EU endurece reglas de origen en industria automotriz, pero tendrá poco impacto económico
El gobierno de Estados Unidos busca endurecer las reglas de origen en el sector automotriz, una medida que puede reconfigurar las cadenas de suministro, pero con un impacto limitado en la economía estadounidense, aseguró la Comisión de Comercio Internacional (USITC).
A nivel de toda la economía, las reglas de origen podrían tener un efecto positivo o negativo en el empleo agregado, los salarios promedio y el PIB como resultado de los efectos directos e indirectos.
Sin embargo, es probable que los efectos económicos sobre el PIB y el empleo de Estados Unidos sean pequeños o insignificantes, como lo demuestra la magnitud de los efectos directos estimados a nivel de la industria
indicó la USITC.
Las reglas de origen podrían tener un efecto positivo en el empleo estadounidense en la producción de autopartes esenciales al trasladar el abastecimiento a Estados Unidos; sin embargo, en la producción de vehículos el impacto no está claro y depende de otros factores.
Por ejemplo, la demanda de trabajadores en la producción de vehículos estadounidenses aumentaría si los vehículos importados de Canadá y México no cumplieran con las reglas de origen y, por lo tanto, no calificaran para las preferencias arancelarias del T-MEC
explicó la Comisión.
Impacto de aranceles por reglas de origen
Ante los aranceles que no cumplen con las reglas de origen, se vería un aumento de los precios por lo que se desplazaría la demanda de la producción de vehículos estadounidenses.
Entre los fabricantes con modelos de vehículos que aún no cumplen con las reglas de origen se daría un ajuste en el abastecimiento de insumos para cumplir con ellas.
Algunos fabricantes podrían haber optado por realizar estos ajustes y, de ser así, las reglas de origen habrían tenido el efecto de trasladar el abastecimiento de insumos a los países del T-MEC
añadió la USITC.
En la medida en que las reglas de origen resulten en un abastecimiento más costoso de piezas esenciales, estos costos adicionales podrían trasladarse en parte a los consumidores, restarse en parte de las ganancias de los fabricantes de vehículos, o una combinación de ambos.
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