En medio de la aguda crisis financiera que enfrenta Pemex, la petrolera ha transferido un total de 11,492 millones de pesos a la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQIE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Documentos en poder de EL CEO revelan que dichas transferencias de Pemex se han venido realizando desde marzo de 2018 hasta octubre de 2024; es decir, abarcando los mandatos de tres administraciones federales: Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
A lo largo de este período, tanto Pemex Exploración y Producción (PEP) como Pemex Logística han contribuido con recursos sustanciales para el desarrollo de proyectos especializados en colaboración con la ESIQIE.
Por poner un ejemplo: en octubre pasado se transfirieron al IPN, más 247 millones de pesos por la prestación de servicios científicos, tecnológicos y de innovación especializados.
¿Se justifica el desembolso de Pemex?
Aunque estas aportaciones podrían parecer justificadas bajo el argumento de fortalecer la investigación y desarrollo en el sector energético, la situación financiera de Pemex y su abultada deuda con proveedores todavía plantean serias preguntas sobre el objeto de dichos desembolsos.
La petrolera enfrenta una crisis de deuda significativa, acumulando pagos atrasados a proveedores y contratistas, lo que ha generado un deterioro en su reputación financiera y operativa.
A pesar de la magnitud de los fondos transferidos, también se desconocen los resultados concretos de estos proyectos.
Incertidumbre
Fuentes cercanas señalan que la reunión entre Claudia Sheinbaum y su cuerpo diplomático, señalan que el encuentro no tuvo los mejores ánimos para abordar la inminente crisis migratoria que se vislumbra a partir del 20 de enero, aunada al retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Y es que el temor a lo desconocido y a lo que está por venir es palpable. México no ha enfrentado antes una situación de esta naturaleza, donde la presión externa se combina con un entorno interno frágil.
La crisis migratoria que se avecina podría exacerbar problemas estructurales, como la inseguridad y la economía informal, al tiempo que pone a prueba la capacidad del gobierno mexicano para responder con eficacia.
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