Cinco estados de México concentran el 86% de la inversión estadounidense que ha llegado al país este 2024. Su mayor fortaleza también es también su debilidad: el futuro de su desarrollo económico depende en gran medida– de lo que ocurrirá en Estados Unidos los siguientes cuatro años en el nuevo mandato de Donald Trump.

Se trata Ciudad de México, Baja California, Estado de México, Chihuahua y Nuevo León, entidades que buscan seguir generando confianza entre los inversionistas estadounidenses y aprovechar el fenómeno del nearshoring.

Estos cinco estados, no obstante, necesitan resolver problemáticas concretas relacionadas con la crisis hídrica, infraestructura e inseguridad.

Por otro lado, estados como Guerrero, Guanajuato, Morelos, Zacatecas, Veracruz y Puebla, si bien cuentan con vastos recursos naturales y proyectos de infraestructura prometedores, están a merced del crimen organizado, y en lo que va de 2024, no han recibido ni una nueva inversión de Estados Unidos.

Analistas consultados por EL CEO advierten que tras la victoria de Donald Trump se avizora una reconfiguración en la relación comercial con el país vecino del norte, previo a la revisión en 2026 del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), una prioridad en la administración de la presidenta Claudia Sheinbuam.

Incertidumbre tras la elección de EU

El pasado 15 de octubre –y ante el nerviosismo provocado por la aprobación de la reforma judicial–, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció inversiones estadounidenses por más de 20,000 millones de dólares para lo que resta de este año y 2025, aunque también  estimó que en un escenario optimista al vaticinar hasta 30,000 millones.

Para la agencia Moody’s, la entrada de inversión continuará mostrando retos a largo plazo debido a deficiencias en infraestructura local y a las políticas comerciales emergentes de EU: Donald Trump ha amenazado con realizar una profunda revisión del T-MEC y retener las cadenas de producción.

Las políticas del gobierno entrante de Estados Unidos definirán el desarrollo de estos estados del país, así como el alcance de una de las prioridades de la administración de Claudia Sheinbaum: crear Polos de Desarrollo para captar inversiones. En tanto, Donald Trump también amenazó con imponer aranceles del 25% a importaciones mexicanas.

La disputa por inversión en la nueva era de Donald Trump

Encuentros de negocios, planes para mejorar la infraestructura, juntas de gabinete, cifras optimistas que se presumen ante empresarios, nombramientos de cónsules honorarios, así es como un gran número de gobernadores mexicanos buscan desesperadamente atraer a las multinacionales y aprovechar el nearshoring, de acuerdo con una revisión hemerográfica que realizó EL CEO

Juntamos a todo el gabinete y dijimos, a ver, viene el nearshoring y esta tendencia lo que busca es que se produzca y se ensamble en Nuevo León y se exporte hacia Estados Unidos

dijo el pasado 23 de octubre el gobernador nuevoleonés Samuel García. 

El gobernador de Nuevo León –así como otros gobernadores– han tratado de usar el nearshoring como bandera política, pero sin resultados contundentes: en marzo de 2023, Samuel García presumió la construcción de una ‘gigafábrica’ de Tesla en el estado, proyecto que solo unos meses después fue pausado por el CEO de la compañía, Elon Musk, quien además fue promotor de la candidatura de Donald Trump.

Por otra parte, Sheinbaum prometió en campaña generar incentivos para atraer inversión a los estados, a través de uno de los programas emblema de su gobierno: la creación de 12 Polos de Desarrollo para el Bienestar que aspira a inversiones por 30 años y que convertirán a México en una potencia mundial.

Sin embargo, el alcance de dichos planes dependerá de que se cumplan ciertas condiciones de seguridad e infraestructura, entre otras cosas.

Hay estados más sensibles, más delicados, y hay industrias que tienen requerimientos hídricos (y de infraestructura muy serios). El gobierno de EU nos va a estar revisando muchas cosas con lupa, desde cómo están trabajando los sindicatos, cuestiones ambientales de manera mucho más estricta

Héctor Villarreal, profesor de la escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.

Escasez de agua, un reto para consolidar la relación con EU

El gobierno federal reconoce que uno de los desafíos para lograr los objetivos de los Polos de Desarrollo para el Bienestar, es la poca disponibilidad de agua, en un contexto donde existen sequías o incluso disminución de la disponibilidad en entidades consideradas estratégicas para empresas extranjeras. 

Dentro del top cinco de los estados con mayor Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente de EU, Baja California, Estado México y Nuevo León mantuvieron el mismo nivel de agua renovable entre 2021 y 2023, pero tuvieron hubo una caída del 3%, 7% y 4% de disponibilidad per cápita en ese lapso porque aumentó el abastecimiento para la industria, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Las empresas estadounidenses que más invierten en México

Este factor es crítico para industrias que dependen del agua, como la manufactura, la automotriz y la agroindustria. La falta de recursos hídricos puede limitar el crecimiento industrial, encarecer los costos de operación y desincentivar nuevas inversiones

dice Román Moreno, profesor de la facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

También existen ejemplos como Chihuahua, estado en donde la gobernadora Maru Campos, ha empleado estrategias para atraer inversión, pero la entidad no ha dejado de presentar sequías.

Esto es algo que presenta también Ciudad de México, donde en 2024, ante una disminución en los niveles de disponibilidad de agua, la ciudad acordó que empresas como Grupo Modelo, Grupo FEMSA, PepsiCo, Lala, entre otras, donaran agua a la ciudadanía. 

En contraste, existen estados como Veracruz o Guerrero, o inclusive Puebla, que presentan gran disponibilidad de agua y de consumo para la industria; sin embargo, están entre las entidades con menor inversión de compañías de Estados Unidos. 

Algunos estados de México se enfrentan a la crisis hídrica

Inseguridad, la otra cara de la moneda

Los estados que no captaron inversión estadounidense son Guerrero, Morelos, Veracruz, Zacatecas, Guanajuato, Puebla y Aguascalientes, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía al primer semestre de este año. La mayoría de estas entidades padecen altos índices de inseguridad, por ejemplo, en Morelos aumentó 35% la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes entre 2022 y 2023. 

Otro ejemplo es Guerrero, que pasó de 38 a 48 asesinatos por cada 100,000 habitantes en el mismo periodo, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

Estados como Guerrero, Zacatecas y Guanajuato enfrentan altos índices de violencia y presencia de crimen organizado, lo cual disuade a inversionistas extranjeros que buscan estabilidad y seguridad. La violencia también incrementa los costos operativos debido a la necesidad de seguridad adicional

menciona el catedrático de la UNAM, Román Moreno.

Esta situación ha provocado que algunos estados no reporten una sola nueva inversión proveniente de EU en 2024, pero también se ha generado una migración de empresas. El sondeo de seguridad empresarial de la American Chamber of Commerce of Mexico (Amcham) de 2024 refiere que seis de cada 10 empresas se consideran algo o muy afectadas por la delincuencia, tanto común como organizada. 

Los estados donde se percibe mayor preocupación son Estado de México, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, mientras que Baja California, Yucatán, Campeche y Quintana Roo fueron los de menor preocupación, aunque dichas entidades reportan una disminución de la IED proveniente de Estados Unidos respecto a 2023.

Empresas de EU huyen de México, ¿riesgo tras la victoria de Donald Trump?

La inseguridad ha provocado que el 3% de las empresas —según el sondeo— hayan migrado sus operaciones fuera de México. Los estados en que sucedió esta fuga fueron: Tamaulipas, Sonora y Ciudad de México.

Respecto a los estados que reciben mayor inversión directa de Estados Unidos sus índices de violencia tienen una ligera tendencia a la baja, pero la situación es grave, por ejemplo, en Baja California en 2022 su tasa era de 70 homicidios dolosos y en 2023 bajó a 69 por cada 100,000 habitantes. 

Otro ejemplo: la Ciudad de México pasó de 8 a 7 homicidios y el Estado de México bajó la tasa de 19 a 16 asesinatos por cada 100,000 habitantes, entre 2022 y 2023. En Chihuahua la tasa era de 53 homicidios en 2022, pero para 2023 subió a 62 homicidios por cada 100  habitantes, de acuerdo con datos del INEGI. 

Infraestructura, el eterno pendiente

Desde el plan de desarrollo del sexenio del expresidente Andrés Manuel López obrador, se ha planteado que México se ubique en 2032 como uno de los mejores evaluados por el  “Índice de Competitividad de Infraestructura” que elabora el Foro Económico Mundial, pero existen grandes retos para obras hídricas, en el sector energético, transporte, parques industriales, vivienda y servicios. 

El gobierno de López Obrador se centró en tres grandes proyectos de infraestructura: el Tren Maya, el Istmo de Tehuantepec y la Refinería de Dos Bocas. Por su parte la presidenta Claudia Sheinbaum ha prometido que en su sexenio se priorizará al menos una obra de infraestructura en cada estado del país.

El Instituto Mexicano del Transporte (IMT), organismo dependiente de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), calcula que se podrían requerir más de 400,000 millones de dólares en infraestructura hacia el 2032 para capturar por completo la oportunidad del nearshoring.

¿Cuánto se requiere de inversión?

En mayo pasado, Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Transporte agregó que para 2032 el transporte requerirá una inversión de hasta 250,000 millones de dólares, para atender los retos del nearshoring en materia de carreteras, transporte y puertos. Pero serán proyectos que se mantendrán en la espera, ya que la prioridad presupuestaria es terminar las obras prioritarias en los próximos dos años.

El profesor de Economía de la UNAM señala que en varios de los estados que no registran nueva inversión estadounidense, la infraestructura de transporte, logística y servicios es insuficiente o no ha sido modernizada, esto incluye carreteras en mal estado, deficiencias en puertos y aeropuertos, y falta de parques industriales bien desarrollados. 

Pero también las entidades con los mayores flujos de IED han comenzando a experimentar saturación debido a la alta demanda de infraestructura, ligada al crecimiento económico acelerado.

Esta falta de conectividad limita su atractivo para el nearshoring, ya que las empresas buscan ubicaciones que ofrezcan accesibilidad y logística eficiente para integrarse en cadenas de suministro globales

dice.

Proyectos de Sheinbaum, una oportunidad en la nueva era Donald Trump

El desarrollo de proyectos emblemáticos del gobierno federal como el Tren Maya o el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec puede abrir nuevas oportunidades para estados rezagados en inversión estadounidense como Veracruz, Puebla o Guerrero, al mejorar su conectividad y acceso a mercados internacionales.

Los resultados en zonas rezagadas apenas se alcanzan a ver: Chiapas, por ejemplo, ha sido uno de los estados prioritarios para el desarrollo de infraestructura, y en dicha entidad, los flujos de IED proveniente de Estados Unidos crecieron 446% respecto al 2023, siendo el estado que reporta el mayor incremento.

En el sureste mexicano está el proyecto del Istmo de Tehuantepec que promete, el proyecto más rescatable de la administración anterior, que yo creo incluso pudiera ser muy interesante bajo ciertas condiciones

menciona Héctor Villarreal.

En este sentido, José Luis Clavellina, director de investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) señala que la principal inversión se en infraestructura se requiere en energía, para la generación y transmisión de energía eléctrica.

“La política energética de los últimos años no ha ayudado mucho a que el sector privado pueda producir y transmitir más energía”, dice.

En este contexto, los estados mexicanos que quieren seguir atrayendo inversiones están atrapados en un fuego cruzado: por un lado las políticas que emprenda el nuevo gobierno de Donald Trump y por el otro, que la administración de Claudia Sheinbaum cumpla con su promesa de generar un clima de negocios adecuado.

“Con Donald Trump puede haber un impasse que dure un par de años”, sentencia el académico Héctor Villarreal.

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