T-MEC automotriz: sindicato de Ford, GM y Stellantis pide mayores salarios en México
Una de las críticas a la industria automotriz dentro de la revisión del T-MEC es el alto porcentaje de unidades que México exporta al mercado estadounidense, y para United Auto Workers (UAW), el mayor sindicato automotriz de ese país, la solución se encuentra en los salarios de los trabajadores mexicanos.
Un incremento sustancial en los salarios de los trabajadores del país permitiría reducir la brecha que existe entre la producción de vehículos y el consumo en el mercado interno, apuntó el sindicato.
UAW es uno de los sindicatos con mayor músculo en Estados Unidos y representa a los trabajadores de las tres grandes automotrices de ese país: Ford, General Motors y Stellantis.
Actualmente, México es el quinto mayor productor de vehículos ligeros a nivel mundial. Sin embargo, el porcentaje de la población mexicana que adquirió una unidad nueva de forma anual fue de 1.2%. Este porcentaje está por debajo de la media de población que adquiere autos nuevos anualmente de los 10 principales productores a nivel mundial, que es de 3%.
De lograrlo, consideró el UAW, la demanda interna mexicana de vehículos incrementaría en casi 2.4 millones de unidades, que sumado a la demanda actual llegaría a los 3.9 millones de autos.
Esa es aproximadamente la misma cantidad de vehículos que se producen anualmente en México en la actualidad
dijo el UAW.
La propuesta forma parte de los comentarios que presentó ante la Oficina del Represente Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), como parte del proceso de revisión del T-MEC el próximo año.
La organización sindical estuvo detrás de la histórica huelga de 2023, la primera en más de dos décadas, y que costó alrededor de 5,000 millones de dólares para las compañías, según estimaciones.
Propuesta salarial en el T-MEC, no tan sencilla
UAW es también uno de los principales críticos con los acuerdos comerciales regionales. Por ello, no es de extrañar que su propuesta busque fortalecer -a través del incremento de los salarios– un mayor consumo interno y así reducir las exportaciones hacia Estados Unidos.
De enero a octubre de este año, la producción de vehículos ligeros en México alcanzó las 3.4 millones de unidades, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). De esa cantidad, poco más de 85% es para exportación. Y del total de unidades exportadas, 78.7% se dirigieron al mercado de Estados Unidos.
No obstante, la propuesta del UAW no es tan sencilla de concretar, consideró Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex Casa de Bolsa.
Si bien los incrementos salariales permiten elevar los ingresos, y por ende la demanda agregada, también tiene un impacto en los costos. Estos, a su vez, dependen de la productividad laboral de cada sector.
Y esto es importante porque cuando los incrementos se vuelven muy superiores a la productividad laboral, se puede generar un desbalance entre el costo laboral unitario, o el salario que el país ha trabajado, y el valor agregado
explicó.
El experto apuntó que además de la productividad laboral, existen otras limitantes naturales, como el anclaje inflacionario. Si los incrementos salariales se traducen en presiones inflacionarias persistentes, puede contribuir a una política monetaria más restrictiva.
Ugarte recordó, además, que en los últimos años México ha experimentado un avance significativo en cuanto al incremento del salario mínimo.
De 2018 a la fecha, el salario mínimo en el país –sin incluir a la zona fronteriza del país– ha incrementado más de 215%.

El reto del consumo interno
Pero el incrementar el consumo interno de vehículos no es una propuesta exclusiva de United Auto Workers. En marzo, la presidenta Claudia Sheinbaum planteó –como parte del Plan México– su intención de impulsar la producción de autos para el mercado mexicano.
Para ello, apuntó a una serie de decretos relacionados. Sin embargo, hasta ahora no existe ningún programa en firme para atender dicha promesa. Además, los representantes de la industria han externado que lograrlo no es cosa menor.
Uno de los principales retos es que la capacidad de producción de la industria está enfocada principalmente en la exportación. Además, el mercado nacional tiene una fuerte preferencia por las marcas de origen chino, que acaparan alrededor de 8.1% del mercado.
Las dificultades también abarcan el tipo de vehículos que se consumen en el mercado nacional, los cuales contemplan características que los vuelven más asequibles que las unidades producidas para exportación.
Por lo pronto, las más recientes estimaciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA) apuntan a que México tiene el potencial para vender alrededor de 2 millones de unidades anuales.
Sin embargo, para ello es necesario trabajar de manera conjunta con las autoridades para el desarrollo de políticas públicas que impulsen las ventas.
Para este año y el siguiente, la AMDA proyecta que la venta de autos sea de 1.5 millones.
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