Silverfern Equity Club, el ‘experimento’ de Citi que decepcionó a los inversionistas
Silverfern Equity Club, el ‘experimento’ de Citi que decepcionó a los inversionistas

Silverfern Equity Club, el ‘experimento’ de Citi que decepcionó a los inversionistas

Con el objetivo de ofrecer oportunidades de inversión exclusivas a unos cuantos clientes de élite, en 2012 Citi lanzó el ‘experimento’ que se convertiría en un tropiezo para la compañía y que terminaría por decepcionar a varios multimillonarios: Silverfern Equity Club. 

El controvertido club fue el fruto de una alianza entre Citi y Silverfern Group, impulsada por la directora ejecutiva, Jane Fraser, cuando dirigía la banca privada de la institución financiera. 

La unión entre ambas compañías sería simple: Silverfern aportaría la experiencia mientras que Citi pondría a los clientes, y ambos se repartirían las comisiones. Y aunque el club se desmoronó más adelante, el modelo de socio empleado en éste prevalece hasta el día de hoy. 

Citi
Fotoarte: Natalia Montiel

El modelo de socio de Citi en su club

El Silverfern Equality Club ofrecía a los principales clientes de Citi la oportunidad de invertir en una serie de operaciones de capital privado, principalmente coinversiones con firmas más grandes. 

A cambio de acceder a estos clientes, Silverfern estaba dispuesto a ceder a Citi la mitad de su comisión de gestión anual del 2% y una cuarta parte de su comisión de rendimiento del 20%. 

Citi enlistó a 39 de sus clientes más ricos como miembros del club, con compromisos de 470 millones de dólares, entre los cuales se encontraban dinastías multimillonarias de Europa y México, un gestor de fondos de cobertura proveniente de Hong Kong, y un emprendedor tecnológico con sede en Israel. 

Cuando el club inició sus operaciones, grandes firmas de capital privado con las que Silverfern ya había coinvertido, como Cerberus Capital Management, apenas estaban iniciando la difusión directa y dependían de los bancos como socios de distribución. Pero la amenaza ya era bien conocida dentro de Citi. 

Los GP, las firmas de capital privado, estaban construyendo sus redes privadas de distribución de patrimonio. Así que se dirigían directamente a nuestros clientes 

declaró Mercedes García-Ayuso, directora general de Citi. 

Las hostilidades

Los elogios que recibieron en Citi los directores fundadores de Silverfern, Clive R. Holmes y Reeta K. Holmes, no duraron mucho tiempo. 

Citi apuntó por ofrecer una selección de oportunidades a sus clientes más ricos, quienes también podían participar con compromisos relativamente pequeños. La noticia no le cayó muy bien a Silverfern, pues experimentaba la presión constante de los patrocinadores de las operaciones para cumplir sus asignaciones. 

Clive Holmes expresó su molestia cuando un miembro del club estuvo dispuesto a invertir únicamente 500,000 dólares en la primera operación de Silverfern, una coinversión con Partners Group en la empresa de servicios petroleros O-Tex Holdings. 

¿Quién contra quién?

Un gran atractivo del Silverfern Equity Club era que el banco simplemente actuaba como un intermediario, lo cual brindaba confianza a los participantes. 

Pero las inversiones de los clientes en el Silverfern Equity Club continuaron siendo laxas, abriendo paso a la batalla legal entre Citi y la firma global de gestión de inversiones, que de acuerdo con la financiera no logró satisfacer a los clientes. 

No obstante, Silverfern acusó al banco de poner activamente a sus clientes en contra de su socio más pequeño.  

Sin Citi no

En 2016, los Holmes presentaron un acuerdo a los miembros del club que se asemejaba más a un fondo, pero Citi no quiso colaborar con éste ni mucho menos gestionarlo. 

Sin la presencia de Citi en el nuevo plan, los clientes también comenzaron a alejarse de Silverfern y a desconfiar del club que ambos fundaron. 

Silverfern dejó de pagar a Citi su parte de las comisiones a finales de 2018, por lo que ambas partes ‘se vieron las caras’ en los tribunales al año siguiente. Todo terminó cuando la jueza Margaret Chan dictaminó que el banco cumplió con sus obligaciones con Silverfern y que la firma le debía 9 millones de dólares. 

Con información de Bloomberg

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