El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha puesto en vilo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ante las amenazas del magnate hacia el territorio nacional, situación que el país de la hoja de maple podría aprovechar para lograr su propio acuerdo.
Doug Ford, el primer ministro de Ontario, dijo que Canadá debería tener su propio tratado comercial con Estados Unidos, a menos que México se alinee con sus socios norteamericanos sobre las importaciones chinas.
El funcionario canadiense detalló que “como mínimo”, México debe igualar los aranceles implantados por las autoridades estadounidenses y canadienses sobre los productos llegados desde China, de no hacerlo tampoco deberían tener acceso a los beneficios dados por el acuerdo.
A través de su cuenta de X, el funcionario se lanzó contra México al calificarlo como la “puerta trasera” para que productos chino lleguen a Canadá y Estados Unidos.
Los comentarios de Ford se encuentran en línea con la política de Canadá de alinearse con Estados Unidos para evitar problemáticas con la economía más grande del mundo.
México ya se prepara ante la renegociación del T-MEC
Ante los señalamientos por parte de sus socios comerciales, México ha dicho que está realizando su trabajo, incluidos los aranceles para el acero procedente de China. La medida se tomó luego de que Estados Unidos se quejara de que el material estaba incluido en productos que eran enviados a su territorio.
En julio, la Secretaría de Economía (SE) dio a conocer que el país importa alrededor de 119,000 millones de dólares anuales de China, y se comprometió a reducir ese flujo de bienes.
Sobre los señalamientos que apuntan importaciones de autos chinos a Estados Unidos desde México, los funcionarios nacionales han rechazado tales acusaciones al asegurar que en el territorio nacional no se producen unidades chinas.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se ha pronunciado sobre la posibilidad de que Estados Unidos aplique cualquier tipo de arancel o barrera comercial a los bienes canadienses, al asegurar que los trabajadores estadounidenses pagarán las consecuencias.
Con información de Bloomberg
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