Intermediarios del cacao: el fabricante y mecánica detrás del Chocolate Bienestar
A inicios de junio, el gobierno federal introdujo al mercado nacional el Chocolate Bienestar, lanzando su primera presentación de una barra de 20 gramos de chocolate amargo con leche, elaborado con 50% de cacao, bajo el sello —sobrepuesto— de Hecho en México.
Maria Luisa Albores, directora de Alimentación para el Bienestar —nombre que adopta con la fusión de las empresas de mayoría estatal Segalmex y Diconsa—, informó que esta golosina fue fabricada por terceros, y el cacao se compró directamente a productores de Tabasco y Chiapas, algunos de ellos beneficiarios del programa Sembrando Vida.
Una investigación de EL CEO revela que no se cumplió la Mecánica Operativa del programa Transformación para el Bienestar, lo que permitió la presencia de intermediarios en la etapa previa al acopio del cacao, con ello, por ejemplo, solo se le pagó a un productor y este a su vez tuvo que repartir el dinero a otros, sin saber exactamente a cuántos o cómo finalmente se benefició a los cacaoteros.
Además, existe opacidad respecto a las dos empresas maquiladoras del Chocolate Bienestar y los detalles sobre su contratación, montos y condiciones.
Iván Rico López, quien está a cargo del “componente” Transformación para el Bienestar, dijo en entrevista que no considera que se trate de opacidad, pues próximamente estas adjudicaciones serán públicas, aunque explicó que no necesariamente los anexos técnicos.
El funcionario confirmó que el maquilador de la barra de chocolate es Grupo Industrial Cacep, S.A. de C.V., una de las chocolateras más antiguas de Tabasco.
Aunque ante los cuestionamientos de EL CEO, el director de esta compañía dijo que desconocía si en su fábrica se produjeron las 36,480 barras que ya se venden en las Tiendas del Bienestar de todo el país.

El misterioso maquilador de Chocolate Bienestar
Hasta ahora, existía incertidumbre sobre si los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador estaban detrás de Chocolate Bienestar, por medio de su marca Finca Rocío, pues en su empaque no se detalla quién lo produce, tampoco la fecha de elaboración ni de caducidad.
Por otro lado, el código de barras refiere que el fabricante es Diconsa S.A. de C.V., pero este medio confirmó que en efecto su manufactura está en manos de Grupo Industrial Cacep, S.A. de C.V. Además de que la ausencia de un número de lote o fecha de caducidad se debe a la premura con la que se hizo la primera entrega.
EL CEO cuestionó a Vicente Alberto Gutiérrez Cacep, director y propietario de la chocolatera, respecto a la fabricación de Chocolate Bienestar, pero —de forma nerviosa— dijo que no sabía, y que no podía afirmar o negar que eran los productores del comestible.
—No estoy enterado si (el Chocolate Bienestar) lo hacemos nosotros —dijo Gutiérrez Cacep.
—¿Cómo? ¿No sabe si están maquilando la barrita? —cuestionó EL CEO.
—Déjeme preguntar
—Señor Vicente, pero usted es el director. Lo que buscamos es corroborar la información.
—Déjeme preguntar porque yo estoy en otras áreas, no estoy directamente en producción.
—Pero incluso en un video aparece usted con la directora de Alimentación para el Bienestar dentro de su fábrica.
—Sí estuvo aquí, pero también estuvo en varias fábricas.
—Entonces, ¿usted no puede ni negar o afirmar si maquilan el chocolate?
—No, déjame checarlo y yo te digo.
A pesar que el empresario chocolatero se comprometió a responder, bloqueó el número telefónico donde inicialmente este medio de comunicación lo contactó.
Cercanía de Bienestar y CACEP
A inicios de este 2025, Grupo Industrial Cacep, S.A. de C.V. presumió en redes sociales la adquisición de nueva maquinaria para la fabricación de chocolate como las barras de 20 gramos, iguales a las que se distribuyen en las Tiendas del Bienestar en todo México.
EL CEO confirmó que el Chocolate Bienestar es una versión de la presentación en “barritas” producida por CACEP con una fórmula similar. Ambas también tienen la misma leyenda sobre la posible presencia de ingredientes alérgenos: ajonjolí, almendras, avellanas, cacahuates y nueces pecanas, que confirma que pasan por la misma maquinaria.
La relación entre Grupo Industrial Cacep, S.A. de C.V. y Alimentación para el Bienestar proviene de, al menos, noviembre del 2024, pues en un video sobre el programa del cacao aparece la directora de la institución Maria Luisa Albores junto al empresario Vicente Gutiérrez Cacep, dentro de la fábrica chocolatera.
¿Quiénes fabrican el Chocolate Bienestar?
Iván Rico López explicó que dicha reunión fue para hacer un estudio de mercado, donde en Alimentación para el Bienestar concluyeron que iban a necesitar al menos tres adjudicaciones directas distintas, una para cada presentación del Chocolate Bienestar:
- La barra golosina -Grupo Industrial Cacep, S.A. de C.V.
- Chocolate en polvo – Cacaos Finos S. P. R. DE R. L.
- Chocolate de mesa – Cacaos Finos S. P. R. DE R. L.
EL CEO revisó todas las contrataciones, convenios de colaboración y permisos que ha publicado Alimentación para el Bienestar entre el último trimestre de 2024 y junio de 2025. Sin embargo, todavía no hay rastro oficial del maquilado de este chocolate. Rico López, de Alimentación para el Bienestar, mencionó que los procedimientos posteriormente se harían públicos.
Según el funcionario, el proceso con CACEP se efectuó en una adjudicación directa abreviada debido a que había pocos fabricantes con infraestructura para elaborar el pedido de 450,000 barritas de chocolate que conformará la primera etapa de Chocolate Bienestar, de las cuales ya se entregaron 36,480 piezas.
CACEP y Chocolate Bienestar: los chocolates gemelos
El Chocolate del Bienestar y los chocolates denominados “barritas” de CACEP son productos ‘gemelos’: ambos se venden en una presentación de 20 gramos, con una capa de papel foil y una envoltura de papel impreso donde se plasma la identidad gráfica de cada uno. Los dos se distribuyen en cajas de cartón con abrefácil y capacidad para 12 piezas.
Los chocolates de CACEP –en presentaciones con concentración similar de cacao– comparten la misma lista de ingredientes: pasta de cacao, azúcar de caña, manteca de cacao, leche en polvo, lecitina de soya, sal y vainillina.
Esto pese a que los productores suelen variar sus fórmulas y añadir toques con especias o aglutinantes específicos para productos con el mismo porcentaje de cacao.
Por ejemplo, Wolter, una chocolatera ‘vecina’ de CACEP en Comalcalco, agrega lecitina de girasol; la empresa Rey Amargo incluye cocoa en la receta; en tanto que Sicao, una compañía más grande, utiliza poliglicerol de polirricinoleato como aglutinante.
Las declaraciones nutrimentales de la barrita de Chocolate Bienestar y una de las de CACEP también son muy similares: 6 gramos (g) de proteínas, 40 g de grasas (23 g de saturadas y 99 mg de trans), 44 g de azúcares añadidos y 73 miligramos de sodio. Aunque tienen ligeras diferencias en carbohidratos y calorías totales, debido a que el chocolate de Alimentación para el Bienestar reporta 8 gramos de azúcares no añadidos.
La única diferencia sería, entonces, que Chocolate Bienestar se produce con el cacao adquirido a pequeños productores de Tabasco y posteriormente entregado a CACEP para su manufactura.
¿Quién es el dueño de CACEP?
Para su producción, CACEP opera en todas las fases del ciclo del cacao: desde el cultivo de la planta, corte, procesamiento y elaboración de chocolate. Fundada en 1987 como una ‘empresa familiar’, tiene sus instalaciones en la Hacienda Jesús María, al sur de Comalcalco, Tabasco.
En entrevistas, Vicente Alberto Gutiérrez Cacep ha calificado a su organización como “la empresa más grande de procesamiento de cacao en el Sureste de México”. En la región, solo operan dos compañías de similares proporciones: Wolter y Finca Cholula.
Una revisión de EL CEO al Registro Público del Comercio encontró que, pese a llevar varias décadas operando, la chocolatería tabasqueña se constituyó legalmente el 28 de enero de 2004 como “Grupo Industrial Cacep S. A. de C. V.”.
Documentos muestran que el principal accionista fundador es Vicente Gutiérrez Cacep, que está al frente de la chocolatería y detenta el 50% de la participación. La vocación familiar de CACEP se refleja en los estatutos: el resto de las acciones se divide equitativamente entre su esposa y sus cuatro hijos.
Vicente Gutiérrez Cacep, el ‘zar’ tabasqueño del chocolate
Vicente Alberto Gutiérrez Cacep es uno de los personajes más influyentes del mundo del cacao en Tabasco. Nació dentro de una familia de Comalcalco dedicada, principalmente, a dos actividades: el cacao y la política, pues ha dado presidentes municipales y funcionarios a la región.
Ingeniero por el Tecnológico de Monterrey, supo profesionalizar el negocio del cacao hasta abarcar todos los niveles: desde la siembra hasta la producción de chocolate. Su experiencia también le sirvió para ser presidente del Sistema Producto Cacao Mexicano durante ocho años; así como presidente de la delegación de Tabasco de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra).
Por otro lado, el Registro Público del Comercio muestra que Vicente Gutiérrez también fundó la empresa “Indeturs S. A. de C. V.”, en la que fue socio de César Antonio Medina Reynes, exdelegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tabasco y a quien José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente de México, se refería como “el tío Toño” por la cercanía a su familia.
El ‘deber ser’ del Chocolate del Bienestar
En noviembre de 2024, María Luisa Albores, directora general de Alimentación Para el Bienestar dio detalles sobre el programa “Transformación para el Bienestar”. Con ello, también se sentaron las bases para la producción del ahora conocido chocolate.
Con el programa Transformación para el Bienestar, queremos poner a disposición del pueblo de México en nuestras Tiendas Bienestar, productos de alta calidad nutricional y a precios accesibles. Además de garantizar un precio justo de compra a las y los pequeños productores mexicanos
explicaba en un evento en Zacatecas.
Este programa busca comprar directo a productores de cacao, café y miel. Y llegó ‘del tintero al papel’ el 24 de enero de 2025, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) como un componente adicional del Programa de Abasto Rural, a cargo de la empresa estatal regida por Albores y para el que se destinaron 2,560.85 millones de pesos, cifra que incluye otros proyectos como las tiendas comunitarias.
En un primer momento, Maria Luisa Albores dijo que acopiarían 200 toneladas de cacao —fermentado y seco, y lavado y seco—, con un precio máximo de 220 pesos el kilogramo. Además, este recurso sería entregado directamente a los productores de Tabasco y Chiapas.

Los productores de cacao en manos de terceros
La noticia del programa Transformación para el Bienestar llegó a los cacaotales de Tabasco y de la sierra de Chiapas desde finales del año pasado, durante la cosecha 2024-2025.
Sin embargo, algunos productores cacaoteros no contaban con instalaciones, herramientas y conocimientos para el fermentado y secado –un proceso que desarrolla el sabor de los granos y permite conservarlos antes de procesarlos, aumentando su valor en el mercado–. Por ello, entregaron su cacao a terceros, funcionarios del gobierno de Tabasco o a los centros de fermentado creados por beneficiarios de Sembrando Vida, por medio de sus Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC).
Fotografías recolectadas por EL CEO muestran que cientos de productores mezclaron su cacao inicialmente para fermentarlo y secarlo, y en un segundo momento lo volvieron a combinar para transportarlo a los centros de acopio de Transformación para el Bienestar, ya sea por ellos mismos o por medio un tercero.
Las imágenes dejan ver que el cacao no fue entregado de forma personal, sino que lo hicieron en grupos de productores o por decenas de Comunidades de Aprendizaje Campesino.
Intermediarios, “no coyotes”
Aunque el programa Transformación para el Bienestar busca que no haya intermediarios en el proceso de compra, el encargado del programa explicó que en efecto algunos productores realizaron un ejercicio de trabajo colectivo, donde uno de ellos se inscribió y finalmente repartió el pago. Aunque no quede claro si todos tuvieron el precio justo por su cosecha y trabajo.
No considero que haya habido intermediarios en la compra, porque intermediario son otros compradores —que se les conoce como coyotes— que pagan muy poquito al pequeño productor para después revender o maquilar
detalló Rico.
Esta situación de compartir la semilla rompió la trazabilidad del producto, pues para el registro de beneficiarios se tenía que detallar de qué parcela salió el cacao, quién es el productor, así como su peso, calidad y finalmente cuánto se le tenía que pagar
Los productores cosecharon, fermentaron y secaron el cacao —o lo dieron a terceros para este proceso— durante meses, sin que supieran exactamente cómo iban a ser los lineamientos de Transformación para el Bienestar, los cuales se publicaron hasta marzo pasado, después de que muchos cacaoteros ya habían entregado su cacao.
¿Cómo debería operar la compra de cacao?
El pasado 11 de marzo se emitió la mecánica operativa del sistema para la Transformación del Bienestar. Los lineamientos especifican que Alimentación para el Bienestar adquiere cacao de las regiones de Chiapas y Tabasco a pequeños productores —quienes tengan menos de cinco hectáreas y no más de 200 kilos por persona— a un precio de 220 pesos por kilogramo fermentado y seco.
Para ello, los productores deben presentar su cacao fermentado, seco y en sacos para ser pesados en centros de acopio autorizados.
Además, todos los trámites tienen que hacerse a título personal —sin ninguna clase de intermediarios, o en todo caso un representante formalizado ante notario— y por personas físicas, por lo que no califican pequeñas empresas ni organizaciones.
En caso de que el cacao cumpla con requisitos técnicos y el productor satisfaga los requerimientos de la Secretaría de Agricultura, entonces se le paga a través de una orden en una cuenta bancaria del Banco del Bienestar.
Iván Rico López mencionó a EL CEO que, hasta el 17 de junio de 2025, tenían registrados 1,663 beneficiarios por la compra de cacao, con un 97% de pagos liquidados y un promedio cercano a los 100 kilogramos entregados por persona.

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