Las opacas inversiones del gobierno de China en México
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Las opacas inversiones del gobierno de China en México

Hace siete años, funcionarios de una paraestatal china acudieron a una licitación del gobierno mexicano para la exploración y explotación de dos campos de aceite frente a las costas de Tamaulipas —a un paso de la frontera marítima con Estados Unidos—, en el Golfo de México.

En 2023 la paraestatal china terminó de forma anticipada el contrato porque no encontraron nada. El único pozo que perforó la filial China Offshore Oil Corporation E&P México estaba completamente seco.

Lo que sí brotó de las entrañas de este negocio fallido, fue que el dinero para financiar el proyecto no vino directamente de China, sino que dio saltos por varios puntos del planeta. Las autoridades chinas habían encontrado un opaco esquema para invertir en el país sin que las autoridades mexicanas ni estadounidenses lo detecten.

Una investigación de EL CEO revela que el gobierno del presidente de China, Xi Jinping, ha encubierto inversiones en México mediante un esquema de triangulación de capitales, donde se utilizan entidades offshore ​​en paraísos fiscales, además de fondos de inversión en algunos mercados, como la bolsa de Shanghai.

Este medio encontró que las inversiones —que al final de cuentas son legales— son administradas por el gobierno chino, y fueron a dar a proyectos como el Tren Maya, o licitaciones para exploración y explotación en campos petroleros en el Golfo de México.

La inversión china puede ser hasta seis veces mayor

Según datos de la Secretaría de Economía (SE), desde el 2019 hasta mediados de 2024, el flujo de la Inversión Extranjera Directa (IED) desde China a México se calcula en 1,684 millones de dólares; apenas el 0.1% de los casi 14,473 millones de dólares que llegaron desde Estados Unidos al tercer trimestre de este año.

Fotoarte: Andrea Velázquez

Las cifras del Ministerio de Comercio de China son ligeramente mayores a las de la SE, sin embargo, agencias privadas como Rhodium Group estiman que el verdadero flujo de capital asiático es seis veces mayor al registrado oficialmente.

El economista Enrique Dussel Peters, quien se ha enfocado en el estudio de la relación comercial China-México, dice en entrevista que la SE no detecta estas inversiones chinas porque “define a una inversión extranjera directa según su nacionalidad, según el último lugar de donde viene la inversión”.

La inversión puede originarse en China y dar 20 vueltas al mundo; va a Luxemburgo, a las Islas Caimán, a Estados Unidos, a Berlín y por último llega a Guatemala, y de Guatemala se interna a México, (…) entonces la inversión es guatemalteca

detalla Dussel.

El especialista, quien ha generado un registro propio sobre las inversiones chinas, agrega que no es que las autoridades mexicanas mientan, sino que metodológicamente así funciona su registro desde la legislación de 1993.

Fotoarte: Andrea Velázquez

El también catedrático de la UNAM opina que otros países operan con esta triangulación para obtener distintos beneficios.

“Las empresas chinas se comportan como las suizas, tratan de evadir para pagar los menos impuestos: tratan de integrarse en cadenas globales de valor donde consideran que tendrán una alta tasa de ganancia, en ese sentido no tiene diferencias con otros países”, agrega Dussel Peters.

Así llegó China al Tren Maya

Desde hace más de una década, China busca hacer negocios en el mundo, y ha puesto sus ojos en América Latina, a pesar de las sospechas de corrupción en Bolivia, Colombia y Ecuador.

Esta situación ha provocado que organizaciones civiles de la región cataloguen estas inversiones como “capitales corrosivos, cuya particularidad es que carecen de transparencia, rendición de cuentas o incluso tienen la intención de incidir en los países donde llegan.

Por ejemplo, la filial CHEC Bolivia, cuyo gerente general, Jin Zhengyuan, fue investigado y encarcelado por su presunta implicación en un caso de corrupción en contratos estatales destinados a carreteras.

La empresa China Communications Construction Company Limited. (CCCC), que cotiza en la Bolsa de Valores de Shanghai y el principal accionista es el gobierno chino, ganó la licitación del Tramo 1 del Tren Maya, a pesar de que el Banco Mundial la inhabilitó entre 2011 y 2017, por prácticas fraudulentas en obras carreteras de Filipinas.

Para el proyecto del Tren Maya, gestionado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), entonces a cargo de Rogelio Jiménez Pons, no hay rastro del capital chino en el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras. Esto fue posible a un esquema de triangulación, pues el capital habría pasado por Portugal durante la ejecución de las obras.

El esquema de la constructora china consistió en ganar la licitación en consorcio con empresas mexicanas, y solo adquirir el 35% de participación, con el fin que no fuese necesario reportar el ingreso de capital a la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras.

El Tramo 1 quedó en manos chinas

Luego, en agosto de 2020, ya firmado el contrato del Tren Maya, la matriz china anunció la adquisición del 30% de la constructora portuguesa Mota-Engil, que a su vez tenía una filial mexicana —liderada por José Miguel Bejos— que era socia mayoritaria en el consorcio que construiría el Tramo 1. Dicha operación se hizo mediante la compra de acciones en el mercado Euronext de Lisboa.

Fue así como la construcción del Tramo 1 del Tren Maya pasó prácticamente a capitales chinos. La culminación de la operación ocurrió en noviembre de 2020, mediante una modificación al contrato —redefiniendo el término “subsidiaria”—, con ello CCCC dejó gran parte del trabajo a su hermana mexicana China Communications Construction Company México, que hasta ese momento no había figurado en escena.

La operación de Mota-Engil

No se sabe a detalle cómo entró el capital chino a México para ese proyecto de infraestructura del pasado sexenio, pero hay un suceso relevante en esta trama: el 24 de junio de 2020 la filial mexicana de Mota-Engil dio poderes a dos de sus funcionarios para que tramitaran un crédito hasta por 25 millones de euros en Portugal, concretamente en Novo Banco, dejando en prenda los dividendos del proyecto del Tramo 1 del Tren Maya.

En febrero de 2021, por fin el Registro Nacional de Inversiones Extranjeras reportó la entrada de capital mediante una empresa llamada Mota-Engil Latin America B.V, fundada en Países Bajos; una sociedad gestionada en México por los funcionarios que tenían la misión de conseguir un crédito en Portugal.

En su reporte anual de 2023, la constructora CCCC informó que terminó sus trabajos en el Tren Maya, pero agregó que con ese proyecto se concretó un modelo de cooperación entre China y Europa, lo que confirmó dicha triangulación de capitales.

Capital chino en pozos petroleros

Otra inversión china, pero que fue a dar a aguas del Golfo de México, es la de China Oilfield Services Limited (COSL) México que llegó al país en 2006, fundada por dos empresas norteamericanas.

Una década más tarde, en 2016, y en medio de una crisis financiera, logró firmar un contrato con Hokchi Energy, una subsidiaria de la compañía argentina Pan American Energy, la cual tenía una licitación petrolera desde 2015.

De acuerdo con una entrevista que Lai Xuanchao, presidente de COSL México, que ofreció al medio de comunicación Mexico Business News, este contrato fue resultado de la calidad de su servicio, seguridad y el enfoque de control de costos.

COSL México prestaría su plataforma autoelevable COSL Hunter para operaciones de los cinco pozos controlados por Hokchi Energy, frente a las costas de Tabasco.

Para aquella operación de COSL México tampoco registró una inversión directa desde China, sino que más de ocho millones de dólares llegaron por medio de la empresa COSL America INC, fundada en Texas, de acuerdo con documentos del Registro Público de Comercio.

Para cumplir con sus contratos, COSL México también utilizó a una empresa hermana fundada en Singapur para gestionar permisos con la Secretaría de Marina, concretamente para la estancia de su buque con banderas internacionales en aguas locales.

COSL México también ha tenido adjudicaciones directas con la paraestatal mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex) –obtenidas en la década pasada y en 2023– para intervenciones en pozos.

China Oilfield Services Limited cotiza en la Bolsa de Valores de Hong Kong y entre sus principales accionistas se encuentran fondos de inversión de Singapur y Chino; sin embargo, su principal inversionista mayoritario es China Offshore Oil Corporation, cuyo capital es gestionado directamente por el gobierno de Xi Jinping.

China llega a la frontera marítima de EU

En 2017, la empresa China Offshore Oil Corporation E&P México —propiedad del gobierno chino— se hizo de un contrato para la explotación de dos poco atractivos campos de aceite en el Golfo de México.

La prensa nacional e internacional publicaron que, más que un negocio, la presencia China Offshore Oil en el Golfo de México y en el mercado petrolero mexicano, atendió a una presencia geopolítica. Es decir, tomar posiciones estratégicas frente a los Estados Unidos.

Y es que en 2023, la empresa china canceló el contrato de forma anticipada, pues el único pozo que perforaron en 2021 estaba seco, a pesar de ello le dieron 3.3 millones de pesos al gobierno mexicano como pago de los derechos.

Este proyecto fallido revela que China no invirtió capitales directamente desde Pekín, sino que creó dos empresas en Países Bajos, por medio de una sociedad denominada CNOOC NETHERLANDS B.V., según datos del Registro Nacional de Inversiones Extranjeras.

Esta triangulación es una más de las que utiliza China para ingresar capitales en países donde quiere tener presencia, en este caso México. De hecho, gracias a una fusión con una filial homónima, cuyos documentos se encuentran en el Registro Público de Comercio, hasta finales de 2023 en sus cuentas bancarias existían más de 7,000 millones de pesos.

¿De qué tamaño es la “trampa china”?

Los tres ejemplos de triangulación de capitales que analizó El CEO apenas muestran una parte del comportamiento de estas inversiones, cuyas dimensiones numéricas son totalmente desconocidas.

Pues la evasión de aranceles y la diversificación de la cadena de suministro existe, primero dedicada a los productos electrónicos y ahora al sector automotriz, según Rhodium Group, en el artículo titulado A Closing Back Door? China’s Evolving FDI Presence in Mexico.

La agencia detalla que entre 2013 y 2023, las inversiones chinas en México han llegado a 13,000 millones de dólares —incluyendo la que proviene de forma indirecta—, pero la cifra real nadie la conoce, ni siquiera las autoridades mexicanas.

El comportamiento de estas inversiones, agrega el artículo, muestra que existen empresas interesadas en México, pero persiste la ambición por entrar al mercado estadounidense.

Por esta razón hay señalamientos por parte de Estados Unidos y Canadá de que México es la puerta trasera de los chinos, aunque la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo ha negado.

En tanto, estos capitales silenciosos siguen llegando a México en medio de las tensiones que aumentan conforme se acerca el inicio del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, quien amenaza con un aumento de aranceles.

Sheinbaum mantiene distanciamiento comercial con China, y pretende ahondar la distancia a través de Iniciativa México, sin poder controlar realmente lo que se conoce como “la trampa china”.

 

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