galia Borja, quien ingresó al Banco de México como subgobernadora en enero de 2021 y lo reclutó como su asesor en el banco central, y no de la Junta de Gobierno como informó Hacienda.
Y así cada vez se conoce, a regañadientes, algunos datos sobre el pretendido subgobernador que siembran dudas no sólo en la capacidad técnica de las decisiones monetarias, sino en la propia autonomía del instituto central porque de los cinco miembros que deciden, cuatro habrían sido elegidos por la administración actual.
Y la misma falta de experiencia monetaria se acusó en su momento a la gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja, que ha preferido el perfil más bajo posible para aminorar las críticas de su trayectoria, que seguramente revivirá con el polémico nombramiento de Omar Mejía Castelazo.
“La elaboración de pronósticos es una tarea compleja que implica encontrar una solución sobre distintos problemas en el futuro y para los cuales no hay una estrategia única, sino que requiere de una evaluación constante y sistemática de diversos factores económicos”, esta es una de las principales conclusiones de un análisis titulado ‘El régimen de objetivos de inflación con base en pronósticos y la pandemia de Covid-19. La experiencia en México’, que se presentó en mayo del año pasado firmado por Galia Borja Gómez, Omar Mejía Castelazo y Jamel Kevin Sandoval.
Metrobús, derroche de dinero
En la Ciudad de México el transporte colectivo vuelve a ser foco de interés, y no sólo por los recientes accidentes con víctimas mortales, sino por la adquisición del servicio de limpieza en el Metrobús a cargo de María del Rosario Castro Escorcia, adjudicado directamente a la empresa Servicios Integrales Retimar, por un monto de 11 millones de pesos, dos millones de pesos superior a lo que se habría pagado de continuar con el mismo proveedor del año pasado. Tal como se observa en un oficio del 20 de diciembre, se justifica la ausencia de licitación con un supuesto estudio de mercado donde se mostraba que la cotización de la elegida representaba un ahorro.
Sin embargo, días más tarde desde Ocram Seyer, se dio a conocer que ante la ausencia de un procedimiento por concurso, estaban en la disposición de dar continuidad a sus labores al mismo costo que en 2022, por lo que su precio habría sido de 8.9 millones de pesos para el periodo del 1 de enero al 15 de marzo.
Y por si fuera poco, Servicios Integrales Retimar vio la luz apenas en 2022, de acuerdo con su RFC, y que su representante legal es Beatriz Adriana Escárcega Arellano, que en el nicho es relacionada como prima hermana de la directora ejecutiva de Administración y Finanzas, María Dolores Arellano Sesmas, aunado a que en marzo del año anterior firmó como litigante de Joad Limpieza y Servicios, y que tuvo su paso por la administración pública dentro de áreas de adquisiciones como la de Tlalnepantla, Estado de México (2019), y en tiempos de Miguel Ángel Mancera (2015), como miembro de la Secretaría de Seguridad Pública.
