El Plan Nacional de Energía presentado por Claudia Sheinbaum Pardo representa una mejora en el rumbo de la política energética del país, ya que marca el regreso de la inversión privada en el sector, aspecto que analistas, institutos y empresas consideran necesarios para lograr justicia social.
Sin embargo, el verdadero éxito de esta estrategia dependerá de la implementación de reglas claras y certidumbre regulatoria, aspectos clave que todos los sectores coinciden en señalar como indispensables.
Para Kristóbal Meléndez, analista del sector, el plan prioriza un aspecto esencial: la justicia energética por medio de las inversiones privadas y públicas, entendida como el acceso equitativo a la electricidad a costos asequibles, especialmente en comunidades con altos niveles de marginación.
“Lo veo bien, principalmente por la justicia energética”, señaló Meléndez.
Este concepto, según el especialista, es clave para reducir desigualdades sociales y económicas en México, dado el papel crítico de la electricidad en el acceso a nuevas tecnologías como Internet.
“Es indispensable mantener precios bajos y otorgar subsidios que consideren un mayor consumo energético para permitir que toda la población se beneficie de las oportunidades de desarrollo”, dijo.
El plan contempla una expansión en la generación y distribución eléctrica, lo cual podría traducirse en un acceso más amplio a servicios esenciales, como Internet, que dependen de la electricidad y cuyo uso sigue en aumento.
El analista energético Ramses Pech también observa oportunidades en la reactivación de contratos de subastas de largo plazo, lo cual impulsaría el desarrollo de plantas solares y eólicas para suministrar a la CFE.
“La reactivación de estos contratos permitirá aumentar la instalación de plantas solares y eólicas, algo esencial para la transición energética”, destacó Pech en entrevista con este medio de comunicación.
Sin embargo, advierte que será crucial contar con la validación del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), ya que este organismo debe asegurar que no se sature la red de distribución.
“La generación distribuida tendrá un papel fundamental, pero siempre que las condiciones técnicas lo permitan”, subrayó. Esto permitirá evitar problemas de congestión en la infraestructura existente y asegurar un servicio de calidad para los usuarios finales.
Reconocen a Claudia Sheinbaum y su mensaje de apertura a la inversión privada
Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) también reaccionó al plan, destacando que la propuesta abre puertas a la inversión privada, una necesidad que —según la organización— no se había aprovechado plenamente en el sexenio anterior, el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
“Se abre esa oportunidad de inversión privada que no hubo el sexenio pasado porque se buscaba que más de la mitad de la energía la generara el Estado, y eso ya se logró. Ahora habrá espacio para el capital privado”, afirmó el presidente de la Coparmex, José Medina Mora.
Sin embargo, subrayó que, aunque el plan es un avance, “no es suficiente por sí solo”. Precisamente, enfatizó la importancia de que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) apruebe proyectos privados, recordando que anteriormente solo se avalaba una mínima fracción de las iniciativas empresariales, afectando el crecimiento del sector.
“Necesitamos acelerar la aprobación de proyectos privados. De lo contrario, el crecimiento proyectado de la capacidad instalada podría verse limitado, restringiendo el desarrollo económico del país”, sostuvo.
Justo en su análisis, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) expuso que aún quedan pendientes detalles sobre la participación privada y la capacidad de adaptación del plan al incremento en la demanda de electricidad proyectada.
“El éxito del Plan Nacional de Energía requiere reglas claras y certidumbre para la inversión”, sostuvo.
Uno de los principales desafíos, según el Instituto, será mantener un regulador independiente y garantizar la imparcialidad en la aprobación de proyectos, algo que en el pasado fue una de las principales demandas del sector privado.
Además, el IMCO consideró que el plan debe incluir una visión a largo plazo para el crecimiento potencial de la demanda eléctrica y no únicamente proyecciones limitadas.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) jugará un papel predominante en esta visión energética. La empresa estatal deberá acelerar sus inversiones en generación de nueva capacidad para cumplir con la demanda y, al mismo tiempo, competir de manera justa con el sector privado, que también será un actor importante en el plan.
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