Claudia Sheinbaum y los corridos tumbados, ¿realmente los prohibió?

Claudia Sheinbaum y los corridos tumbados, ¿realmente los prohibió?

Desde hace unos días inició una de las mayores controversias que involucra a dos mundos, aparentemente inconexos: la política y la música. La llamada “narcocultura” ha cobrado fuerza en los últimos años, y ha alcanzado su cenit con los llamados “corridos tumbados”, por lo que la presidenta Claudia Sheinbaum ha intervenido en dicha conversación.

A partir de la necesidad de generar un cambio en la percepción de esta música, el Gobierno de México  ha decidido impulsar una nueva forma de informar sobre el impacto negativo que tiene el uso de letras que hacen apología a la violencia. Sin embargo, se ha señalado que esta medida podría tratarse de censura. ¿Qué es lo que realmente busca la presidenta?

Claudia Sheinbaum
Fotoarte: Natalia Montiel

Cambio en la idea de la sociedad, objetivo de Claudia Sheinbaum

Para lograr este objetivo, Claudia Sheinbaum está implementando un nuevo plan para cambiar la narrativa de la música mexicana que hoy domina en diversas plataformas de consumo cultural. A dicho programa lo llamó “México canta por la paz y contra las adicciones”.

Este proyecto es una alianza entre el gobierno y la industria musical, con el objetivo de que las nuevas generaciones de cantantes enfoquen sus contenidos en otros temas y hagan un uso más profesional del lenguaje, el cual contará con el apoyo del Consejo Mexicano de la Música (CMM).

El concurso está dirigido a jóvenes de entre 18 y 34 años, tanto de México como de Estados Unidos. Podrán participar con géneros como mariachi, norteño, banda, corrido, tropical, duranguense, campirano, bolero, además de fusiones con rap, rock, pop y hip hop, entre otros.

Claudia Sheinbaum corridos tumbados
Foto: Presidencia

El inicio de la crítica, la negación

La crítica en torno al tema comenzó a escalar tras lo ocurrido el pasado 11 de abril en la Feria de Texcoco, cuando el cantante Luis R. Conriquez se negó a interpretar canciones que, en sus letras, hacían apología de la violencia.

Esto desató la ira de los asistentes, quienes causaron destrozos en el escenario del palenque texcocano. El hecho se viralizó rápidamente y se comenzó a señalar que la reacción fue provocada la iniciativa de la mandataria federal para frenar este tipo de música.

Sin embargo, el origen de todo este caso se remonta a unas semanas antes, cuando el grupo Los Alegres del Barranco proyectó, en un concierto en Guadalajara, imágenes de Nemesio Oseguera, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Esta situación desencadenó la polémica, ya que dicho grupo criminal es considerado uno de los más violentos del país.

Con la noticia viralizada, una de las acciones que se suscitaron fue el anuncio de que el gobierno de los Estados Unidos rescindió las visas a los músicos de Los Alegres del Barranco.

Claudia Sheinbaum corridos tumbados
Foto: Presidencia

¿Censura? ¡Mentira!, señaló Sheinbaum

Ante las constantes muestras de desaprobación por parte de articulistas y voces en los medios de comunicación, la presidenta Claudia Sheinbaum salió a aclarar que la propuesta de evitar la apología del delito en las canciones no es un acto de censura ni oposición, sino una invitación a cambiar la narrativa que la narcocultura ha sembrado.

Durante una de las conferencias de prensa matutinas, la mandataria fue cuestionada sobre la “prohibición” que muchos creen está siendo dictada directamente por el gobierno federal. Sin embargo, atajó que la acusación no es real.

No soy partidaria de las prohibiciones (…) Desde mi punto de vista, es mejor la educación, la formación, y que la propia sociedad deje de lado estos contenidos musicales, en lugar de prohibirlos per se. Claro que también se llega a extremos que son delito, ¿verdad? Como promover, en un evento, un video de un narcotraficante como si fuera algo positivo.

Todo tiene, digamos, sus pros y sus contras. En nuestro caso, como gobierno federal —y ya cada gobierno estatal y municipal está tomando sus propias decisiones dentro de sus atribuciones— es mejor seguir promoviendo una cultura de paz, y evitar, por decisión propia, que un joven elija escuchar esta música por su contenido

mencionó Sheinbaum.

Hasta ahora, exponentes de renombre como Peso Pluma o Natanael Cano no han emitido una postura pública sobre las críticas que están generando estas acciones gubernamentales.

Sin embargo, uno de los exponentes del género que ha hablado es el cantante Junior H, quien, previo a su presentación en el festival Coachella, opinó sobre lo ocurrido en las últimas semanas y justificó la música que realiza como una “costumbre”.

Es muy triste, llevamos décadas con esta música y apenas están comenzando a hacer esto. Para mí, es muy ridículo y muy triste, porque es música con la que comenzamos, con la que nos conocen,

agregó.

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