Diablos Rojos: el ‘grand slam’ que su CEO diseña para ganar en el Mundial de la FIFA
Los Diablos Rojos del México alcanzaron este año su cuarto bicampeonato en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), al barrer a los Charros de Jalisco en la Serie del Rey. Este hito los posicionó como la novena más ganadora de la liga con 18 títulos, y también los pone en la senda para buscar el primer tricampeonato de su historia en 2026, un año que se perfila con retos dentro y fuera del diamante.
El equipo tendrá la misión de mantener sus buenos números –deportivos y de entretenimiento– en un año en el que México será sede de la Copa Mundial de la FIFA, una de las justas deportivas más grandes a nivel mundial que se celebrará entre los meses de junio y julio.
Las primeras estimaciones de la Federación Mexicana de Fútbol (Femexfut) apuntan a la llegada de 5.5 millones de turistas adicionales durante esos meses, y una derrama económica de 3,000 millones de dólares. Ante ello, los trabajos para capitalizar esas oportunidades y sumarse a la fiebre mundialista iniciaron hace seis meses, explica Jorge del Valle, nuevo director general de Diablos Rojos de México.
Tenemos varias estrategias. Nos vamos a unir a esta fiesta (mundialista) pero de una manera inteligente… no nos da miedo que esté el Mundial
explica Del Valle en entrevista con EL CEO desde sus oficinas en el Estadio Alfredo Harp Helú, casa del equipo con 85 años de historia.

Béisbol en el Mundial 2026
Los juegos del Mundial de Fútbol arrancarán dos meses después del inicio de la temporada de la LMB, por lo que el equipo modificará sus horarios de juego para evitar cruces con alguno de los partidos mundialistas. El objetivo, precisa el directivo, es evitar a los aficionados el dilema de elegir entre ver o asistir al fútbol o al béisbol.
La organización también buscará aprovechar el atractivo de su casa, el Estadio Alfredo Harp Helú, el cual en los últimos años se ha convertido en una parada obligatoria no solo para los aficionados del llamado Rey de los Deportes. Una muestra de la relevancia del estadio, que alberga los juegos de los “pingos” desde 2019, es que en la temporada regular de este año alcanzaron un nuevo récord de asistencia, con un total de 592,153 aficionados, cifra que supera los 600,000 si se cuentan los juegos de Playoffs, Serie de Zona y Serie del Rey.
Estos esfuerzos serán aderezados con una estrategia de marketing para dar respaldo a la Selección Nacional de Fútbol, pero sin perder de vista la identidad del equipo.
La fórmula que renovó a los Diablos Rojos
Hablar del éxito de los Diablos Rojos es también hablar del camino que la organización siguió para lograrlo. Para Del Valle, un punto de inflexión lo marcó la eliminación del equipo en la primera ronda de Playoffs contra los Pericos de Puebla en 2023, incluso pese a contar con una de las nóminas más altas de la liga.
El descalabro obligó al equipo a emprender una reestructura deportiva que abordó varios ejes, entre ellos el de un mayor control de gastos. Así, a partir de ese año, Diablos Rojos limitó el crecimiento de su gasto deportivo a un 25% anual. “Eso nos ha dado mucho éxito y nos ha permitido volvernos más tangibles en cuanto a lo que tenemos que hacer”, apunta el directivo.
A estos esfuerzos se sumaron la construcción de un perfil de jugador ideal; un cuerpo técnico con experiencia liderado por Lorenzo Bundy como manager; el fortalecimiento de la preparación física de los jugadores y la atención de sus necesidades, incluidas las de salud mental. Además, la organización apuntó al uso de la sabermetría —una metodología estadística para el análisis del béisbol— para detectar y corregir deficiencias y conocer al rival.
La herencia de Alfredo Harp Helú
Otra de las claves del éxito es el relevo generacional. Si bien el empresario y dueño del equipo, Alfredo Harp Helú, continúa como presidente del consejo de administración, desde hace algunos años las decisiones del negocio deportivo recaen en su hijo, Santiago Harp Grañén, quien es vicepresidente del consejo de administración desde 2022.
Santiago es un joven de 25 años, muy fresco, con mucha innovación, que entiende perfectamente qué buscan las nuevas generaciones
explica Del Valle.
Esta renovación permitió a los Diablos Rojos tener un segundo aire entre los aficionados. La edad promedio de los asistentes al estadio se redujo de 60 años a 35 años. Además, se echó a andar la maquinaria para construir una cultura deportiva que pone a los Diablos Rojos en el centro, y que se ha extendido incluso fuera de la Ciudad de México.
Hicimos que la marca Diablos, la franquicia Diablos, el club de Diablos Rojos de México, sea hoy un club con números verdes
apunta Del Valle.
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