Gentrificación en CDMX: ¿cómo Airbnb y otras plataformas contribuyen al desplazamiento urbano?
El crecimiento de plataformas de renta de corto plazo como Airbnb ha transformado la dinámica de vivir en ciudades de todo el mundo. En el caso de la Ciudad de México, su auge está profundamente ligado a un proceso de gentrificación acelerada: barrios antes accesibles para residentes locales ahora concentran inmuebles destinados exclusivamente al turismo o nómadas digitales que ganan en dólares.
Lo que comenzó como una opción flexible para viajeros se ha convertido en una fuente de ingresos más lucrativa para propietarios e inversionistas, lo que ha reducido la oferta de vivienda tradicional. Las colonias como Roma, Condesa y Centro Histórico encabezan la lista de zonas afectadas, con cientos de listados en plataformas como Airbnb, muchos de ellos operados por empresas inmobiliarias con múltiples unidades.
El resultado es claro: menos vivienda para quienes buscan rentar para vivir y más espacios dedicados al turismo o estancias breves.

CDMX: el epicentro de la gentrificación en México
La capital mexicana es el caso más representativo del país en términos de gentrificación. Zonas como Juárez, Escandón y Santa María la Ribera ya muestran incrementos acelerados en el precio de las rentas, muchas por encima de los 30,000 pesos mensuales.
El fenómeno se ha extendido hacia colonias periféricas como Tacubaya o Tabacalera, y ha generado un efecto dominó en áreas de la periferia como el Estado de México e Iztapalapa, donde el encarecimiento de la vivienda sigue empujando a las familias fuera del centro.
Aunque el término gentrificación ganó fuerza recientemente, sus raíces en la CDMX se remontan al sismo del 19 de septiembre de 1985. La tragedia dejó grandes extensiones de terreno baldío o edificios inutilizables en zonas céntricas, que luego fueron aprovechadas por desarrolladores inmobiliarios.
Durante las décadas siguientes, políticas de “recuperación urbana” y nuevos proyectos transformaron la Roma, Condesa y otras zonas en destinos premium. Esto marcó el inicio de un modelo donde la inversión privada y la plusvalía determinaron quién puede habitar en el centro de la ciudad.
El auge de Airbnb como factor de gentrificación global
Lo que ocurre en la Ciudad de México no es un caso aislado. Ciudades como Tulum, Mérida, Playa del Carmen y Los Cabos enfrentan problemas similares por la llegada de nómadas digitales y la explosión del turismo, en parte por un optimismo generado tras el aislamiento por la pandemia de Covid-19 y el impulso del trabajo remoto.
A nivel internacional, urbes como Barcelona, Lisboa y Nueva York han sufrido una caída en la oferta de vivienda disponible para sus residentes, debido a la concentración de propiedades en manos de operadores de renta corta.
Irónicamente, muchos de los nuevos residentes extranjeros que gentrifican zonas mexicanas fueron desplazados por fenómenos similares en sus países.
Se estima que Airbnb ha contribuido a un aumento del 30% a las rentas en Ciudad de México, especialmente en ciertas zonas turísticas. En la capital hay más de 26,760 espacios registrados en Airbnb para alquileres de corta estancia, según Zona Docs. Estos espacios son gestionados por más de 14,000 anfitriones.
Avances en la regulación de Airbnb en la CDMX
Ante las crecientes protestas vecinales y la presión social, el gobierno de la CDMX ha propuesto distintas regulaciones. En 2024 se aprobó una reforma a la Ley de Turismo para obligar a los anfitriones a registrarse, reportar ingresos y limitar la renta de corto plazo a la mitad del año.
Sin embargo, la implementación avanza lento con amparos presentados por anfitriones y Airbnb han detenido el avance legal, dejando la implementación de la Ley de Turismo en un limbo en los tribunales.
A esto se suma una nueva propuesta de la administración de Clara Brugada: una Ley de Rentas Asequibles Justas y Razonables, que incluirá la creación de un padrón de propietarios y un Índice de Alquiler Razonable.
El secretario de vivienda, Inti Muñoz Santini, adelantó en entrevista con EL CEO que próximamente se lanzará una plataforma para registrar inmuebles y hacer cumplir la ley vigente. No obstante, aún no hay claridad sobre cuándo se aplicarán sanciones ni cómo se controlará a grandes operadores inmobiliarios.
Airbnb: ¿aliado o amenaza?
Más allá de las críticas a su impacto en el mercado de vivienda, Airbnb también representa una fuente relevante de ingresos fiscales para la Ciudad de México.
Desde 2017 —cuando se convirtió en la primera ciudad de Latinoamérica en firmar un acuerdo fiscal con la plataforma— hasta septiembre de 2024, Airbnb ha retenido y remitido más de 650 millones de pesos por concepto del Impuesto sobre Hospedaje (ISH) en la capital. Solo en lo que va de 2024, la cifra supera los 150 millones de pesos, según datos de la propia plataforma.
De hecho, Airbnb es la plataforma que más recauda y remite este impuesto en todo el país, con acuerdos activos en 19 entidades, incluyendo Quintana Roo, Jalisco, Oaxaca y Yucatán. A nivel nacional, ha aportado alrededor de 2,200 millones de pesos en impuestos al hospedaje entre 2017 y 2023.
La empresa asegura que este cumplimiento fiscal fortalece la economía local y formaliza la actividad turística, además de beneficiar a miles de familias que participan como anfitriones.
No obstante, Airbnb afirma que la nueva regulación que limita las estancias es una medida injustificada, con efectos anticompetitivos que podrían reducir la recaudación fiscal, incentivar un mercado informal y perjudicar a pequeños anfitriones y emprendedores locales.
En este sentido, regular plataformas como Airbnb es un paso urgente, pero no la solución a una crisis de vivienda estructural.
Con información de El País, Bloomberg, El Economista
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