Unicornio a la vista

El fin de semana viajaron a la ciudad de Nueva York, Allan Apoj y David Poritz, los fundadores de Credijusto que atrajo los reflectores con la reciente compra de Banco Finterra, institución cuyo origen fue una Sofom que en 2016 recibió la autorización de la CNBV para ampliar sus actividades de financiamiento, principalmente, al sector agropecuario. Los jóvenes empresarios tendrán agenda llena porque están en los últimos detalles para cerrar una nueva ronda de financiamiento cuyos pormenores guardan celosamente ya que dicha inyección permitirá que Credijusto se convierta en el nuevo unicornio mexicano en cuestión de semanas.

Los recursos servirán justo para consolidar el modelo de negocios que ahora suma una institución, digamos, tradicional, que servirá sólo para complementar su oferta actual de servicios. Sin embargo, no todo será tan automático como parece porque antes los nuevos dueños de Banco Finterra deberán de resolver la relación con los llamados asesores independientes que no son más que representantes que la institución utiliza, o utilizaba, para promover sus servicios a cambio de una comisión. Dichos asesores están literalmente en zozobra por su destino ya que simplemente no encajarían en el modelo de Credijusto. 

“SPAC Slim”

Hace años que Carlos Slim Helú dejó de sorprender a los mercados financieros con sus adquisiciones que le valieron el mote del Rey Midas, y más bien se concentró en operaciones fuera de México principalmente mediante América Móvil, la joya de su imperio, y a diseñar esquemas financieros y bursátiles para “desdoblar” sus negocios con el objetivo de mejorar la valuación en el mercado de aquellas subsidiarias con mayor potencial. 

Apenas en febrero de este año, anunció los planes de escisión de la Sinca y de Promotora Inbursa del Grupo Financiero Inbursa, que requerían de las autorizaciones correspondientes y de la aprobación de los accionistas. Ambos requisitos están por llegar luego de que Banco Inbursa llegara a un acuerdo con el gobierno federal sobre la contraprestación que recibe por dos centros federales de rehabilitación social que administra y que forman parte del portafolio de la Sinca.

Esta situación retrasó los planes que ahora se retomaron para dejar el camino libre para la oferta en la BMV en el último trimestre del año de la Sinca Inbursa para convertirla en un SPAC que se alimente de los recursos de la emisión, y aportaciones del propio grupo para sumar más de 1,200 millones de dólares, para financiar la compra de más empresas y ampliar el portafolio actual compuesto por participaciones accionarias en empresas del sector de infraestructura, automotriz, salud, financiero, medios, y contenidos entre muchas otras.