Los vapeadores se convirtieron en uno de los artículos de moda entre jóvenes mexicanos y quienes buscan una alternativa a los cigarros tradicionales. La variedad de sabores y diseños volvieron a los vaporizadores una tendencia en redes sociales que pronto se trasladó a la vida real.
Así lo muestra el informe más reciente sobre consumo de tabaco y cigarro en México donde los investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública. El documento señala que el uso de cigarros electrónicos prevalece en 1.3 millones de adultos de 20 años o más en el país así como en casi medio millón de jóvenes de 10 a 19 años.
El Congreso de México prohibió en diciembre pasado los vapeadores en su totalidad, y el 17 de enero se publicó el veto en el Diario Oficial de la Federación (DOF), que obliga a la modificación de la Constitución en los artículos 4º y 5º. ¿Pero qué pasará con los consumidores? Como pasa con otras sustancias, los usuarios podrían quedar condenados a la ilegalidad.
El mercado negro llega a las universidades
Una investigación de El CEO revela cómo el mercado negro de vapeadores —controlado principalmente por chinos, pero también participan coreanos e italianos— ya opera en universidades como la Anáhuac, La Salle y el Tecnológico de Monterrey.
León —quien pidió anonimato por temor a represalias—, es un distribuidor de estos productos en diferentes universidades, donde genera ventas mensuales por más de 100,000 pesos. Sus clientes, que son estudiantes, le pagan estos productos con transferencias electrónicas. Pero además de los productos de nicotina, ahora vende vaporizadores con extracto de cannabis.
“Hace como año y medio empezó una nueva moda, la gente compraba “vapes” con nicotina, pero ahora están comenzando a comprar plumas (cigarros electrónicos) pero con wax (extractos de cannabis), igual vienen con sabores, de un gramo, dos gramos, hasta de seis gramos de índica o sativa, que vendo en 1,500 pesos”, dice en entrevista.
León agrega que las plumas de wax y vapeadores de nicotina son muy similares, incluso tiene olor y sabor a uva, cereza, cítricos, entre otros, por lo que es muy común que se usen en áreas verdes de las instituciones universitarias, así como en fiestas privadas o en antros.
Para contrarrestar su uso, la adicción y los daños que provocan, inicialmente el gobierno federal intentó resolver este problema de salud pública con decretos que prohiben la venta e importación de los vapeadores, provocando una ola de amparos, y generó también un mercado negro con ganancias que se calculan hasta en 5,000 millones de pesos (256 MDD) anuales, de acuerdo con organizaciones civiles a favor del vapeo.
La mafia de los vapeadores en CDMX
Las distintas disposiciones y controversias legales alrededor de los vapeadores le dieron la oportunidad al crimen organizado de cooptar miles de consumidores ávidos de un producto cada vez más presente en redes sociales: así nació el mercado negro de vapers en México y comenzó a ofrecer una variedad ilimitada de presentaciones, sabores y precios a los usuarios.
En la Ciudad de México la industria está controlada por grupos de asiáticos que operan en complicidad con organizaciones criminales, aunque la cadena de complicidades también incluye a grupos del crimen organizado que brindan protección a los “brókers” o distribuidores y a sus trabajadores como transportistas y vendedores quienes también forman parte de las redes financieras para evadir el pago de impuestos, así lo explicó un miembro de la mafia de los vapeadores identificado como León.
La mafia de la que forma parte León está compuesta en su mayoría por ciudadanos de origen chino, aunque también hay coreanos e italianos, radicados en México quiénes se encargan de introducir los distintos modelos de vapeadores al mayoreo directo desde Asia, donde se producen la mayoría de los modelos sin controles sanitarios.
León comenta que él recibe por mensajes de WhatsApp la ubicación de las bodegas donde se realizará la venta, casi siempre en edificios del centro de Ciudad de México, donde paga en efectivo o incluso puede hacer transferencias a miembros menores de los grupos criminales.
“La mayoría acepta pago en efectivo y puedes transferirles a sus trabajadores, como diableros, que les sacan cuentas de banco y ahí puedes transferir, porque no toda la gente lleva efectivo”, detalla León.
Vapeadores en las universidades
León se inició en la mafia transportando mercancías entre bodegas clandestinas en el centro de la Ciudad de México. Comenzó a trabajar durante sus vacaciones escolares y se mantuvo a pesar del sueldo bajo, así que poco a poco ganó la confianza de sus patrones, unas personas originarias de China quienes desde hace cinco años le permitieron trabajar como bróker con ellos, sin pagar el impuesto especial que la mafia de asiáticos suele cobrar a los mexicanos.
Este movimiento le permitió establecer una red de ventas en universidad privadas como la Anáhuac, La Salle y el Tecnológico de Monterrey que le han dejado ganancias considerables debido a la cantidad de importaciones que realiza y la variedad de su menú, que incluye dispositivos con nicotina y THC, el compuesto psicoactivo del cannabis.
“Fui de los primeros que empezó a vender en escuelas, era una cantidad absurda de dinero la que se hacía que hasta un carro me compré”, afirma León a EL CEO sobre la ganancias de este negocio donde puede duplicar y triplicar su inversión, por lo que no duda en afirmar que “si se llegaran a prohibir totalmente este tipo de productos el mercado negro sería más grande”.
El transporte de vapeadores
Tras un largo viaje dentro de contenedores marinos por el Pacífico, los vapeadores llegan a los puertos comerciales de México e ingresan ilegalmente gracias al contrabando de las distintas aduanas portuarias desde donde son enviados a diferentes partes del país para ser revendidos en locales, mercados y escuelas por personas como León.
El diario Milenio publicó que, por ejemplo, miembros de la Unión Tepito viajan a China para hacer la compra de vapeadores y la mercancía llega a Panamá, de ahí pasa por Belice y entra a México por Quintana Roo y Chiapas, para después ser trasladada en camiones a la colonia Centro de Ciudad de México.
León cuenta que otra forma de ingresar vapeadores al país es por medio de plataformas como Alibaba, Aliexpress o Shein, camuflando los dispositivos —hasta 50,000 piezas— bajo la venta de ropa o cualquier artículo de importación para burlar controles aduanales.
Documentos de la filtración “Guacamaya Leaks” consultados por EL CEO revelan que estos productos fueron decomisados en aduanas como la de Tijuana, Baja California; o el Aeropuerto Internacional de Querétaro, pero en una escala de incautación mínima.
Por su parte la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha decomisado menos de 1,000 vapeadores entre 2019 y 2024, en Ciudad de México y Estado de México.
Pugna de alto nivel
En febrero de 2024, el expresidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso una iniciativa para reformar la constitución y prohibir la fabricación, distribución y enajenación de vapeadores en México, cigarros electrónicos y dispositivos similares.
Sin embargo, su cruzada personal en contra del vaping comenzó en 2020 cuando la presidencia publicó un decreto para prohibir la venta de vapeadores o cigarros electrónicos con nicotina.
En 2022 el expresidente López Obrador volvió a la carga y aprovechó el Día Mundial Sin Tabaco para firmar un decreto donde quedó prohibido el uso, circulación y comercialización de estos dispositivos.
Pero esta cruzada presidencial contra los vaporizadores también tiene una carga familiar, pues el hijo menor de López Obrador fue consumidor. En octubre de 2021, el joven fue ingresado al Hospital Central Militar por neumonitis por usar vapeador. Al momento de su ingreso, su estado fue “estable grave”, y la saturación de oxígeno fue menor de 80, de acuerdo con documentos de Guacamaya Leaks.
Ola de decretos
A pesar de los decretos el gobierno federal, inicialmente no había impedido su circulación en puntos como tiendas de conveniencia, ya que, en medio de su cruzada, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la prohibición absoluta de estos productos y admitió amparos de distintos fabricantes al considerar conveniente su regulación.
Uno de ellos pertenece a la cadena de tiendas Sanborns, propiedad de Carlos Slim, pero distintas compañías tabacaleras también aprovecharon la falta de un marco normativo que regulara su venta para ofrecer distintos productos al público, con enormes dudas sobre su impacto en la salud, como actualmente ocurre con las bolsas de nicotina que recién ingresaron al mercado mexicano.
¿Qué hay de la industria?
British American Tobacco México emitió un comunicado el pasado 22 de enero, donde anunció la suspensión comercial de sus vapeadores en todo el país, y agregó que “confía que la prohibición de cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos análogos sea temporal”.
La tabacalera dueña de los dispositivos Vype y Vuse agregó que: “la prohibición constitucional estimulará, aún más, el mercado ilegal que ya existe, con graves consecuencias como la venta sin restricciones a menores de edad”.
Maximiliano Cárdenas, coordinador jurídico de la organización Salud Justa MX explica a EL CEO que “la industria tabacalera está haciendo lo que quiere” en el Congreso “por encima de la norma, aprovechando cualquier espacio, sin consecuencias frente a las autoridades”, ya que cabildean a favor de una regulación a modo y buscan ganar terreno en la venta de vapeadores, un sector a donde poco a poco se mudan los consumidores de cigarrillos.
“Esta campaña llamada un “México sin humo”, que busca la transición del tabaco tradicional con la falsa creencia de que hay menor riesgo al consumir este tipo de productos, no deja de ser una campaña de las tabacaleras para atraer nuevos consumidores; lo que buscan a través de influencers y campañas en medios no tradicionales son nuevos consumidores, gente joven que caiga en la adicción”, dice Cárdenas.
“la industria busca estar en un mercado con una regulación laxa para vender estos productos y se está aprovechando de la lagunas existentes, se aprovechan de la no verificación de los organismos reguladores, que en este caso es Cofepris con su falta de capacidad para sancionarlos”.
El alcance de los vapeadores
Los vapeadores son dispositivos desechables o recargables que calientan una solución química, con o sin nicotina, para generar un aerosol o vapor. Además hay aparatos que realizan este mismo trabajo pero con tabaco reconstituido u otro tipo de flores secas.
Los productos están dirigidos al público adulto y a pesar de que son promovidos como una alternativa a las cajetillas de cigarros, contienen sustancias que generan adicción como la nicotina y son perjudiciales para la salud, como lo advirtió el Instituto Nacional de Salud Pública.
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A pesar que su publicidad está prohibida, muchos influencers y artistas como Belinda, Karime Pindter, o el conductor Carlos “El Capi” Pérez —que tienen seguidores menores de edad— promueven el consumo de vapeadores y el uso de tabaco calentado, productos de empresas como British American Tobacco y Philip Morris International.
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Una investigación periodística publicada por Ethos en 2020 reveló que las tabacaleras contrataron a estos influencers por medio de agencias para realizar la publicidad velada.
¿Cuál es su impacto en la salud?
La doctora Guadalupe Ponciano Rodríguez, coordinadora del Programa de Investigación y Prevención del Tabaquismo de la UNAM comenta en entrevista con EL CEO que existen estudios científicos sólidos sobre los efectos negativos que ocasionan los vapeadores en la salud, especialmente al sistema respiratorio que absorbe sustancias químicas para las que no está preparado.
“Algunos fabricantes sobre todo de Asia utilizan acetato de vitamina E, una sustancia liposoluble, como texturizante para que el aerosol dure más en el ambiente (…) utilizan colorantes y saborizantes que están aprobados para uso humano en alimentos, pero el aparato respiratorio no es el aparato digestivo” explicó la también coautora del estudio “Efectos en la salud de los sistemas electrónicos de administración de nicotina”.
Una evidencia de las afectaciones que provocaron fue registrada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ya que entre septiembre del 2019 y marzo del 2020 hubo un brote de casos de enfermedad pulmonar asociada al uso de cigarrillo electrónico (EVALI por sus siglas en inglés).
En total hubo 2,668 pacientes hospitalizados, la mayoría hombres, de los cuales 57 fallecieron.
Al respecto, Cárdenas recordó que en México “la difusión y las campañas de publicidad de estos productos están prohibidas ya que no hay ningún incentivo real para propiciar el consumo de estos productos”, por lo que la aplicación de la norma ayudaría a contrarrestar la falta de información sobre el tema para que los usuarios tomen decisiones informadas.
El dilema de la regulación
Lejos de la visión prohibicionista, quienes abogan por la regulación de los vapeadores en México señalan que con un enfoque punitivista el gobierno enviará a millones de usuarios a la clandestinidad como sucede con los consumidores de cannabis, por ejemplo, además de que fortalecería todavía más a la mafia que controla gran parte del mercado.
Un ejemplo de los efectos negativos que deja la prohibición de los vapeadores ocurrió en Australia, donde una política restrictiva lanzada en 2021 permitió a los grupos criminales controlar el trabajo informal al crear un mercado negro redituable que ha llevado a distintas bandas a enfrentarse en una violenta guerra.
Investigadores que analizaron el caso australiano señalaron que los controles gubernamentales como multas elevadas y vigilancia policial difícilmente reducen la presencia del mercado negro por lo que recomiendan reemplazarlo por un mercado legal y regulado.
A favor de la regulación también se ha mencionado un posible aumento en la recaudación tributaria y es que de acuerdo con estimaciones del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, regular este mercado podría dejar 12,748 millones de pesos en impuestos al año.
Por: Sergio Rincón y Enrique Alvarado González (colaboración especial)
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