GBM: el mito de las 22 millones de cuentas de inversión

En México se presume que nunca habíamos tenido tantos inversionistas. Y es cierto… al menos sobre el papel. Las cifras oficiales recientemente actualizadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) muestran más de 22 millones de cuentas de inversión abiertas. Pero detrás del número hay un detalle que cambia toda la narrativa: la inmensa mayoría pertenece a una sola casa de bolsa, GBM, que concentra prácticamente todo el crecimiento de la última década.
El contraste histórico es revelador. Hace 10 años, el sistema bursátil tenía apenas unas cientos de miles de cuentas; hoy son más de 20 millones. Pero mientras la cifra se disparó, el tamaño real del mercado no lo hizo. La custodia apenas avanzó, el monto operado creció muy poco y las utilidades del sector prácticamente siguen en el mismo nivel. En pocas palabras: millones de nuevas cuentas no transformaron al mercado de valores mexicano.
Ahí aparece la primera grieta en la narrativa del “boom bursátil”: la mayor parte de esas cuentas tiene saldos muy bajos. Al cierre de 2014, la custodia de valores era de 6.9 millones de pesos, entre 215,473 cuentas, por lo que el promedio por cuenta era de más de 32 millones de pesos… y actualmente, la custodia ronda los 10.2 millones de pesos, con 20.1 millones de cuentas, y un promedio por cuenta de 506,000 pesos, lo que sugiere que el promedio por cuenta se desplomó 98.42%.
GBM, sin generar valor a los accionistas
El segundo elemento es igual de llamativo: GBM, dueña de casi todas esas cuentas, genera menos de 1% de las utilidades del sector.
Su negocio no ha crecido al ritmo que sugeriría su base de clientes, su intermediación se mantiene estable y su acción opera prácticamente en el mismo nivel que hace una década, con excepción de los picos temporales generados por el anuncio de inversión de SoftBank en 2021, lo que ilustra que el grupo prácticamente no ha generado valor para sus accionistas.

Entonces, ¿Qué explica el crecimiento desproporcionado de GBM?
Una pieza clave es la alianza con Mercado Pago, que permite abrir cuentas de inversión con montos mínimos, a veces simbólicos. Cada usuario que activa esta opción se convierte en una nueva cuenta para GBM, aunque su dinero termine en instrumentos de deuda de muy corto plazo que no tocan el mercado de capitales. La cifra sube, pero el impacto real no.
Esto ha llevado a una teoría que se comenta en el sector: el espectacular aumento en cuentas pudo haber sido útil para fortalecer una historia de crecimiento hacia potenciales inversionistas. El timing coincide con la entrada de SoftBank, que apostó fuerte, pero nunca ejerció la segunda parte de su inversión, a pesar de que las cuentas continuaron multiplicándose.
Nada de esto resta mérito a la democratización financiera. Millones de personas, que antes jamás hubieran considerado invertir, hoy tienen acceso a herramientas que antes eran exclusivas. Pero inclusión no es lo mismo que profundidad, y un mercado con muchos usuarios, pero poco capital moviéndose, sigue siendo un mercado pequeño.
Ese es el punto central: México no tiene 22 millones de inversionistas. Tiene 22 millones de cuentas, la mayoría muy pequeñas, muchas inactivas, y casi todas concentradas en GBM.
Cambios en Kapital Bank
En medio del reacomodo interno que vive Kapital Bank tras absorber los activos de Intercam —institución señalada por el FinCEN en junio por presuntos nexos con el crimen organizado—, se podría dar el primer movimiento relevante dentro de su casa de bolsa. Alejandra Marcos Iza, directora de Análisis y Estrategia, estaría buscando nuevos horizontes profesionales.
Marcos Iza es una figura con peso propio en el sector financiero. Ingresó a Intercam en 2010 como subdirectora de Análisis Fundamental y, desde 2017, funge como directora de Análisis y Estrategia. Su salida marcaría el fin de una etapa de más de una década en la misma casa, ahora bajo el paraguas de Kapital.
Además de su trayectoria técnica, Alejandra es una de las voces más respetadas del mercado, con presencia constante como analista y comentarista en diversos medios. Su eventual partida no solo implica un cambio estratégico para Kapital Bank, sino que seguramente encenderá el interés de otras instituciones que buscan reforzar sus áreas de análisis.
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