Impuestos a Electrolit y Suerox: la “guerra fiscal” por un mercado que crece más que los refrescos
Las bebidas con electrolitos viven un boom en México. En farmacias, Oxxo o tienditas de la esquina, marcas como Suerox o Electrolit han ganado un espacio privilegiado en anaqueles y refrigeradores. Algunos las toman por recomendación médica, otros como remedio para la resaca. Pero detrás del color de las botellas, el gobierno quiere aplicar impuestos a un negocio que ha crecido a doble dígito durante los últimos años.
El 24 de septiembre, la batalla fiscal por los electrólitos llegó a la Cámara de Diputados, durante la comparecencia del secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora. Pues se trata de un mercado que ha crecido incluso más que el agua embotellada. Tan solo en 2024, la producción nacional de este tipo de bebidas fue de 582 millones de litros.
El pasado 14 de octubre, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados aprobó un gravamen a los sueros que no tengan las sustancias recomendadas por la Organización Mundial de la Salud: glucosa anhidra, cloruro de sodio, cloruro de potasio y citrato trisódico.
Es decir, marcas como Electrolit y Suerox tendrían que pagar IEPS en 2026 si conservan su fórmula actual.

Inicialmente, legisladores del Partido Verde y del Partido del Trabajo buscaban imponer IVA (Impuesto al Valor Agregado) y IEPS (Impuesto especial Sobre Producción y Servicios) a estos productos, bajo el argumento de que muchos contienen azúcar y se venden sin restricción médica, mercado donde los principales jugadores son la farmacéutica PiSA y Genomma Lab del empresario Rodrigo Herrera.
El caso de Electrolit es muy puntual. Tiene 3.5% más azúcar que otras bebidas. En Estados Unidos paga impuestos. Y aquí en México no paga ni IVA ni IEPS. Con eso, podemos generar más de 5 mil millones de pesos de manera estratégica y fortalecer al sector salud
dijo José Antonio López Ruíz, diputado del Partido del Trabajo (PT) en septiembre pasado.
Las bancadas del Verde y el PT presentaron en septiembre una iniciativa para gravar los electrolitos orales comerciales con IVA y IEPS para el ejercicio fiscal 2026, con la expectativa de recaudar al menos 5,000 millones de pesos (mdp) anuales. La propuesta plantea reclasificar estos productos —actualmente considerados medicamentos— como bebidas saborizadas, sujetas a impuestos y sellos de advertencia nutricional.
La propuesta busca aumentar el impuesto especial sobre bebidas saborizadas a 3.0818 pesos por litro (desde 1.65 pesos), y ampliar su alcance al incluir productos que contengan cualquier tipo de edulcorante no calórico.
A finales de septiembre, en redes sociales varios influencers emitieron información en contra de la marca Electrolit, asegurando que era un producto engañoso por su alto contenido en azúcar. Sin embargo, el usuario Mr. Doctor publicó videos asegurando que era una campaña de marketing, donde a él le ofrecieron 48,000 pesos por publicar esa información, pero decidió no hacerlo.
El influencer aseguró que una agencia le ofreció ser parte de la campaña, y al preguntar quién la había pagado, los organizadores le dijeron que “la competencia” de Electrolit.
Sueros, un mercado que crece sin control
El negocio detrás de estas bebidas se ha expandido de forma vertiginosa. De acuerdo con datos del Inegi, la producción nacional de soluciones electrolíticas, glucosadas y con nutrientes pasó de 402 millones de litros en 2018 a 582 millones en 2024, un crecimiento acumulado de 44.8%. En valor, las ventas se elevaron de 7,432 millones a 9,048 millones de pesos, un aumento de 21.8%.
De acuerdo con estimaciones de JP Morgan, Electrolit de PiSA concentra cerca del 45% de participación, frente al 8% que posee Genomma Lab de Rodrigo Herrera, con su marca Suerox.
El crecimiento de las bebidas de electrolitos entre 2018 y 2024 ha sido por encima a la de otras categorías. Por ejemplo, en el segmento de agua embotellada las ventas aumentaron 7.7% a 8,994 millones de litros el año pasado, mientras que su valor se disparó 43.8%, al pasar de 16,861 mdp a 24,237 mdp.
Los refrescos crecieron solo un 4.2% en volumen en este periodo a 19,303 millones de litros, en tanto que en valor el avance fue de 34.4% a 216,813 mdp. Las bebidas energéticas y deportivas pasaron de 429 millones a 462 millones de litros, con un crecimiento de 7.5%, mientras que su valor prácticamente se disparó 43%, de 5,568 mdp a 7,965 mdp.
En tanto, el volumen de los jugos avanzó de 1,918 millones a 2,063 millones de litros; es decir, 7.6% más y su valor aumentó 40.6%, al pasar de 25,908 mdp a 36,423 mdp.
Electrolit y Suerox: las verdades y las mentiras
Para la académica Mariana Valdés Moreno, jefa de la licenciatura de Nutriología, de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM, este tipo de bebidas solo se recomiendan ante pérdidas importantes de líquidos, como diarrea, vómito o fiebre, no en cualquier caso.
El mal uso, advierte, puede tener consecuencias invisibles pero graves: “una persona con hipertensión arterial o diabetes podría agravar su condición. Estas bebidas tienen sales y azúcares diseñados para casos clínicos específicos. En alguien sano, son un exceso que desbalancea los minerales del cuerpo.”
Sobre las versiones sin azúcar, la especialista de la UNAM advierte que los fabricantes están dando información a medias, debido a que los minerales que contienen estos productos necesitan azúcar para entrar a la célula; sin ella, el producto pierde su función, dice.
La razón por la cual los sueros tienen esta fórmula específicamente es para permitir los procesos celulares, para mantener el agua al interior de las células y entre las células, tienen una razón de ser sus fórmulas. Para que estos minerales de los que yo te hablaba y que tienen todos estos productos puedan entrar a la célula, requieren a la glucosa, requieren azúcar
dice la académica
Mariana Valdés considera que el debate no debería centrarse en los impuestos, sino en la información, ya que más útil que gravarlas sería etiquetarlas con mensajes como “úsese solo en estos casos”, además de que sumarles un impuesto especial implicaría afectar un tratamiento cuando se trata una enfermedad.
Electrolit vs. la OMS
En medio del debate legislativo sobre si el sector deberá pagar más impuestos a partir de 2026, una cifra llama la atención detrás del boom de las bebidas con electrolitos: Electrolit, el producto estrella de Grupo PiSA, contiene 3.7 veces más glucosa de la recomendada por organismos internacionales, según un análisis basado en las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La diferencia no es menor. La fórmula estándar de una solución de rehidratación oral aprobada por la OMS establece una proporción de 1.3 partes de glucosa por cada parte de sales y minerales, diseñada para reponer líquidos sin provocar desequilibrios metabólicos.
En el caso de Electrolit, la proporción es de 3.7 a 1, al ser comercializado como medicamento, en la actualidad está exento de IVA y el IEPS. Para la académica Mariana Valdés Moreno este es un tema importante.
Lo que extiende la OMS son recomendaciones y el ideal. Entonces tampoco son recomendaciones arbitrarias, lo conveniente es atenderlas, también para justificar la formulación de los productos. Empezar a hacerle adaptaciones y variantes, probablemente no está cumpliendo el objetivo para el que para el que está pensada la bebida, ya se vuelve otra cosa
considera Valdés.
Impuestos, ¿una medida eficaz?
En medio de la discusión, el Consejo Internacional de Asociaciones de Bebidas (ICBA) advirtió que el impuesto generalizado a bebidas contradice el objetivo compartido entre autoridades, personas e industria de reducir el consumo de azúcar y calorías.
El organismo internacional defendió que las empresas del sector han logrado avances concretos en este propósito, al punto que en Latinoamérica y el Caribe entre los años 2000 y 2020, el consumo de azúcar proveniente de bebidas no alcohólicas se redujo en 18.6% y el de calorías en 15.4%.
El ICBA sostiene que gravar con impuestos adicionales a las bebidas con endulzantes va en contra de este propósito y genera un efecto adverso de desestímulo a la innovación, a la reformulación y a la ampliación de la oferta de productos sin azúcar o sin calorías.
La verdadera transformación proviene de medidas prácticas basadas en la evidencia: ampliar la oferta de opciones bajas o sin azúcar, reducir el promedio de calorías en las bebidas, ofrecer más alternativas de porciones, proporcionar un etiquetado frontal claro y promover un mercadeo responsable
afirma.
Un plan totalmente recaudatorio
Más allá del discurso de salud pública, la propuesta de gravar con IVA y IEPS a las bebidas electrolíticas parece tener un objetivo principalmente recaudatorio. Aunque en la exposición de motivos apelan a la “equidad fiscal” y a la “competencia leal”.
Para Teresa Cruz, socia directora de la firma De la Paz, Costemalle DFK, el argumento sanitario no puede ocultar el efecto fiscal de fondo, debido a que los legisladores proponen que este tipo de productos sean gravados como otras bebidas saborizadas o azucaradas y sean sujetas a sellos de advertencia nutricional con el objetivo de desincentivar el consumo y proteger la salud de los consumidores.
“La justificación de la exposición de motivos para eliminar la tasa cero de IVA y aplicar el IEPS a las bebidas electrolíticas considera aspectos de salud pública, equidad fiscal y competencia leal (…) Si bien la justificación oficial de la iniciativa es con fines principalmente de salud pública, también tiene efectos recaudatorios”.
En este sentido, Cruz advierte que el riesgo de la aplicación de impuestos a otros productos del sector farmacéutico solo podría extenderse si existiera algún tema de salud pública, equidad fiscal y competencia leal.
El golpe a Suerox y Genomma Lab
Desde la óptica financiera, si se aprueba el impuesto a bebidas generalizadas sin incluir las de electrolitos consideradas como medicamentos, el golpe podría sentirse con más fuerza en Suerox, la marca de Genomma Lab, para quien su principal competidor es Electrolit, de Grupo PiSA.
De acuerdo con JP Morgan, la elasticidad del impuesto especial para Suerox podría ser mayor que la observada típicamente en el sistema Coca-Cola, lo que implica que cualquier aumento en precios tendría un efecto más directo sobre las ventas.
El banco recuerda que los embotelladores en México han mostrado históricamente una elasticidad de precios limitada frente a sus pares de la industria en incrementos pasados del impuesto especial.
Este es un escenario distinto al de Suerox frente a Electrolit, donde los precios son similares, lo que podría generar una mayor elasticidad de precios en el lado de Suerox o llevar a Genomma Lab a absorber la mayor parte o toda la presión del incremento fiscal
advierte JP Morgan.
Bajo esa lógica, si el impuesto propuesto se traslada por completo al consumidor, el precio de Suerox podría aumentar hasta 10%, una cifra suficiente para afectar los volúmenes casi en una proporción 1:1 en un escenario conservador en el que Electrolit no gane participación.
La 4T y su pelea con las farmacéuticas
Hasta ahora, la presidenta Claudia Sheinbaum niega que el incremento del IEPS para bebidas azucaradas genere un mercado informal y está demostrado científicamente que el consumo excesivo de azúcar provoca daños a la salud, por lo que se tendrá tanto para refrescos como sueros.
Las bebidas azucaradas se venden en el último rincón del país y el objetivo —entiendo su preocupación— desde nuestra perspectiva, es que se consuma menos. ¿Por qué queremos que se consuma menos? Porque el exceso de consumo de bebidas azucaradas está demostrado científicamente que provoca daños a la salud
dijo en su conferencia mañanera.
Sin embargo, esta no es la primera vez que la 4T pone en la mira a las farmacéuticas. En 2019, Raquel Buenrostro, entonces Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), afirmó que la farmacéutica PiSA había ocultado al gobierno información de producción del medicamento metotrexato. Estas declaraciones se dieron en el contexto de un conflicto sobre la compra de medicinas y la escasez para la atención de los derechohabientes.
Además, en octubre de 2020 la Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó por 30 meses a PiSA, que produce Electrolit, y a su filial Distribuidora Internacional de Medicamentos y Equipo Médico (Dimesa), por presuntas irregularidades cometidas en 2017 en un contrato con el IMSS.
Mientras que el 29 de abril de 2025, Buenrostro Sánchez, la ahora secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, informó que se investigaba a 59 empresas farmacéuticas por diversas irregularidades.
La funcionaria precisó que 16 que tienen problemas con su registro sanitario ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de las cuales una ya fue inhabilitada, y el resto por incumplimiento en la entrega de medicamentos o por tener un objeto social sin relación con la industria farmacéutica, entre otras razones.
Además, Buenrostro dijo que se tiene una investigación abierta contra otra empresa, cuyo expediente será turnado a la Fiscalía General de la República (FGR) por falsificar permisos de Cofepris.
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