El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado a sus principales socios comerciales, México, China y Canadá, con la implementación de aranceles como un castigo para que mejoren ciertos temas como la migración y tráfico de sustancias prohibidas; sin embargo, el impuesto también impactará en la economía interna.
Un ejemplo de estas afectaciones es la industria de transporte, valorada en 1.7 billones de dólares, ya que los impuestos empeorarían una recesión en la cual el sector lleva metido casi tres años, apuntaron expertos.
Este negocio es el encargado de mover todas aquellas mercancías que se producen y compran en Estados Unidos, por lo que es considerado un referente económico y que dará las primeras señales de cualquier consecuencia de los aranceles.
Donald Trump aseguró que sus impuestos ayudarán al país y no perjudicarán a las empresas estadounidenses. El próximo mandatario busca utilizar los aranceles para impulsar la creación de empleo y aumentar los ingresos de cara a un recorte de impuestos.
Sin embargo, los expertos señalaron que los gravámenes a los productos importados son un nuevo tipo de impuesto para los consumidores, ya que las empresas trasladarán el costo al precio final.
Aranceles de Donald Trump, una presión política
Los aranceles de Donald Trump no son sólo un tema económico. La próxima administración estadounidense podría aprovechar estas sanciones para cuestiones no comerciales, según dijeron economistas y ejecutivos del transporte.
Sin embargo, las amenazas no parecen servir de mucho. China y otros socios comerciales de Estados Unidos no han dado marcha atrás al asegurar que los aranceles sólo servirán para perjudicar a todos los involucrados.
El republicano señaló la implementación de aranceles de 25% a los productos de México y Canadá a menos que sus gobiernos tomen medidas enérgicas contra el flujo de inmigrantes y fentanilo hacia Estados Unidos. También ha prometido impuestos extra de 10% para productos chinos.
Con información de Reuters
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