Plan México 2.0: muy ambicioso pero poco viable, advierten

Plan México 2.0: muy ambicioso pero poco viable, advierten

En el marco del Foro Nacional de Energía e Infraestructura del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), se llevó a cabo un análisis sobre los desafíos y oportunidades del Plan México 2.0, que contó con la participación de especialistas, quienes coincidieron en que, si bien el proyecto es ambicioso, su viabilidad depende de atender con urgencia temas como la energía, el agua, la infraestructura y la seguridad.

Rodolfo Mitchell Cervera, director de Análisis Económico y Sectorial en Scotiabank México, señaló que el país aún “no está preparado” para recibir la magnitud de inversiones que busca atraer el Plan México.

Subrayó que las empresas enfrentan obstáculos como apagones, escasez de agua, falta de infraestructura adecuada y “el déficit de mano de obra calificada, a pesar de que estamos en el top 10 de países que producen más ingenieros”.

En ese contexto, señaló que, si bien algunos retos —como el fortalecimiento del sistema eléctrico o hídrico— podrían atenderse con inversiones estratégicas y condiciones legales adecuadas, los desafíos estructurales como la seguridad, la gobernanza o la educación tomarán más tiempo en resolverse.

Va a llevar mucho más tiempo la parte de gobernanza, la parte de generar condiciones legales óptimas para que las empresas se establezcan y aumenten su producción

puntualizó.

Potencialización energética en el Plan México

Por su parte, Mónica Rodríguez, subdirectora de Asuntos Públicos para Energía y Química en Integralia, mencionó que, aunque el Plan México contempla convertir al país en una de las 10 principales economías del mundo hacia 2030, contempla metas para sectores altamente intensivos en el uso de energía y agua, que además requieren una infraestructura significativamente más desarrollada, como la carretera y la portuaria.

También se identifican como prioritarios varios sectores con elevado consumo de petroquímicos, entre ellos el textil, el de calzado y el de semiconductores. “Se trata de un plan muy ambicioso que se da en una coyuntura complicada del país”, en la que aún se están definiendo “nuevas reglas del juego”, tanto a nivel interno como en el marco de la relación bilateral con Estados Unidos.

Lo que llama la atención es que en la primera versión del Plan México, dentro de estos grandes objetivos y metas a 2030, la soberanía energética no estaba contemplada (…) en la versión 2.0 ya se pone como una acción prioritaria

señaló Rodríguez.

Esta meta incorpora el desarrollo de 22,000 megawatts de nueva capacidad instalada. No obstante, Rodríguez advirtió que los esfuerzos siguen centrados en la generación y no en la transmisión y distribución, aspectos fundamentales para garantizar el acceso a energía de calidad.

Además, habló de una inversión de 25,000 millones de dólares que abarcaría los tres rubros, lo que muchos analistas consideran insuficiente frente a las necesidades del país.

La experta hizo hincapié en la competencia creciente de países como Brasil, que están atrayendo inversiones gracias a una oferta más sólida de energías limpias, elemento que muchas empresas consideran prioritario para relocalizar sus operaciones.

El gran desafío del Plan México

Para Eric Hernández Ramírez, académico en la Unidad de Investigación en Economía, Matemáticas y Modelos Computacionales (IIEc) de la UNAM, uno de los grandes retos que tendrá el Plan México en general será “empezar a sustituir las importaciones” para utilizar el potencial que tiene México, y “lograr engarzar a todas esas pequeñas empresas que están alrededor”.

Según el especialista es posible pensar en ser una potencia exportadora, “pero tendríamos que pensar también, que para poder serlo, necesitamos crear las cadenas locales que nos permitan fortalecer nuestro mercado interno para poder ir hacia afuera”.

Mónica Rodríguez retomó la conversación y advirtió que, si bien en el Plan México “se propone disminuir las importaciones de gas natural desde Estados Unidos, falta definir cómo vamos a producir para sustituir esas importaciones (…) esto supone fortalecer cadenas locales y aumentar la producción de muchas cosas en México”, lo cual se suma a los grandes desafíos que enfrenta el país.

Riesgos para el clima de negocios

Rodolfo Mitchell Cervera advirtió que en el contexto actual “uno de los principales riesgos es que se siga deteriorando el clima de negocios en el país, y esto derivado desde la reforma judicial, la eliminación de los organismos autónomos, así como la posición fiscal de México”.

Compromiso con las energías limpias

Mónica Rodríguez señaló que, en cuanto a la generación de energía limpia, todavía faltan conocer detalles de cómo se ejecutarán las nuevas modalidades que se presentan en la Ley del Sector Eléctrico.

En el marco del cumplimiento del Acuerdo de París, señaló que: “están hablando del 45%, que creo que sería el reto más grande de implementar, considerando que todavía no sabemos cómo va a funcionar el sector y qué tanta inversión privada podamos esperar para que tanto privados como CFE logremos estas metas”, enfatizó la experta.

Además advirtió que, en los últimos dos años, entre el 70 y 80% de la inversión en el país proviene de la reinversión de las utilidades de empresas ya establecidas en México, más que por la llegada de nuevos actores. Estas compañías, que ya conocen el mercado nacional, son las que tienen mayores posibilidades de ampliar su capacidad productiva.

Según la experta, varios estados —como Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California y Guanajuato— cuentan con las condiciones naturales favorables para el desarrollo de energías limpias, como la solar, lo que podría traducirse en una ventaja adicional en un contexto de relocalización y transformación energética.

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