El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha levantado una ola de incertidumbre en el mundo. Y la amenaza de aranceles contra México, los impuestos a autos eléctricos, la deportación masiva de trabajadores migrantes y sucesos como las bajas valuaciones en el mercado bursátil, pone un desafío a 17 corporativos mexicanos como Alpek, Bimbo, Gruma, Grupo Carso, Genomma Lab, entre otros.
Los negocios de los empresarios Carlos Slim, Germán Larrea o Daniel Servitje, por mencionar algunos, estarán a suerte de los caprichos del nuevo ocupante de la Oficina Oval.
EL CEO detectó que 17 compañías mexicanas que cotizan en bolsa tienen poseen operaciones en Estados Unidos e, incluso, generan hasta el 70% de sus ingresos en dicho país.
Ejemplo de ello es Grupo Cementos Chihuahua, propiedad de Federico Terrazas, cuya exposición al mercado estadounidense es del 76%; seguida de la petroquímica regiomontana Alpek, del empresario Armando Garza Sada, con el 66%; mientras que Gruma, del empresario Roberto González, y Nemak muestran 55% y 54% de las ventas, respectivamente.
A este grupo también pertenecen Chedraui —que dirige el empresario José Antonio Chedraui Eguía— cuyos ingresos provenientes del mercado estadounidense ascienden al 53.17%; Alfa, 52.45%; e incluso la panificadora más grande del mundo, Grupo Bimbo de Daniel Servitje, con un 46.50%.
Con menor proporción se encuentra Grupo Televisa, de Emilio Azcarraga, con solo el 1.80%, Kimberly Clark de México —que preside Claudio X. González Laporte— 8.20% y Grupo Herdez, propiedad de los Hermanos Hernández-Pons, con 8.49% de sus ventas.
Empresas mexicanas, el escenario de riesgo
Previo a la toma de posesión del empresario hasta la fecha, al menos nueve de estas 17 empresas —y por otras razones multifactoriales— muestran una pérdida de 119,246 millones de pesos en valor de mercado, de acuerdo con estimaciones del equipo de análisis de EL CEO.
¿Pero qué están haciendo para hacer frente a la nueva administración con mayoría republicana? Por ahora, se mantienen “positivamente cautelosas”, de acuerdo con un análisis del banco estadounidense JP Morgan.
Estados Unidos y México mantienen una relación comercial donde el monto de exportaciones representa cerca del 30% del PIB de los mexicanos, mismo que se ha visto incentivado por la cercanía geográfica, sumado a los acuerdos comerciales como el Tratado entre México, Estados Unidos (EU) y Canadá (T-MEC), que entrará en una tensa etapa de revisión.
Pese a que la mayor generación de sus ventas se encuentra en EU, los planes de Grupo Cementos Chihuahua, que dirige Enrique Escalante, mantienen la expectativa de expansión en el vecino del norte, sin tomar una postura respecto al clima de los negocios binacionales.
“Espero que durante el cuarto trimestre (de 2024) conozcamos más sobre las nuevas políticas actuales en ese sentido, y eso debería darnos más claridad y, con suerte, potencialmente, un negocio mucho mejor con la continuación del nearshoring”, comenta Enrique Escalante, CEO de la compañía.
Pese a que otras compañías se mantienen cautelosas, la cementera ya anunció la adquisición de tres agregados en Texas, misma que implicó una inversión de 100 millones de dólares. Esta operación aumentó a cuatro millones de toneladas anuales de capacidad.
“No solo ampliamos nuestra oferta de productos, sino que también reafirmamos nuestro compromiso con la creación de valor a través de adquisiciones”, mencionó en un comunicado Escalante.
Trump y el aumento de aranceles
El 27 de noviembre del año pasado, Donald Trump amagó con imponer un arancel del 25% a productos provenientes de México y Canadá, sus principales socios comerciales; lo anterior, como medida para que el gobierno mexicano actúe contra el narcotráfico y la migración irregular.
El 20 de enero, como uno de mis primeros decretos, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un arancel del 25% a todos los productos que ingresen a Estados Unidos y sus ridículas fronteras abiertas,
escribió Trump en su cuenta de Truth Social.
Ante ese escenario, uno de los sectores con mayor afectación, de acuerdo con analistas, sería el automotriz donde destaca la regiomontana Nemak, presidida por Armando Garza. La fabricante de cabezas de motor, monoblocks así como piezas de la transmisión, como la caja de cambios y la caja del convertidor, presenta una exposición de 54% de las ventas en Norteamérica (México y Estados Unidos).
Entre sus principales clientes se encuentra Ford y General Motors, mismos que generan cerca del 40% de las ventas de la compañía mexicana, de acuerdo con los propios datos de la empresa; además, presenta una cartera de automotrices chinas de las que Donald Trump quiere frenar su proliferación en dicho territorio.
El dato no es menor, tan solo en diciembre de 2024, el país produjo 3.98 millones de automóviles de los cuales, alrededor del 80% fueron exportados a Estados Unidos, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI).
Las cifras muestran que General Motors, Nissan, Ford, Stellantis y Volkswagen son las automotrices con mayor exportación provenientes de México, mismas que se verían afectadas tanto por los aranceles adicionales como por la revisión al T-MEC.
El sector automotriz en la nueva era Trump
A ello se suma el anuncio del equipo de transición de Trump que pretende terminar con el subsidio a vehículos eléctricos que declaró el actual presidente estadounidense, Joe Biden. Esta medida afectará a fabricantes como Tesla y General Motors; solo esta última empresa representa un 16% de los ingresos de la mexicana Nemak.
En tanto, la fabricante de componentes de automóviles considera que el principal afectado será el consumidor.
Cualquier arancel sería responsabilidad de los fabricantes de equipos originales, ya que nuestros productos se venden ‘free on board’ en nuestras plantas México. Los aranceles afectarían principalmente a los consumidores estadounidenses,
dijo Armando Tamez, CEO de Nemak, en una conferencia con analistas en octubre pasado.
La táctica favorita de Trump
Durante el primer mandato de Donald Trump mostró que este tipo de tácticas eran utilizadas como un “arma” para negociar acuerdos, procesos e incluso tratados comerciales. En este sentido, analistas consideran que esta postura no servirá sino como un medio más para acordar nuevos modelos entre los países involucrados.
“Para Trump, los aranceles son una herramienta que puede simultáneamente solucionar el déficit comercial de
Estados Unidos, mejorar su competitividad, fomentar la inversión y la innovación interna, apuntalar a la clase
media y crear empleos en el país”, escribieron analistas de CiBanco en una nota.
Por su parte, Grupo Carso, propiedad de Carlos Slim, mantiene expectativas positivas para este año en Estados Unidos. De acuerdo con el director de Finanzas y Tesorería de la compañía, Arturo García, se registró un incremento en las ventas de Condumex, especialmente en la industria automotriz y en los cables de construcción, ambos elementos incentivados por la expectativa del nearshoring.
“Estamos aumentando (las ventas) debido a las nuevas plantas en México, más demanda de la industria automotriz”, dijo el directivo en conferencia con analistas.
Refirió que esta posibilidad se acrecentó ante los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos; además, no descartan beneficios en el segmento de construcción y, quizá, en infraestructura.
Escenarios mixtos para el sector financiero
Analistas de Citibanamex consideran que las relaciones comerciales entre Estados Unidos y diversos países se verán afectadas. Bajo este escenario y considerando que México tendrá el estrés de nuevos aranceles, el sector financiero en México también sufriría.
Una de las promesas del nearshoring es el generar una reconfiguración económica —estimado por Janneth Quiroz, la economista en Jefe de Monex— y, con ella, una mayor demanda de empleos que, a su vez, generarían un aumento de las solicitudes de pagos a nómina de bancos e incluso a solicitudes de créditos.
Aunque son firmas que no tienen exposición directa a Estados Unidos, se les considera de los beneficiados por la expectativa de crecimiento laboral y económico de México.
Aún con ello, JP Morgan considera que México continúa con oportunidad para aprovechar la relocalización de las cadenas de producción. “Vemos cada vez más a México como un beneficiario de la historia de re-shoring de Estados Unidos en lugar de un puro juego de nearshoring”.
Lo anterior contemplando los beneficios que el territorio mexicano proporciona, por un lado, la cercanía geográfica y los salarios manufactureros que continúan siendo competitivos.
“Una vez que estas empresas se instalan y empiezan a generar encadenamientos con empresas locales, los bancos locales pueden participar más. Por ejemplo, financiando proveedores locales, empresas de bienes raíces y demás empresas que se benefician de la llegada de compañías internacionales”, señaló Eduardo López Ponce, gerente de Análisis y Mercados en Intercam Casa de Bolsa.
“Con la incertidumbre comercial, se podrían posponer inversiones lo cual a su vez también retrasaría la demanda de crédito, aunque de nuevo, por ahora es especular ya que no se ha anunciado nada concreto al respecto”, explicó.
El beneficio de la reducción del impuesto de Trump
Pese a los posibles riesgos con Donald Trump, existe un elemento que puede beneficiar a las empresas mexicanas con mayor exposición a Estados Unidos: se trata de la reducción del impuesto corporativo del 21% al 15%, que estaría marcado como el mínimo global de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el G20.
Este factor puede impactar en la Inversión Extranjera Directa (IED) con México, al reducir el atractivo de nuevas inversiones en el territorio mexicano.
Pese a ello, Cemex –que cuenta con plantas de producción a lo largo de Europa, Asia, Medio Oriente y el continente Americano, pero con una generación de poco más de 31% en EU– visualiza oportunidades esenciales para el sector. De acuerdo con el vicepresidente de Finanzas de la compañía, Maher Al-Haffar, existen elementos que hacen atractivo el mercado de la construcción estadounidense.
“Creemos que debido a las restricciones regulatorias y a las perspectivas de crecimiento en la construcción, el mercado de la construcción en Estados Unidos es un espacio muy atractivo”, mencionó en conferencia con analistas. “Hemos tenido un entorno de precios muy bueno y lo hemos disfrutado durante mucho tiempo. Así que este es un área en la que seguiremos centrándonos”.
¿Salida a la incertidumbre?
Tras publicar sus resultados al tercer trimestre de 2024, las 17 empresas que EL CEO analizó, se mantenían al margen de poder adelantar los efectos de una posible victoria de Donald Trump, pero para Grupo Cementos Chihuahua también existen otros elementos que pueden favorecer al negocio: el nearshoring.
El conglomerado Orbia, que preside Juan Pablo del Valle Perochena y con una exposición de 36% al vecino del norte, continúa enfocado en incrementar la rentabilidad en su división de riego por goteo, Netafim.
Consumo ¿sin efectos?
Un incremento arancelario por importaciones de México a Estados Unidos podría detonar nuevamente presiones inflacionarias y, por tanto, afectaciones directamente al consumidor. Lo anterior dada la relación comercial entre ambos países; además, frenaría el crecimiento económico mexicano.
“La perspectiva para México se caracteriza por un menor crecimiento y una mayor inflación, acompañada de un aumento de la volatilidad financiera”, dijo Alfredo Coutiño, director para América Latina en Moody’s Analytics.
Aún con ello, Becle, el fabricante de bebidas espirituosas propiedad del millonario Juan Francisco Beckmann —que presenta una generación de 20% de sus ventas en el mercado norteamericano—, consideró que no se estiman efectos negativos respecto a la política de Trump por aumentar los impuestos.
“No esperamos necesariamente algo negativo de lo que se ha confirmado en este sentido. Así que continuaremos monitoreando en el futuro”, mencionó Rodrigo de la Maza Serrato, director de Administración y Finanzas en Becle. No obstante, estarán enfocados en estabilizar los efectos de los precios, como en el agave.
Expectativa positiva
Genomma Lab, del empresario Rodrigo Herrera —con una exposición de 10% de sus ventas en Estados Unidos— mantiene una expectativa positiva, incluso con crecimientos sólidos y potenciales para este año en dicho mercado sin detallar el ‘efecto Trump’.
“Estamos presentes en ese mercado desde hace unos tres o cuatro años. Y estamos viendo niveles de crecimiento muy optimistas, y el potencial de crecimiento en ese mercado es obviamente enorme.Y tenemos planes más sólidos para el próximo año, por lo que somos muy positivos sobre el desempeño continuo de Suerox”, mencionó el director ejecutivo Marco Sparvieri en conferencia con analistas.
A este elemento arancelario también se agrega las presiones por la fluctuación del tipo de cambio. Aunque este factor es más “controlable” con las coberturas cambiarias o, en su defecto, estar completamente dolarizadas.
“Se estima que industrias como la minera, la aguacatera y la cárnica podrían experimentar mayores cambios por estas políticas (ya que tienen exportaciones al país del norte). A nivel más pequeño, los negocios locales (los que tienen decenas de empleados, por ejemplo) verían estos impactos en sus insumos”, escribió Siigo Aspel en un análisis.
La embotelladora regiomontana Arca Continental, que preside Jorge Humberto Santos Reyna, cuenta también con una exposición de 27% al mercado estadounidense; sin embargo, se estima que por el sector en el que se desempeña continúe “defensivo”.
Valuaciones por debajo del primer mandato
Aunque las promesas de Donald Trump son consideradas como un arma para la negociación, analistas aún visualizan un futuro incierto; pese a ello, el mercado bursátil observó descender las valuaciones a niveles incluso menores al primer mandato del republicano.
Un análisis de Citibanamex refiere que el precio a 12 meses en el mercado local, es decir, el valor de las empresas en el mercado bursátil en relación a sus activos, era de 15.9 veces a principios de 2016 cuando Trump asumió su primer mandato. Actualmente, dicho factor, una métrica muy seguida por los inversionistas, ronda 10.9 veces, consecuencia de las actuales tasas de descuento tanto por elementos nacionales como las reformas impulsadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
La políticas del sexenio pasado generaron incertidumbre en el mercado y alertas de Estado de Derecho; aunado a factores internacionales como las propias elecciones en Estados Unidos.
“Un contexto macroeconómico difícil y los temores de una posible guerra arancelaria podrían ser un lastre para la valoración en el corto plazo, incluso si algunos esperan una respuesta que China traiga vientos de cola en el mediano plazo en forma de una mayor integración nacional”, explicaron los estrategas en el documento ‘Activos mexicanos bajo un nuevo marco’ publicado en noviembre del año pasado.
Un mandato conocido
La relación entre México y Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, ya es conocida y, aunque se considera que en el mediano y largo plazo resultará positivo dado el tratado comercial, el corto plazo luce turbulento con el arranque de la administración estadounidense, de acuerdo con estrategas de JP Morgan.
Sin embargo, será relevante conocer la postura de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum con respecto a China, factor relevante para evitar conflictos con el vecino del norte. Incluso más allá de la postura de Donald Trump, será fundamental observar el desarrollo del Congreso en México donde también predomina una mayoría política tanto en la presidencia como en el Congreso: Morena.
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