Rafael Espino de la Peña, presidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros (AMESPAC), asegura que la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con sus proveedores, alcanzó niveles críticos durante el periodo de transición entre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Claudia Sheinbaum.
En entrevista con El CEO, poco después de asumir la presidencia de la asociación empresarial, explica que sino se resuelven estos adeudos antes de diciembre, la Navidad será recordada como la más oscura.
Estará “en grave riesgo la continuidad de las operaciones en las principales zonas productoras de petróleo del país”, afirma.
El empresario señala que, aunque se dieron problemas financieros en la administración de AMLO por la necesidad de destinar recursos a proyectos de gran escala como la refinería de Dos Bocas, la situación alcanzó niveles críticos durante la transición.
Se dejaron de recibir facturas para pago, simplemente. Ya pasaron casi dos meses, y estamos entrados en diciembre, eso por una parte. Y por otra, la administración anterior también cerró la puerta a los pagos en sus últimos meses,
afirma Espino de la Peña.
La refinería que ha enfrentado múltiples retrasos en su inauguración y una constante sobreexposición presupuestal, ha desviado recursos clave para el pago de facturas de los proveedores, lo que ha generado una acumulación de deuda que, al cierre de octubre de 2024, alcanza los 20,000 millones de dólares.
Barcos ya no tienen dinero ni para el diésel
AMESPAC, según su presidente, tiene documentados trabajos y facturación por alrededor de 1,600 millones de dólares, especialmente, en estados petroleros como Tabasco, Campeche, Veracruz y Tamaulipas.
El impacto de la falta de pago ya está siendo visible en diversas áreas operativas, añade Espino de la Peña.
El empresario señala que algunos proveedores han tenido que reducir su flota de transporte para los trabajadores de las plataformas, como es el caso de las lanchas que trasladan a los empleados de turno, debido a la falta de recursos para mantener sus operaciones.
Ya no tienen dinero ni para el diésel,
afirma.
A lo largo de todo este año, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) pidió a Pemex –de manera urgente– que pague a sus proveedores. En febrero, la asociación empresarial expuso que tenía conocimiento de que hay navieros que no han recibido sus compromisos de pagos.
Incluso, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) de Tabasco, señaló “que se preveía que la situación se agrava por el cambio de administración federal”.
La ayuda a Pemex, insuficiente
Aunque el gobierno federal ha implementado ajustes fiscales, como la reducción de la tasa positiva del Derecho de Utilidad Compartida al 30% –ahora llamado “Derecho al Bienestar”–, estos cambios no han sido suficientes para aliviar la presión financiera de la empresa productiva del Estado.
Se han hecho esfuerzos, pero las prioridades de gasto no parecen estar enfocadas en resolver este problema,
abunda Espino.
El empresario reconoce la necesidad urgente de restablecer la relación financiera entre el gobierno federal, Pemex, y las empresas del sector energético para cumplir con las metas establecidas en el Plan Nacional de Energía de la presidenta Claudia Sheinbaum, que incluye alcanzar una producción de 1.8 millones de barriles de petróleo al día.
Sin embargo, para que estas metas sean alcanzables, es indispensable que se resuelvan los problemas de liquidez que están afectando las cadenas de suministro.
Cualquier negocio, en cualquier ámbito, no puede subsistir si no se le pagan sus ventas anuales. Es un problema complicado,
matiza Espino De La Peña.
Para el empresario, el tiempo se agota: “Ni siquiera pensaría en el 2025. Viene diciembre, y hay que pagar, porque las situaciones están muy comprometedoras”, finaliza.
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