Centralización y elección de jueces frenan concursos mercantiles en México
Los juzgados especializados en materia concursal se han convertido en un “cuello de botella” en la resolución de jucios, desde la reforma de 2022 que derivó en el surgimiento de los dos Juzgados de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles, y posteriormente, la elección de personas juzgadoras.
Previo a 2022, cualquier juzgado en materia civil o mixtos podían resolver concursos mercantiles, y eso agilizaba la resolución de casos; no obstante, con centralización de los juzgados especializados en la materia en la capital del país, se observa un retraso, de acuerdo con especialistas consultados por EL CEO.
Si bien son dos juzgados especializados que solo conocen de concursos mercantiles, lo cierto es que recientemente, debido a un acuerdo del Consejo de la Judicatura Federal (hoy Órgano de Administración Judicial), conocen de ciertos juicios de amparo de otras materias y estos juicios han dilatado o retrasado un poco su trabajo
señaló Jorge Valdés King, socio experto en litigio, arbitraje y juicio laboral del despacho Hogan Lovells México.
El litigante explicó que gran parte del retraso se da en la segunda instancia, ya que los tribunales colegiados sin especialización atienden dichos asuntos.
En la segunda instancia es cuando hay apelaciones, las apelaciones van al Tribunal Colegiado de Apelación en Materia Civil del Primer Circuito, que están en la Ciudad de México. Antiguamente se iba a los tribunales en general que había en todo el país y entonces en segunda instancia se hizo un cuello de botella
comentó.

Nueva jueza retrasa asuntos
En el caso de la reforma judicial, el abogado José Alberto López Torres criticó que con la elección de jueces, magistrados y ministros llegaron figuras que no cuentan con la experiencia requerida en materia concursal.
Tal es el caso de la jueza Primero de Distrito en Materia de Concursos Mercantiles, Nataly Pérez Hernández, quien previo a la elección trabajó en el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y en la Lotería Nacional, en puestos relacionados con juicios mercantiles y civiles.
Así nos lo muestra su propio currículum, inclusive si uno se mete al Órgano de Administración Judicial, se advierte que la experiencia de esta juzgadora es dentro del ámbito público
reiteró López Torres.
El abogado experto en litigio concursal y socio del despacho GLZ Abogados, aseguró que el reto ahora no es normativo, sino práctico, para que los juzgados especializados “funcionen realmente como tales, que sus resoluciones deben de reflejar un dominio técnico situación económica el caso y un uso responsable de las herramientas que da la ley”.

Concurso mercantil lo ven como fracaso
En general, el concurso mercantil es sinónimo de fracaso en México, y no una oportunidad de reestructuración o avance, como pasa en Estados Unidos con el mecanismo del Chapter 11.
Omar Guerrero Rodríguez, socio director de Hogan Lovells México, mencionó que para el empresario mexicano, solicitar la protección bajo el concurso mercantil es la última opción que evalúan, por cuestiones de reputación.
En Estados Unidos en particular, el fracasar empresarialmente te da experiencia. En países como los latinos, porque venimos hablando de una tradición de la bancarrota, se ve como un fracaso, un atentado a tu reputación
dijo Guerrero Rodríguez a EL CEO.
Agregó que dentro del procedimiento del concurso mercantil existen medidas cautelares que pueden ser molestas para las partes involucradas, y que ahora es más común la búsqueda de medios alternos de solución de conflictos, ya sea por la mediación o por acuerdos previos.
Al terreno de lo penal
Un juicio mercantil está compuesto tres etapas: la visita, conciliación y quiebra.
El abogado Jorge Valdés King explicó que, por ley, la fase de conciliación no puede pasar de los 185 días naturales, pero que puede haber dos prórrogas de 90 días para lograr acuerdos con los acreedores. No obstante, en casos donde el deudor no está localizable, puede proceder a un asunto penal o “caer en la calle del olvido” en perjuicio de los acreedores.
Muchas veces las empresas dicen, ‘No le voy a meter dinero bueno al malo.’ Me va a costar más dinero localizar al deudor, encontrar los activos, que los devuelvan, que lo que me deben o que lo que realmente me van a poder pagar
dijo el abogado.
De estos casos, uno de los más sonados fue el de Desarrolladora Homex, empresa que construía casas de interés social y que llegó a valer 3,000 millones de dólares. En 2014 cayó en bancarrota y los dueños debían dinero a Bancomext por la construcción de vivienda en Brasil, lo que derivó en imputaciones penales en contra de los dueños.







