Historia de Pascual-Boing: la lucha de los trabajadores que convirtió a la empresa en cooperativa
En México, las bebidas de Pascual-Boing, como las Lulús, Pascual o el los diferentes sabores de Boing, se han vuelto una tradición en cientos de restaurantes, taquerías, fondas y en los diferentes puntos de venta. Sin embargo la historia de la cooperativa encierra un pasado trágico para los trabajadores que dieron vida a la refresquera 100% mexicana.
En 1939, Rafael Víctor Jiménez Zamudio fundó la compañía Refrescos Pascual, cuyo nombre hace referencia al principal producto de la empresa, la bebida pato Pascual. En un inicio la refresquera comercializaba sólo tres marcas, la que le dio el nombre, Lulú y Mexi-Cola.
Para la década de los años de 1960, nacería una de las marcas líderes dentro de la compañía, que logró posicionarse rápidamente en el mercado mexicano por Boing.

El icónico jugo nació luego de que los integrantes de la empresa observaron un rechazó por los refrescos gasificados, sobre todo de las personas extranjeras que visitaban el país.
Boing inició su historia en el mercado en su presentación triangular de TetraPak, una imagen que se inmortalizó en muchas escuelas del país. Sin embargo, aunque los refrescos de Pascual iban ganando popularidad en México, internamente los trabajadores sufrían una crisis que los llevó a levantarse.
‘Despertar’ de los trabajadores, el origen de Pascual-Boing
A inicios de la década de los años de 1980, los trabajadores de la entonces empresa Refrescos Pascual atravesaban un momento complicado por los abusos laborales que sufrían. Durante esos años, los trabajadores denunciaron casos de:
- Inexistencia de derechos laborales.
- Jornadas extenuantes de trabajo.
- Ninguna gratificación legal de fin de año.
- Nulo reparto de utilidades.
- Despidos masivos.
El 18 de mayo de 1982, la empresa dirigida por Rafael Jiménez Zamudio incumplió un decreto del gobierno federal, del entonces presidente José López Portillo, que imponia un aumento salarial para todos los mexicanos.
Este incumplimiento provocó que los trabajadores iniciaran un paro de labores en la planta de Insurgentes Norte 1320. Para el 31 de mayo de ese mismo año, los guardaespaldas de Rafael Jiménez asesinaron a dos trabajadores: Concepción Jacobo García y Álvaro Hernández García.
Luego de estos sucesos y años de lucha entre los trabajadores y el dueño de la empresa, las autoridades mexicanas aceptaron, en 1984, que la empresa cambiara su forma de trabajo al de una cooperativa.
Sin embargo, fue hasta mayo de 1985, tres años después del asesinato de los dos trabajadores de la refresquera, que se logró formar la Sociedad Cooperativa Pascual-Boing, la cual es administrada administrada por sus propios socios, de la base trabajadora.
En este proceso legal, la cooperativa contó con el apoyo de otros sindicatos de trabajadores a nivel nacional, como el de trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que dió 1.4 millones de viejos pesos, para la recuperación de Pascual-Boing.
Hasta el momento la cooperativa ha logrado mantenerse vigente en el mercado nacional con tres centros de distribución, dos plantas de producción y 4,559 empleados.
Futuro incierto para Boing ¿desaparecerá con los nuevos impuestos?
Con la aprobación del Paquete Económico 2026 por parte del Congreso de México, las refresqueras tendrán que absorber el impacto económico derivado del aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en refrescos y bebidas azucaradas, lo que podría llevar a la quiebra a empresas como Pascual Boing.
La cooperativa hizo entrega de una carga dirigida al Congreso de México, donde su asesor legal, José Luis Sánchez, afirmó que el impuesto de tres pesos por litro los podría dejar en bancarrota.

Esto llevaría a la compañía a detener sus proyectos de inversión en México, frenando el desarrollo de la planta de producción que iban a inaugurar para 2026 en Nuevo León. Además, esta nueva medida de “salud” amenaza a más de 4,000 empleos.
Ante las quejas de la Cooperativa Pascual Boing, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló en su conferencia matutina, que su gobierno busca ayudar a la refresquera mexicana, pero aplicando las medidas de “salud” para bajar el consumo de bebidas azucaradas.
Aunque había afirmado que se reuniría con la cooperativa, aún no ha habido noticias sobre un acuerdo entre Sheinbaum y la refresquera mexicana, por lo que el futuro de Pascual-Boing sigue en suspenso.
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